Shen Mianmian no estaba preocupada en lo absoluto por comprar melones de invierno; eran abundantes y de bajo costo, con casi cada hogar cultivándolos. Muchas personas incluso estaban cansadas de comerlos.
Ellos no tenían la mentalidad de ir a vender sus melones de invierno. Algunos tenían más de lo que podían comer, y simplemente se pudrirían. Si alguien dijera que estaba comprando melones de invierno, la mayoría de las personas venderían con gusto, siempre y cuando se les pagara en efectivo.
En cuanto al capital necesario para comprar los melones de invierno, Shen Mianmian tampoco estaba preocupada. No se necesitaba mucho para comenzar a comprarlos, y aunque no los pudiera vender, simplemente podría llevarlos a casa para comer.
Antes de ser abiertos, los melones de invierno se conservan bastante bien.
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