Capítulo 67: ¿Ofreciéndome a mí misma? En realidad... No está mal

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—¡Sal de aquí, no dejes que vuelva a verte! —Ya Molian jamás sería amable con una mujer así.

Ya Nian'er pisoteó el suelo en su lugar, luego se dio la vuelta, su rostro escondido en sus manos mientras se alejaba. La señora Jin de la familia Ya, Ya Sui'er, y Ya Pozhu también siguieron rápidamente el ejemplo, lanzando una mirada furiosa a la gente de la familia Lin mientras se iban.

Eran todas estas personas las que interferían, de lo contrario su plan habría tenido éxito.

Pronto, el patio se vació de espectadores, ninguno de los cuales notó a Lin Laogeng, que no había emitido un sonido en la esquina. Si lo hubieran notado, seguramente lo habrían encontrado aún más espectacular.

—San... ¿Sang? —Detrás de Ya Molian, Lin Caisang se quedó sin palabras, mirando al cielo azul claro, murmurando el nombre que un vecino había inventado para ella. ¿Sang? ¿Cuándo obtuvo tal apodo?

—¡Mejor me llamarían Pequeño Albaricoque o Pequeña Ciruela! —murmuró con un puchero.