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Prólogo

Claro, aquí te dejo el texto con los cambios solicitados:

—¿Por qué querías verme?— preguntó el chico de cabello café con mechones blancos, sentado frente a la pelirroja y apoyando sus brazos en la mesa. Parecía nervioso.

—Quería preguntarte algunas cosas sobre Elsa, sobre su relación— contestó la pelirroja mientras tomaba su celular con discreción por debajo de la mesa, sin que Jack se diera cuenta, y empezaba a grabar la conversación.

—Pensé que ya lo sabías. Después de todo, tú la ayudaste a tomar la decisión de terminar conmigo— dijo Jack, un tanto molesto.

La pelirroja hizo una pequeña mueca. —Además, creo que eso es cosa que ya no interesa. Lo que haya pasado, pasó... y ya no hay manera de arreglarlo. Se fue— soltó un suspiro pesado y bajó la cabeza, mirando la mesa, parecía triste y perdido. Todo esto le había afectado mentalmente.

—¿Y qué crees que le haya pasado?— preguntó la chica. Jack la miro confundido.—No creo en lo que dice la policía— dijo la pelirroja.

—¿Qué estás tratando de insinuar, Anna?— se levantó lentamente de la silla, molesto. —¿Piensas acaso que alguien la mató?—

La chica cerró los ojos con fuerza. —No... ¿Piensas que yo la maté? Eso es...— abrió los ojos, Jack la miró con desaprobación, molesto.

—¿Sabes qué? Jódate, Anna— se dio media vuelta para caminar.

—¡Espera!— le gritó la chica, Jack se detuvo.

—Quiero que me ayudes a saber qué le pasó. De verdad— explicó la pelirroja.

—Tengo algunas pistas que apuntan a que Elsa no se suicidó, tengo evidencia...— terminó de decir.

—Lleva eso a la policía. Si alguien la mató, que quede tras las rejas. Pero no puedo involucrarme en esto. Ya tuve problemas antes— nuevamente se dio la vuelta.

—Por favor, Jack. Necesito que me ayudes, nadie conocía a Elsa más que tú. Todo lo que ha estado pasando en la escuela... Creo que está conectado de alguna manera, tú me puedes ayudar...— explicó la pelirroja.

—¿Por qué yo?— preguntó Jack sin darse la vuelta.

—Porque eres el único en el que puedo confiar...— dijo mientras se levantaba de su silla también, esperando una respuesta del chico, que tan solo unos momentos después se dio vuelta.

—Resolveremos esto juntos...— dijo Anna, para después acercarse a Jack y estirar su mano, esperando que el chico la estrechara.

—Por Elsa...— estrechó la mano de la chica.

—Por Elsa...— repitió Anna, con una sonrisa leve. Nadie lo sabía, pero el misterio por fin se había resuelto.

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