Los últimos días en **Glitch Games Inc.** habían sido frenéticos. Tras la reunión en la que Robert, sin querer, había impulsado la creación de nuevas y complicadas mecánicas, el equipo había estado trabajando sin descanso para implementar las ideas. **Carlos**, **Adrián**, y **Claudio** estaban convencidos de que habían creado algo revolucionario, algo que cambiaría el panorama de los juegos de estrategia. Robert, por otro lado, estaba cada vez más convencido de que su plan de sabotear el juego había fallado una vez más.
El nombre del juego, **"Rebirth: Dystopian Era"**, había sido una sugerencia de Claudio, quien pensaba que reflejaba perfectamente el espíritu del juego: una sociedad destruida al borde de la extinción, obligada a renacer en un entorno lleno de caos. Robert aceptó el nombre con una mezcla de resignación y sarcasmo, ya que le sonaba a un título grandioso para un juego que, en su mente, estaba destinado al fracaso.
Hoy era el día de la primera demo, y Claudio, como de costumbre, sería el encargado de probarla exhaustivamente. La demo inicial no incluiría todas las mecánicas del juego final, pero daría una idea de cómo sería la experiencia completa. En el fondo, Robert esperaba que Claudio encontrara suficientes problemas como para que el proyecto se retrasara o, mejor aún, fracasara por completo.
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Claudio se sentó frente a su escritorio, ajustando sus gafas y preparándose para lo que sería una larga sesión de prueba. Encendió el juego y, después de la pantalla de carga, apareció el logo: **"Rebirth: Dystopian Era"** en letras desgastadas y oxidadas, como si reflejaran el estado ruinoso del mundo que el jugador estaba a punto de habitar.
La demo comenzaba en una ciudad semi-destruida, con edificios colapsados y recursos extremadamente limitados. Los primeros minutos de juego eran una introducción a las mecánicas básicas: los jugadores controlaban un grupo de supervivientes que necesitaban encontrar materiales, agua, y comida para evitar morir de hambre o enfermedad.
Claudio movió a sus personajes por la ciudad devastada, buscando en edificios en ruinas. Los recursos eran escasos, tal como Robert lo había planeado, y cada vez que encontraba algo útil, el juego le daba una cantidad ínfima. El progreso era dolorosamente lento, y Claudio sonreía mientras tomaba notas. **"Esto va a frustrar a más de uno"**, pensó, aunque en su mente aquello era algo positivo.
Los desastres naturales también comenzaron a hacer su aparición. De repente, mientras intentaba construir una pequeña base para sus supervivientes, un terremoto sacudió la ciudad y destruyó parte de lo que había avanzado. El equilibrio del juego era extremadamente complicado, y cada decisión tenía que tomarse con extremo cuidado.
"Wow", murmuró Claudio. "Esto es un desafío brutal."
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Las mecánicas que Robert había sugerido para sabotear el juego se desplegaban una a una. Los edificios colapsaban sin previo aviso, los recursos eran casi inexistentes, y los jugadores tenían que esperar largos periodos para conseguir materiales básicos. Claudio intentaba construir un refugio para su grupo de supervivientes, pero cada paso hacia adelante parecía verse contrarrestado por un desastre.
A pesar de todo, Claudio no podía dejar de jugar. Cada vez que uno de sus intentos fallaba, sentía una necesidad aún mayor de volver a intentarlo. **"Este juego es adictivo"**, pensó, mientras tomaba más notas sobre los ajustes que se podrían hacer en el equilibrio de las mecánicas.
Tras unas horas, Claudio se tomó un descanso y se dirigió a la sala de descanso de la oficina, donde se encontró con **Carlos** y **Adrián**.
"¿Cómo va la demo?" preguntó Carlos con entusiasmo.
Claudio se quitó las gafas y las limpió con su camisa. "Es... difícil", respondió con una sonrisa. "Quiero decir, muy difícil. Los recursos son escasos, y los desastres ocurren de forma impredecible. Es frustrante, pero en el buen sentido."
Adrián asintió. "¿Crees que debería ser menos brutal?"
"Tal vez deberíamos hacer ajustes", dijo Claudio, mientras reflexionaba. "Algunos jugadores podrían abandonarlo por lo difícil que es. Pero, sinceramente, creo que para los que buscan un verdadero desafío, este juego será adictivo."
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Robert, que había estado caminando por la oficina, escuchó parte de la conversación desde el pasillo. **"¡Maldita sea, Carlos!"**, pensó, mientras sentía su ceja temblar de nuevo. **"Este juego iba a frustrar a todos, no hacer que se engancharan más"**.
De alguna manera, lo que había diseñado para que el juego fuera insoportable se había convertido en su mayor atractivo. Los jugadores hardcore amarían la dificultad, y si no hacían los ajustes correctos, incluso los jugadores casuales podrían encontrarlo interesante con los niveles de dificultad más bajos que Claudio había sugerido.
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Claudio volvió a su escritorio y abrió de nuevo el juego. Tomó una última nota antes de cerrar la demo: **"Rebalancear los tiempos de espera y los desastres naturales. Añadir más oportunidades para que los jugadores recuperen recursos después de una catástrofe"**.
Para él, estaba claro que con algunos ajustes, **"Rebirth: Dystopian Era"** sería un éxito. Para Robert, estaba claro que una vez más, lo que debía ser un desastre para la empresa se estaba convirtiendo en un éxito.