Un poco celoso

PUNTO DE VISTA DE VALENCIA

—Suelta mi mano —le dije a la chica cuando agarró mi mano de nuevo, mirando con firmeza el lugar que estaba sujetando antes de volver a mirarla a los ojos.

Estaba pasando un buen rato, pero por supuesto, la diosa de la luna tenía que enviar a una perra en mi camino para arruinar mi humor y recordarme por qué sigo siendo como soy.

—¿Cómo te atreves a pedirme que suelte tu mano? ¿Sabes quién soy? Espera. No me digas que entraste al lugar a escondidas. Una persona sin olor y — Se detuvo, aún contemplando si era un hombre lobo, y reprimí las ganas de burlarme en su cara.

Inclinando mi cabeza y frunciendo el ceño, la miré de arriba abajo antes de agarrar su mano, que estaba agarrando mi codo.

—Cuando digo que sueltes mi mano, haces exactamente lo que te digo. No me gusta que los extraños me toquen, y en cuanto a quién soy, ¿por qué no esperas a tu alfa? —pregunté, dejando claro que era un hombre lobo y no un humano del que ella debía tener cuidado.