webnovel

Fin del Censo

. . .

Stella llego clamando su llegada al mundo con un fuerte llanto que hizo vibrar de orgullo y felicidad a un hombre que nunca pensó que llegaría a ser padre. Tan pequeña como era con sus cabellos negros con destellos rojizos, una piel de un rico tono chocolate e impresionantes ojos azules se aferro al dedo de Blaise de una manera en que supo que siempre tendría su corazón en las manos.

Cuando la sostuvo en sus brazos por primera vez, el calor que le recorrido le hizo saber que estaba mas que dispuesto a hacer cualquier cosa para protegerla. Tendría todo lo que el no pudo tener, todo aquello que todos los galeones en sus cuentas bancarias no podían proporciona; amor y cuidado.

Después de encargarse de sus mujeres, dejándolas dormir tranquilas. Se aventuro al despacho, sirviendo una copa de vino se sentó en la silla antes de rebuscar en uno de los cajones la foto de su madre.

Poniendo la foto sobre el escritorio la observó en silencio, largamente, como si quisiera grabar a fuego esa imagen en su mente. Muchos meses antes se había prometido no ser como ella y hasta el momento había cumplido su palabra, ese día estaba ahí de nuevo.

Mientras admira la belleza de su madre en aquella foto, el dolor vacío que siempre sintió en su pecho comenzó a disolverse. Los demonios que siempre le acecharon se han alejado lo suficiente para dejar de temer.

Toda su vida creyó que el amor no existía, que, si por alguna remota casualidad algo como aquello fuera real, debía haber algo muy mal con el, siendo que la única persona, la primera que debía amarle de manera incondicional por el simple hecho de concederle la vida debía ser su madre, sin embargo, nunca fue de esa manera.

Esa foto siempre encerrada bajo llave en el cajón, era una manera de no pensar en ella, de tratar de olvidar su falta de afecto y cuidado. Intentando con todas sus fuerzas en pensar que su nacimiento no fue un error en la vida de nadie.

Nunca nada le falto, al menos en términos materiales. Era tan simple como abrir la boca y pedir cualquier cosa que el oro pudiera comprar y de inmediato era complacido. Mas nunca hubo mas que eso, ni siquiera el tiempo, el sencillo calor de un beso o un abrazo.

Siempre creyó que había algo mal. Como si fuera un juguete roto que su madre mantenía por que no sabia que más hacer o como deshacerse de el.

Su madre no era como Narcisa Malfoy. Conforme crecía comprendió que los de su clase consideraban los sentimientos como una debilidad, había que protegerse, no mostrarse vulnerable como si nada en el mundo pudiera afectarles, pero a pesar de todo, aun cuando su estirpe y la pureza de su sangre considerara banal e incluso estúpido cualquier tipo de demostración de afecto, había una diferencia garrafal entre no demostrar y no sentir.

La Sra. Malfoy siempre tan regia como una reina, con una imagen perfecta, podía aparentar ser tan fría como un tempano de hielo, indiferente e incluso un tanto soberbia y mezquina, pero con Draco era distinta. Su manera de mirarle con sus ojos azules brillantes de un amor silencioso que nunca verbalizaría y que a pesar de todo podía leerle.

Lo arriesgo todo durante la guerra, sin importar su suerte o su vida con tal buscarle. Regreso por el cuando lo mas oscuro se desarrollaba, cuando incluso no conocía los alcances de sus decisiones y lo fácil que hubiera sido torturada por su Lord si hubiera descubierto antes su traición.

Por el contrario de su madre que le dejo atrás mucho antes, a su suerte, sin preocuparse siquiera si sobreviviera, dejándole solo entre una encrucijada. Marcado como mortifago y tan inocente de cualquier otro crimen, que no fuera obedecer las órdenes de su madre.

Las manos le tiemblan ante los recuerdos, sigue doliendo profundamente, aunque no de la misma manera. Al fin entiendo que no fue su culpa no ser deseado o amado.

Acariciando la foto, mirándole por primera vez mas allá de la belleza, tan profundo para aceptar el verdadero ser oscuro detrás de una careta hermosa.

-Te perdono por no haber creído que era suficiente, -Dice en voz alta.

Sin agobio, ni culpa, sin el dolor del rechazo o la falta del cariño.

-Madre, te perdono por ser y no estar.

La voz es suave, como si se tratara de una declaración de amor y no un reclamo.

-Yo siempre te quise, aun lo hago. Te perdono.

Se levanta con calma con la foto en sus manos. Acercándose a la chimenea encendida, frente a las llamas que crepitan en una danza hipnótica ve una ultima vez el rostro frio y sin impresión de su progenitora.

-Te perdono madre. -Repite poniendo un corto beso en la foto antes de lanzarla al fuego.

Blaise ya no volvería a encerrar sus demonios, había de liberarlos. No escondería de nuevo en ese cajón olvidado sus anhelos de infancia, su corazón roto, ni el dolor. Por primera vez en la vida comprendía que no volvería a estar solo. Ya tenía una familia, una hermosa y gran familia. Ginny se estaba encargando de unirlo, reconciliándole con su propia imagen.

Su pelirroja le hacia sentir suficiente, amado y respetado. Donde todo el mundo le criticaba por su personalidad imparable, ella le aceptaba, incluso volviéndose su cómplice.

Mientras caminaba por los pasillos para volver con sus amadas chicas que seguramente seguían durmiendo, se sintió más ligero, mas libre y en paz.

. . .

Los lazos se afianzan con fuerza con el transcurso de los meses, la llegada de los hijos logro que lo que creían imposible dejara de serlo. La naturalidad con la que cambiaron los sentimientos; de la aprensión e indiferencia a algo tan parecido al amor fue abrumador al principio, sin embargo, fue más que bienvenido.

En 5 años cambio la vida de muchos, la magia del censo no se había equivocado en los lazos que afianzo basados en la compatibilidad de cada individuo. No fue una situación ideal y por supuesto, hicieron cuanto estuvo en sus manos para que esos 5 años fueran suficientes para retirar el censo de manera definitiva.

Deseaban que las siguientes generaciones tuvieran el derecho de elegir a sus parejas. Hermione Malfoy acompañada por sus amigos de toda la vida realizaron lo que esperaban fuera la última valoración para lograr que el censo terminara por fin.

No era que les hubiera ido mal en esos 5 años, por el contrario, cada uno a su manera estaban agradecidos de la oportunidad de conocer a sus parejas idóneas de las que terminaron profundamente enamorados, pero no había sido así para todos, ya fuera que la renuencia y las resistencias a las imposiciones del ministerio hubiera saboteado desde un inicio sus posibilidades de dejar fluir con naturalidad su vida en pareja o que en definitiva el forzar uniones y apresurar los nacimientos de niños terminara siendo demasiado desgastante para sortearlo.

Sea cual sea la razón el punto era disolver la obligación, aunque la opción de buscar compatibles seguiría siendo un tema delicado que algunos aun apoyaban. Se buscaba poder elegir libremente ya fuera elegir pareja sin el conocimiento de la compatibilidad o entrar de manera voluntaria al censo.

Al final se acepto dejar el censo por 5 años más, pero como un proceso completamente voluntario, después de ese tiempo desaparecería por completo.

Los estudios y las cifras resultaron correctos. Cuando Hermione analizo la información de la ultima carpeta suspiro con alivio. De inmediato busco los ojos verdes de Harry para confirmar que ya podían respirar de nuevo tranquilos y recibió una sonrisa radiante en respuesta.

Después de conversar un rato en la oficina del ministro se sintió repentinamente cansada por lo que se escuso para retirarse.

-¿Estas bien?

-Muy bien, estoy un poco cansada, -Dijo acariciando su redondo vientre de 5 meses de embarazo. -¿Cómo esta Pansy?

-Como cualquier mujer embarazada, cansada y un poco malhumorada. -Admitió divertido.

Hermione le golpeo suavemente el brazo a manera de reproche.

-Ya me gustaría ver como estarías tu.

-Es broma. -Se justifico riendo.

-Lo sé, adoras a tu esposa.

-Lo hago. -Admite con los ojos brillantes.

-Quien hubiera dicho que terminaríamos casados con un par de serpiente.

-Ni lo digas, -Se estremeció fingiendo un escalofrió, haciéndola reír divertida.

Salieron con calma del ministerio con conversaciones triviales sobre su día a día. Ron no se había presentado a la reunión, se excuso para cuidar a su familia pues Astoria recién había tenido a su tercer bebe.

Caminaron por un rato por las calles disfrutando de su mutua compañía, Hermione prendida de su brazo confiada de la persona que camina a su lado, sonriendo con la tranquilidad de saberse querida y cuidada. Su amistad es fuerte, por los años, por las duras pruebas que vivieron juntos, también por los buenos momentos en los que los silencios fueron rotos por la risa, las lágrimas fluyeron alegres y el dolor de estómago no se hacia esperar por las carcajadas.

Caminaron juntos como antaño, siguiendo con sus vidas por caminos distintos, pero haciendo que sus tiempos también coincidieran para hablar de todo o de nada, con trivialidades o temas profundos, amando a personas tan distintas y complejas como nunca pensaron.

Harry la ve sonriente con los ojos brillantes por un amor que no es suyo y que pesar de todo ya no le duele. La sigue queriendo, siempre lo hará de una manera especial, es un amor que va más allá de cualquier cosa, daría todo por ella, de la misma forma que esta convencido que Hermione lo haría por él.

Camina lento al ritmo de su amiga del alma, tomando con cariño su mano femenina. Cada uno va de vuelta a casa, a ese hogar que formaron de manera inesperada con personas que de jóvenes creyeron eran el enemigo.

Sonríe pensando en Pansy, en sus sentimientos por ella y sus hijos. En la dicha de tener su propia familia. Consciente de que en algún momento en esos 5 años que han corrido puede decir con completa y absoluta sinceridad que ama a su mujer de una manera en que no ha amado a nadie.

El amor no es siempre como uno quiere o espera. Hay tantas formas de amor que resulta complejo.

Hay tantas maneras de sentir, tantas palabras que poner en cada sentimiento o quizás ninguna que pueda expresar completamente la revolución que se forma en la boca del estómago que provoca el toque cálido de sus manos, lo que causa una mirada o el suave beso de la persona amada.

El amor puede ser guerra y la paz al mismo tiempo. La gloria o el infierno. Suave, firme, voluble o voluptuoso. Puede ser la tormenta feroz o la calma después de esta. Puede ser nada o todo.

Puedes encontrar el amor tierno e inocente en dos niños de distintas clases sociales que se encontraron perdidos en un parque solitario, privados de una amistad, reencontrados por casualidad para retomar una amistad que no les permitieron tener en el pasado, como Ron y Astoria.

Encontrarlo en personas rotas e incompletas, llenas de miedo y temores con los que tendrán que lidiar el resto de sus vidas. Pero así, aun en la oscuridad, luchando con fantasmas y demonios, la luz llegara con el amor curativo y paciente. Uniendo de nuevo esas complicadas piezas quebradas y destruidas haciendo que embonen de una manera distinta como hizo Luna y Theodore.

El amor estará en los silencios o en las estruendosas risas. Las bromas fáciles y las creaciones mecánicas que hacen George y Daphne. En volver sobre sus pasos para aprender de nuevo que no hay límites. No olvidando a los que ya no están, sino honrando sus memorias, no con dolor o lágrimas, sino continuando un sueño que emprendieron juntos.

Ese sentimiento estará en la rebeldía y el coraje para romper las líneas, cortando esos lazos con personas toxicas aun cuando sean familia. En el sentimiento de ser único y autentico, sin importar las criticas o los juicios de personas que nunca aportaron verdadero cariño.

Harry acompaño a Hermione hasta su casa. Se despidieron en la puerta con un suave abrazo y un beso en la mejilla. Cuando se apartan, no pueden evitar quedarse un momento viéndose a los ojos, así, tan cerca que el calor de su cercanía es reconfortante. Con el amor que se siempre se han tenido tintineando en las pupilas de sus ojos, se sonríen con tranquilidad cómplice, con la realización de ser almas gemelas que se encontraron entre la multitud para hacer juntos parte del trayecto de ese camino que llámanos vida.

El destino los llevo a ese momento preciso. Tuvieron que sortear un montón de obstáculos para estar ese instante en ese justo lugar.

No agregan más, se separan tranquilos, satisfechos de sus sentimientos, conformes con los caminos que siguen. A esas alturas, ya sin importar si fueron las imposiciones u obligaciones las que les hicieron tomar cada decisión que los llevo a tener esas vidas.

. . .

La magia antigua aun se siente correr por sus venas, bajo la piel y dentro de sus huesos, sin importas los años que han pasado desde que vincularon sus magias. Se aman con una fuerza indescriptible que salta a la vista de manera tan tangible que parece incluso que pueden tocarla.

Hermione rompió las reglas, todo esquema. Los Malfoy nunca habían sido tan numerosos. Curiosamente y en contra de todo pronóstico con tres embarazos gemelares llegaron al mundo en total 3 niñas y 3 varones. Draco no cabía de orgullo a pesar del caos que reinaba en su mansión. Ni en sus más alocados sueños pudo imaginar que sería tan tremendamente feliz rodeado de su mujer y sus hijos.

El censo le cambio la vida y daba gracias por eso.

FIN

. . .

. .

.