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CAPITULO 30:

— dios mío. — Donald se sentó en su sofá con tranquilidad, habiendo despedido a Anne no sin antes advertirle sobre la situación desfavorable que existe en vought, que apenas conocía.

Habían pasado tres semanas desde que renunció a su vida como superhéroe, y no sabías si se estaba arrepintiendo por aquella decisión.

El hombre que alguna vez fue el héroe más amado del mundo, un miembro central de los Siete, había colgado su manto, solo por su orgullo y su moral haciendo conciencia en su hipócrita decisión.

No había cumplido el mes todavía, y ya se sentía incómodo estando aquí. Anhelando volver a ponerse su capa una ves más, la sensación de ayudar a las personas, a los niños. Ser el héroe.

Era la figura pública más respetada, no solo por su abrumador poder —la capacidad de manipular fuerzas electromagnéticas y la electricidad— sino también por su sabiduría como físico y su dominio de los principios de la energía, Aunque generalmente era aclamado por sus actos benéficos.

Donald siempre había creído que, a pesar de las complejidades de la política y las pocas sombras que había visto dentro de Vought, su propósito final era ayudar al mundo, ayudar a los super humanos.

O al menos, eso había sido hasta el día en que descubrió la verdadera naturaleza de su amigo y "hermano" Homelander, Y por consiguiente, toda la administración.

Aún recordaba con claridad el momento en que su ex colega, una mujer que alguna vez había trabajado junto a él en sus proyectos personales, lo llamó para contarle la trágica evidencia: el alcalde de Baltimore había sido asesinado, y el culpable era Homelander.

El hombre al que Donald había defendido, admirado y protegido durante más de una década. Homelander, el símbolo del heroísmo y la justicia para el mundo, había mostrado su verdadera personalidad.

Aquello fue un golpe para Donald, quien nunca esperó que Jonh fuera aquel monstruo que no dudó en quitarle la vida a toda esa gente. Era una traición que no podía procesar del todo, pero que también le abrió los ojos a una verdad aún más dolorosa. la corrupción en Vought internacional estaba frente a sus ojos y nunca se dio cuenta de absolutamente nada.

Cuando Donald confrontó a Homelander, el ambiente en la Torre Vought se volvió tenso, quería en el fondo que Jonh negara su participación en esto.

Ambos eran los pilares de los Siete, ambos llevaban a cuesta el trabajo de sus vidas en pos del beneficio del bienestar estadounidense y el mundo, mejorando las vidas de millones de personas a lo largo de los años.

Donald lo consideraba un hermano de vida, pero en ese momento, cuando vio la falta de remordimiento en los ojos de John por lo que había hecho —el nombre verdadero de Homelander—, supo que su tiempo allí había terminado.

Homelander no parecía comprender la gravedad de sus actos, dándole más interés al hecho de su relación sin comprender la fuente del evidente problema.

No había forma de salvar lo que habían construido, no había manera de entregar a homelander, su corazón no lo permitiría, no estaba preparado.

Homelander no negó las acusaciones, simplemente alegó la necesidad de tal atrocidad. Argumentando que todo había sido por causa de la empresa.

Lo que en parte evitó que Donald le diera el beneficio de la duda en su interior. ¿Y si John solo era un títere se vought?

No sé atrevió a realizar algún movimiento por varias razones, y está posiblidad era una de las muchas.

sabiendo que Vought nunca permitiría que sus secretos salieran a la luz. Donald renunció de inmediato. Rompió sus contratos, canceló todos sus proyectos y se fue sin mirar atrás.

La empresa, sorprendentemente, no se atrevió a demandarlo, pero ya se había anticipado a ese asunto.

Sabían que sería un enfrentamiento público devastador para ambas partes, aunque probablemente, si bien Su reputación podria estar bajo duda, la empresa podría terminar en problemas serios con el gobierno.

Pero Donald tampoco se sintió lo suficientemente fuerte como para acusar directamente a Homelander o a Vought. El miedo por la seguridad de su familia lo contenía. A pesar de su desprecio hacia lo que había descubierto, no se atrevió a cruzar esa línea.

Tres semanas después, Donald aún luchaba por encontrar paz en Su mansión, ubicada en las afueras de Nueva York, estaba sumido en un silencio casi sepulcral.

Se había apartado de todo, incluido Starlight, quien había venidoa intentar convencerlo de regresar. Ella le había contado cómo los Siete se estaban desmoronando. A-Train había vuelto a la alineación, Homelander se comportaba de manera errática, y la cohesión del equipo se había perdido por completo.

No sabía exactamente lo que estaba pasando, pero definitivamente si se quedan así, algo grande pasaría.

Pero Donald no quería saber más de eso, ya no le preocupaba lo que con vought en lo más mínimo. Le había dejado claro a Starlight que su tiempo como héroe había terminado, y ella, aunque decepcionada, respetó su decisión y se marchó.

Donald estaba sentado en el enorme salón de su casa, mirando el jardín a través de los grandes ventanales. Estaba absorto en sus pensamientos cuando el sonido de la puerta principal lo sacó de su ensimismamiento.

— ¿Quién será de nuevo? — se dijo así mismo y Frunció el ceño, extrañado. Su esposa no estaba en casa, y no esperaba visitas. Se levantó, sus movimientos calmados pero firmes, y caminó hacia la puerta.

Probablemente podría ser su esposa, tal vez llegando temprano. Pero fue todo menos agradable.

Al abrirla, lo primero que notó fue una figura que le resultaba vagamente familiar. Era un hombre robusto, de expresión burlona y con una barba recipiente. Llevaba una gran gabardina negra que hacía juego con sus ojos llenos de malicia.

Estaba acompañado por varios individuos que parecían incómodos en su presencia.

El hombre en la puerta era Butcher, conocido en el lado bajo como "El Carnicero". Y no venía solo; su grupo de inadaptados lo seguía, listos para cualquier cosa, lo que sea que quisieran hacer ahora que parecía que lo tenían como objetivo.

Incluso había un nuevo integrante que parecía actuar extraño, observándolo con los ojos brillosos, dignos de un fanático.

Ese men posiblemente sería otro psicópata más encontrado por aquel desquiciado inglés.

Había escuchado muchas historias locas sobre él, el Cómo ayudado por la CIA, se aseguraban de golpear hasta dejar hospitalizados a heroes corruptos que trataban de pasarse de listos.

Un héroe conocido había perdido sus genitales a causa de uno de sus miembros, la femenina del grupo. Una asiática muy agresiva y peligrosa.

En cualquier caso, esta balsa de idiotas inadaptados estaban en su puerta, Y eso lo desconcertó, además de enojarlo. ¿Y por qué demonios todo el mundo estaba predispuesto a visitarlo hoy?

nuevo capitulo, amigos lamento no hacer podido actualizar en todo este tiempo pero ya estamos al día y les prometo que las actualizaciones eran más recurrentes.

sin más no olviden dejar sus piedras de poder y compartan la historia.

disfruten.

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