Enamorado de Ella Una Vez Más

Los pasos de Samantha se detuvieron de repente.

Ella sabía que claramente era su manera de usar la psicología inversa, pero esas palabras sonaron particularmente... duras.

—Entonces olvídalo, si tienes miedo —continuó Timothy de manera despreocupada—. No olvides cerrar la puerta al salir.

Samantha apretó las manos convirtiéndolas en puños mientras sus brazos colgaban a los lados de su cuerpo, y un fuego comenzó a arder en lo más profundo de sus ojos.

Él realmente tenía un conocimiento íntimo de cómo presionar sus botones.

Samantha levantó su pierna, pero en lugar de salir, giró su cuerpo usando los dedos de los pies como pivote y caminó de regreso. No fue hasta que se dirigió directamente a la cama que levantó su barbilla y preguntó:

—¿¡Por qué iba a tener miedo!? —No era como si nunca hubiera dormido allí antes. ¡La cama era enorme, así que no era gran cosa!