Gracias, Bebé

Jing Yao tomó la tarjeta salarial de Liang Xun en un estado de aturdimiento. Ella no carecía de dinero ahora y probablemente no lo necesitaría. Lo tomaría como si lo guardara para Liang Xun.

Pensando en esto, Jing Yao se sintió aliviada.

—Puedes trabajar. Voy a dormir. Solo puedo mostrar mi mejor estado a mis fans cuando he dormido lo suficiente —dijo Jing Yao y se levantó.

Liang Xun también se levantó, con el rostro un poco oscuro. ¿Por qué sentía que Jing Yao trataba mejor a sus fans que a él? Incluso quería estar en su mejor estado. No quería que otros vieran a Jing Yao en absoluto, especialmente esos fans masculinos.

Ahora estaba en un dilema. No quería que otros vieran a Jing Yao, pero también quería que Jing Yao se mantuviera en lo alto con confianza.

Todo el mundo quería brillar en su campo de trabajo y hacer lo mejor posible, incluida Jing Yao.