Pequeña Flor Blanca

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De repente, los ojos de Xia Xue se iluminaron. Dijo con vacilación —Él solo me dejó su número de teléfono. Dijo que me contactaría cuando estuviera libre. ¿Crees que debería llamarlo ahora? Me pregunto si podré recuperar esta oportunidad.

—Por supuesto que tienes que llamarlo. Hermana Xia Xue, no importa lo que pase, tienes que intentarlo. Esto concierne a tu futuro. ¡Apúrate y llámalo! —Gao Lin dijo emocionada, como si el Hermano Cao estuviera buscándola a ella.

Xia Xue acababa de llamar cuando el Hermano Cao contestó.

Xia Xue tomó una respiración profunda. Su expresión era calmada, y volvió a su usual yo digno y elegante —Hola.

—Señorita Xia.

—Soy yo. Acabo de posponer una cita. ¿Todavía estás en la sala de entrenamiento? ¿Puedo ir ahora?

—Esto es estupendo. ¿Cuándo podrás venir?

—¿Qué te parece en media hora? —Xia Xue preguntó con cuidado.

—Claro, claro. Te esperaré aquí.

—Está bien.