¡Señorita Qin, el monitor que quería!

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Nadie pensó que este incidente se volvería tan exagerado.

Ning Qing quería decir algo, pero después de echar un vistazo a Qin Yu, no pudo descifrarla y decidió mantenerse en silencio.

Lin Qi hizo una pausa.

Este asunto no era el estilo de Qin Ran. Con su personalidad, no haría algo tan descarado ni siquiera si quisiera vengarse. En cambio, se enfrentaría directamente como lo hizo anteriormente con Xu Shen.

—¿Cuál es la situación? —el Viejo Maestro Lin estaba abajo con dos estudiantes que habían vuelto con Qin Yu.

Esperó un rato y temió que algo hubiera salido mal, así que subió.

Lin Qi explicó sucintamente al Viejo Maestro Lin sobre el diamante en manos de Qin Ling.

El Viejo Maestro Lin frunció el ceño.

—Yu'er... —Lin Qi ignoró las intenciones del Viejo Maestro Lin y empezó a decir algo.

Pero el Viejo Maestro Lin lo interrumpió directamente.