La caída en desgracia del Director Zhou

Zhou Chongshan llamó apresuradamente de nuevo a su amigo, pidiéndole que le proporcionase de inmediato la información de contacto de An Xiran.

No quería perder tiempo y deseaba asegurar la conexión antes de perder la oportunidad.

Después de empacar sus pertenencias, An Xiran y Nan Yan regresaron al auto. Mientras subían al auto y se abrochaban los cinturones de seguridad, el teléfono de An Xiran sonó.

Era un número desconocido...

¿Podría ser un patrocinador?

Antes de cada competición, numerosos patrocinadores le llamaban, esperando colaborar para que sus productos fuesen utilizados durante los encuentros. Sin embargo, los patrocinadores para esta competición ya se habían finalizado desde hace tiempo, y no había suficiente tiempo para nuevas negociaciones.

A pesar de sus sospechas, aún tenía que contestar la llamada.

—Hola, soy An Xiran —contestó, identificándose primero.

—Sr. An, hola, soy Zhou Chongshan.

—Ah, el Presidente Zhou. Hola —respondió An Xiran.