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43 Cedric trabajando duro

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Claudia aspiró con fuerza y la vio irse. —¿Cómo puede cambiar de personalidad tan rápidamente? Tal vez tenga que vigilarla, pero enviaré un equipo de reconocimiento para investigar la dirección que me dio y ver si la información es falsa o verdadera.

Sofía despertó sintiéndose completamente renovada y luego miró a su alrededor, así que rápidamente se levantó y fue hacia el armario y se vistió. Entró a la oficina. —Lo siento por usar su cuarto de repuesto y que haya tenido que cuidarme. ¿Necesita mi ayuda hoy?

—Sofía, querida, ¿cómo te sientes? No me importa si necesitas usar esa habitación. La uso muy raramente, me alegro de que la ropa que te compré te quede tan bien. Mi sobrino llegará en treinta minutos. ¿Podrías ir a recibirlo? —Claudia observa cómo Sofía se queda rígida.

Sofía finge quedarse rígida. —Y-yo haré eso si es lo que desea. Lo haré, pero me siento un poco incómoda al verlo. Como es parte de mi trabajo, haré lo que me pides. —Observa cómo los ojos de Claudia recorren su cuerpo antes de irse. Entra en el elevador.

Claudia la observa y se siente un poco triste por lo sucedido. —Si no le hubiera pedido que fuera al lugar de Cedric, ella no estaría tan asustada. —Soltó un suspiro después de que las puertas del elevador se cerraron.

Cedric apareció en la compañía y sonrió con suficiencia. —Una vez que todo esté resuelto, tomaré el control de este agujero de mierda y lo haré grandioso de nuevo. —Salió del auto y subió al elevador.

Sofía lo saludó y fingió temblar un poco hasta que las puertas se cerraron. —Claudia no tiene idea de lo que está pasando, vine aquí después, así que definitivamente piensa que me follaste. Preparé todo con anticipación.

—Siempre das una actuación impresionante cada vez. Dudo que se dé cuenta. Estoy aquí para firmar unos papeles. No te tocaré de nuevo para no enfurecer a mi tía, o podría arrastrarte a mis brazos y rasgar tu ropa y tú puedes actuar como si te estuviera obligando otra vez —sonríe con burla.

—¿No se alterará tu pequeña esclava? —Sofía mira a Cedric con una mirada aguda—. No te atrevas a lastimar a mi reina.

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—Se lo explicaré y compensaré con ella. Fui muy duro con ella anoche, no le di un descanso y se derrumbó sobre mí, pero eso no me disuadió. Ya me siento un poco culpable —Cedric la agarró y sintió cómo ella intentaba resistirse, así que la empujó contra la pared del elevador y la besó, luego mordió su labio inferior.

Las puertas se abrieron y esta fue la escena con la que se encontró Claudia. —¡CEDRIC!!!! Por favor, suelta a Sofía, ¿no ves que ya la usaste demasiado? —Pudo ver a Sofía temblando y se apresuró a salvarla.

Cedric la soltó y se lamió los labios. —Gracias por el postre. —Caminó lejos y dejó a Sofía mientras se deslizaba hasta quedar sentada en el suelo del elevador.

Claudia ayudó a Sofía a levantarse y la guió al sofá y notó que él solo había logrado magullarle las muñecas y morderle el labio a Sofía hasta hacerlo sangrar. Claudia soltó un suspiro ligero y ayudó a Sofía a la habitación y la llevó a la cama. —Sofía, puedes descansar tranquila aquí, no dejaré que Cedric entre, así que por favor, tómatelo con calma. —Claudia acarició a Sofía en la cabeza y luego salió rápidamente de la habitación. Cerró la puerta al salir.

Al cerrarse la puerta, Sofía sacó la lengua en dirección a Cedric. «Buena suerte, Amo».

Cedric caminó hacia el escritorio y se sentó en la silla de Claudia. «Al menos la oficina parece ser la misma». Mientras sabía que ella estaba fuera de la habitación, comenzó rápidamente a revisar los cajones. Encontró un archivo y lo deslizó en su maletín que había traído, luego se relajó en su silla hasta que ella salió.

Claudia salió de la habitación y miró a Cedric antes de suspirar. —No puedo creer que fui lo suficientemente estúpida para dejar que la volviera a ver tan pronto. Nunca debí haberla enviado a recibirlo, pero ¿qué otra opción tenía? —Claudia se acercó a Cedric y abrió los archivos que necesitaban su firma. —Por favor, firma estos documentos y luego puedes irte.

—Vaya, ¿puedo recordarte que fuiste tú quien me llamó aquí? Esperaba romper más a mi esclava hoy. Es una oportunidad rara romper un alma y destrozar sus esperanzas y sueños —Cedric mira a Claudia y hay un atisbo de una mirada asesina en sus ojos.

Claudia dio un paso involuntario hacia atrás y luego se sentó en la silla frente al escritorio. —Hay seis documentos que necesitan tu firma. Si están a la altura de tus estándares, por favor fírmalos. Si no están a la altura, por favor marca lo que necesite revisión y conseguiré que los equipos trabajen en ello de inmediato.

Cedric cogió el primer documento y se burló. Cogió un bolígrafo y leyó la primera propuesta. —Esta es basura. Haz que el equipo que trabajó en esto lo vuelva a hacer desde el principio. Lo único que tenía sentido era el nombre. —Cogió un sello y lo estampó en rojo en el rechazado y lo colocó en la esquina del escritorio. Leyó el siguiente documento y estaba bien estructurado, señaló algunos puntos y luego lo colocó en el centro del escritorio. —En este necesitas hacer las correcciones adecuadas y una vez hecho si está correcto firmaré. —Los tercer y cuarto conjuntos de documentos recibieron el sello de reacción después de que terminó de mirarlos ya que la distribución y la escritura no coincidían. —Despide a estas personas. ¿Para qué diablos sirve la gente que no puede hacer su trabajo? Cada maldita vez que me llamas de vuelta rechazo más propuestas de las que firmo. —Cogió el último archivo y pensó, «finalmente alguien que podía hacer el trabajo bien», y lo leyó detenidamente, señaló una parte y lo añadió al centro. Cogió el último informe y lo revisó y finalmente, tras todos los documentos, firmó uno. Presionó el botón del intercomunicador y pidió que el trabajador a cargo del proyecto viniera a la oficina.

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