Chen Mengmeng y Yu Yanshu llevaron a Su Chengyu de regreso al pequeño patio, donde tomó la Píldora Espiritual dada por el Maestro Cangqing. Como la vida de Su Chengyu ya no corría peligro, no tenían que estar excesivamente preocupados, y Yu Yanshu se quedó a su lado.
Gracias a la Píldora Espiritual del Maestro Cangqing, al día siguiente, Su Chengyu recuperó la conciencia.
—Maestro, te has despertado. Durante la tribulación de ayer, casi me matas del susto —dijo Yu Yanshu, todavía asustada.
Su Chengyu se sentó en la cama y tocó la cabeza de Yu Yanshu, diciendo:
—Cuando pases por tu tribulación, el Maestro casi morirá de miedo también, así que estamos a mano.
Yu Yanshu soltó una carcajada y Su Chengyu preguntó:
—¿De qué te ríes?
Yu Yanshu señaló a la cabeza de Su Chengyu y dijo:
—Maestro, te ves realmente feo con la cabeza calva.
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