—¡Señorita!
Gale gritó conmoción, queriendo instintivamente bloquear el ataque, pero debido a su grave lesión, estaba demasiado débil para actuar a tiempo.
Ambos se congelaron en el lugar, claramente sintiendo una ráfaga de viento aproximándose de frente, una fuerte intención asesina los inmovilizaba, impidiéndoles moverse.
¡Zumbido!
Sin embargo, justo en el momento oportuno, el sonido de algo cortando el aire surgió abruptamente y antes de que los dos pudieran reaccionar, una deslumbrante luz dorada penetró instantáneamente la cabeza del yak.
Esto causó que el yak temblara violentamente, sus ojos rojo sangre se volvieron huecos y con un golpe, cayó directo al suelo, inerte.
—Esto... —Sherry Webb se asustó ligeramente, sin entender lo que había sucedido.
Por otro lado, Gale, con una mirada de asombro, señaló no muy lejos —Señorita Webb, usted... ¡usted mire!
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