Drake Stuart estaba desconcertada por la ausencia de alguien en la villa cuando de repente oyó una voz, lo que la sobresaltó. Siguiendo el sonido, avistó la cara indiferente de Greg Jensen.
Mirándola desde arriba, Greg dijo con calma:
—Sube tú misma.
—Está bien —Drake asintió y comenzó a subir las escaleras hacia el segundo piso.
Greg la miró, luego sin decir una palabra, entró en el estudio. Drake no dudó y lo siguió.
—Siéntate en cualquier lugar. Todos están fuera, así que disculpa las molestias —dijo Greg casualmente.
—Es usted muy amable, señor Jensen —Drake lentamente se quitó el abrigo y luego se sentó junto a la mesa de té.
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