🌸 HYUNA MINWO 🌸
Sentía como la lengua bífida de mi esposa enrollaba la mía y la succionaba con fuerza, atrayéndola dentro de su boca. Estábamos en un beso intenso y apasionado del que no queríamos separarnos, la cola de mi esposa se enrollaba en mi cintura y apretaba con fuerza mi trasero, acercándome más a ella.
Desde el momento que llegaron a casa y vi a mi esposa solo con su sostén, una chispa se había encendido dentro de mí. Aguante lo suficiente hasta que terminamos de cenar y no pude contenerme más, acorrale a Ritsu en la cocina y comencé a desquitarme con ella, a lo que mi esposa respondió de buena forma.
—Espera, Hyuna. Debemos parar, nuestras hijas podrían descubrirnos —me advirtió Ritsu separándose unos pocos centímetros de mis labios.
—Yo... no quiero esperar más, necesito hacerlo ahora... —le contesté.
Estaba demasiado excitada, no solo por lo que vi hace unas horas, sino porque también Ritsu dejo escapar un poco de su olor afrodisiaco que emanaba su cuerpo, el cual me excitaba mucho más con solo olerlo en el ambiente.
—Ahh... muy bien, muy bien, pero al menos vayamos a decírselo a Miyako. Ya sabes que este juego es mucho más entretenido si lo hacemos de 3~
Me dijo Ritsu en un tono coqueto y yo acepte sin pensarlo mucho, nos separamos y la tome de la mano, jalándola hacia la sala. Al salir de la cocina nos cruzamos con las gemelas que parecía que estaban viniendo a la cocina.
—Hijas, ya es tarde. Deberían ir a dormir — escuché decir a mi esposa mientras caminábamos hacia la sala.
Cuando llegamos a la sala, Miyako estaba sentada en el sofá viendo la televisión. Me acerqué sonriendo de forma divertida y me senté encima de las rodillas de mi otra esposa.
—Cariño ¿Estás viendo algo importante? —le pregunto con una voz cariñosa.
Pase mis manos detrás de su cuello para abrazarla y acerque mis labios a su mejilla dejando un tierno beso.
—Hyuna está un poco... traviesa~ —comento Ritsu en tono coqueto mientras se sentaba en el sofá al lado de Miyako.
—Si, ya lo veo —la escuche responder a Miyako mientras yo pasaba mis labios de su mejilla a su cuello.
—Vamos a la cama Miyako, es hora de jugar las 3 juntas~ —le susurré esto último al oído, en un tono lujurioso y le di unos cuantos besos en su oreja.
—Mmm... me encantaría, pero las niñas aún están despiertas, y sabes que cuando jugamos las 3 hacemos mucho ruido... —respondió Miyako apartándome unos centímetros de ella.
—¡No importa! ¡Yo quiero jugar con ustedes! No puedo esperar más, espere todo el día a que llegaran del trabajo... —le dije en un puchero y me acerqué más a ella.
Al estar más cerca nuestros pechos se presionaron y sin detenerme comencé a besar el cuello de mi esposa de forma seductora y lujuriosa. Mis manos se apoyaron en sus hombros para sostenerme y seguir saboreando su dulce cuello.
–Mmhhgg... acaso... —susurro Miyako entre un jadeo.
—¡Ups! Creo que tuvimos un pequeño encuentro en la cocina y no pude evitar que saliera un poco de mi afrodisiaco~ —le comento Ritsu a su esposa mientras soltaba una pequeña risita traviesa.
Seguía excitándome más y no podía detenerme, cada vez besaba con más pasión el cuello de Miyako. Poco a poco fui acercándome de su cuello a sus labios para terminar besando su boca con la misma intensidad.
—No te preocupes Miyako, yo me encargaré de las niñas. Iré a asegurarme que duerman rápido. Hasta entonces pueden calentar un poco las dos~
Apenas escuchaba las palabras de Ritsu, estaba muy ocupada besando y explorando toda la boca de mi esposa. Sentí las manos de Miyako tomar mi cintura y eso me indico que había cedido a mis encantos.
—No empiecen lo bueno sin mí ¿Okey? —dijo Ritsu antes de salir del salón y dejarnos solas en el sofá.
Estábamos ocupadas como para darle una respuesta. Atrape la lengua de Miyako con mi boca y comencé a chuparla, enrollando mi lengua en la de ella. Luego de unos segundos nos separamos en busca de aire y Miyako fue directo a mi cuello para besarlo de forma intensa.
—Aahhggg! — jadeé al sentir su boca sobre mí.
—Estabas muy impaciente ¿No, Hyuna? Lamento dejarte sola en casa mientras trabajo... —la escuché decir con un pequeño tono se culpa.
—Aahhh... no es nada... yo puedo cuidar la cas- ¡Ahhggg!
Solté otro jadeo al sentir la mordida de Miyako en mi cuello, no supe cuando, pero ella empezó a frotar y apretar mi trasero con sus manos. Tome su cabeza y levante su rostro, enseguida uni mi boca a la suya para besarla de forma intensa, nos acercamos más y nuestros pechos se presionaron con más fuerza entre sí.
Seguimos besándonos hasta que caímos recostadas en el sofá, era un sofá algo largo, apenas podíamos entrar las dos recostadas de lado, si es que nos juntábamos mucho. Miyako seguía manoseando mi trasero y mis manos fueron directo a sus pechos. Tome ambos con mis manos y los apreté de la misma forma que ella apretaba mi trasero.
Ambas soltamos jadeos en medio del beso, cuando nos separamos para recuperar el aliento fui yo la que se movió rápido esta vez. Baje un poco mi cabeza y le desabotone algunos botones de su camisa. Su sostén azul cubría todo sus pechos, pero era algo que se interponía con lo que iba a hacer.
Para ahorrar tiempo baje su sostén un poco para liberar gran parte de sus pechos, me acerque al más cercano y pegue mi boca a este. Comencé a chuparlo y besarlo de forma apasionada mientras Miyako jadeaba y comenzaba a soltar algunos gemidos. Mi boca y lengua se entretenía en su pezón, jugando con este y succionándolo con fuerza.
—Aahhhggg...~ H-Hyuna...~♡ —escuchaba gemir a mi esposa debido a mis chupones.
Note como los gemidos de mi Miyako se acallaban de repente, ella se había cubierto la boca con sus manos para evitar que nuestras hijas escucharan a su madre gemir. Mi boca seguía chupando y succionando su pecho, y mi entrepierna estaba demasiado húmeda y mojada. Entrelazamos nuestras piernas y nos juntamos más de lo que estábamos.
Mis caderas y todo mi cuerpo estaban inquietos, mi entrepierna se pegó al muslo de Miyako que se encontraba atrapado entre mis piernas. Sin pensarlo mis caderas comenzaron a moverse en busca de placer y mi vagina mojada comenzó a frotarse con el muslo de Miyako, sin importarnos que aun tenga el pantalón puesto y ella las medias de nailon que llevaba debajo de su falda.
—Aahhgg~ Ahhh...~ Creo que debemos ir a nuestra habitación... Hyuna~ para estar más cómodas... —me dijo entre jadeos y me aparté de su pecho.
Fue entonces cuando me di cuenta de que estaba frotándome con su muslo, ella de seguro lo había sentido todo el tiempo y se dio cuenta de que ya quería comenzar con el sexo de inmediato. Le sonreí de manera traviesa y me separé, levantándome del sofá, le había dejado el muslo mojado y en mi pantalón se notaba aún más mi excitación.
Deje que ella se levantara y se acomodara la ropa para cubrir sus pechos cubiertos en parte por mi saliva. Tomo el control y apago la televisión que se encontraba encendida durante todo el tiempo en que nosotras estábamos besándonos y manoseándonos. Tome su mano y la jale ansiosa, dándole apenas tiempo de apagar la televisión. Mientras subíamos por el pasillo no pudimos evitar besarnos en el camino. Fue un viaje algo lento, ya que Miyako me tomaba el trasero y yo me daba media vuelta para saborear su boca y acorralarla contra la pared. Nos besábamos unos segundos como si fuéramos amantes y luego continuábamos nuestro camino.
Terminamos de subir las escaleras y fuimos hacia el pasillo por la izquierda, en el lado derecho se encontraba la habitación de nuestras hijas. Nosotras teníamos la habitación más alejada de ellas, la elegimos así para evitar posibles problemas en el futuro.
Estábamos a punto de llegar a nuestra habitación hasta que volví a acorralar a Miyako contra la pared, esta vez me enfoque en besar y chupar uno de sus pechos. Mientras ella se tapaba la boca y acariciaba mi cabello, de pronto me jalo para separarse de mí. Apenas tuvo la oportunidad me beso de manera intensa, ambas decidimos tomar el trasero de la otra y apretarlo con lujuria mientras caminábamos como podíamos a nuestra habitación.
Nuestros pechos estaban tan unidos y nuestras lenguas jugaban profundo en la boca de la otra. Llegamos a la puerta de nuestra habitación y mi espalda choco contra esta, separe una mano del trasero de mi esposa, dejando la otra allí, y trate de abrir la puerta sin separarme del beso. Cuando logre girar el picaporte entramos de golpe a la habitación, separándonos un poco por el impulso. Volvimos a unirnos en un beso y Miyako cerro la puerta de una patada, dándonos más privacidad para poder comenzar con el placentero sexo lésbico.
—Ahora si estaremos más comodas~ —le dije a mi esposa con un tono seductor.
Mis manos subieron de su trasero a su cintura para agarrarla y jalarla hacia mí.
—Eres una pervertida y traviesa Hyuna... —me respondió mi esposa, dejándose llevar por mis manos.
—...y por eso te amo tanto~
Finalizo Miyako y terminamos cayendo en nuestra cama, con mi esposa encima mío. Nuestras bocas se volvieron a unir en un apasionado y lujurioso beso mientras nos dejábamos llevar por nuestros deseos sexuales.