SOMNOLENTO

—¡NO! ¡No puedes hacer esto sin su consentimiento! —Lana lo rechazó de inmediato, empujó a Esperanza detrás de ella y recibió una sonrisa burlona de Kace, como si dijera: si quiero hacerlo, nadie podría detenerme. Aunque eso era verdad.

Lana se alteró, después de la advertencia de la bestia más temprano, no debería haber interferido en esto, pero le resultaba difícil saber que iban a fortalecer su vínculo.

—Pequeña, ven aquí —Kace extendió su mano y dirigió su atención solo hacia ella. Estaba decidido a hacer lo que había decidido.

Sin embargo, Esperanza sacudió la cabeza como un tambor enloquecido. —¡No, no voy allí! —chilló.

Esperanza recordaba que el marcado era una actividad que involucraba caninos, mordiscos y sangre, a pesar de lo que Rossie había explicado una vez, que es un ritual sagrado para los cambiaformas que habían encontrado a su otra mitad—su compañera—y que causaría dolor que no duraría mucho, pero…