Envidia

Más tarde, Ran Xueyi sintió que era hora de que salieran de la fiesta. Sin embargo, había más personas de las que esperaba deseosas de entablar conversación con ellos. Varios inversionistas que rara vez se veían en este tipo de ocasiones rodearon a Song Yu Han en un círculo, y debido a que ella estaba a su lado, también se vio forzada a permanecer en ese círculo. 

—El joven amo Song luce increíble hoy. Me pregunto, ¿dónde compró ese traje? Mi hijo, este vago sin remedio, no sabe vestir bien, así que quisiera conocer su secreto para que él también aprenda a presentarse en público con confianza —un inversionista con una cabeza ligeramente calva alabó educadamente a Song Yu Han. 

Song Yu Han tampoco era tan mezquino como para mantener en secreto la marca que hacía su ropa para esa noche y reveló el nombre. 

En cuanto dijo el nombre de la marca, todos se quedaron helados.