Esto era simplemente imperdonable!

Mientras Song Yu Han estuviera en la fiesta, nada más importaba.

La llegada de Ran Xueyi también fue una especie de golpe de suerte para ellos, ya que era la única mujer a la que Song Yu Han había prestado atención públicamente.

Su Tian dijo:

—Si no te importa, dejaré que mis hijas te acompañen esta noche mientras esperas.

Tenía dos hijas de la misma edad que Ran Xueyi. Hacía tiempo que querían conocer a la mujer que había captado la atención del joven maestro Song y querían saber más sobre ella. Ahora que surgió la oportunidad, no dejarían pasar esta chance.

Ran Xueyi no objetó mostrar respeto hacia Su Tian, quien era el anfitrión de la fiesta. No dijo nada más y caminó hacia adelante mientras Su Tian señalaba con la mirada a sus hijas para que la siguieran.

Las hijas de Su Tian se llamaban Su An y Su Anran.

Su An se parecía un poco más a Su Tian en apariencia, pero Su Anran parecía heredar el temperamento suave y distante de su padre.