—¿A dónde vamos?
Cielo sonrió mientras echaba un vistazo a Sebastián a su lado. Afortunadamente, Dominic fue rápido en contratar un conductor para ella. No lo supo hasta que preguntó si alguien podía llevarla a ella y a Sebastián a algún lugar. Por lo tanto, no tuvieron ningún problema en seguir adelante con su cita.
—Hace unos días, fui al centro comercial y encontré esta buena pastelería —explicó, incapaz de ocultar su emoción—. Llevé a casa algunas cosas, pero tú no estabas. Así que pensé que sería un buen lugar para tomar algo ya que será un día largo.
—Oh... —Sebastián balanceó su cabeza entendiendo.
—Además, se me antojan algunas de sus tartas —La sonrisa de Cielo se extendió en una mueca—. ¿Te gustan las tartas? ¿O algún pan en particular?
—No los odio.
—Eso es suficientemente bueno entonces.
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