—¿Hola? —La señorita Zoya contestó el teléfono después de volver a su habitación desde la cocina.
—¿Qué te ha llevado tanto tiempo para contestar una maldita llamada?! —bramó Sebastián, y la señorita Zoya inmediatamente supo que algo andaba mal.
—Lo siento, señor. Por favor, perdone mi error. ¿Todo está bien? —preguntó la señorita Zoya con hesitación.
—¿Dónde está la Princesa? —preguntó Sebastián, con el pie golpeteando el suelo incontrolablemente mientras esperaba su respuesta con anticipación.
—¿Princesa? —preguntó la señorita Zoya como si escuchara alguna palabra extranjera y Sebastián cerró los ojos frustrado, pasando su mano por su cabello mientras el equipo médico venía y limpiaba su cuerpo con desinfectante para asegurarse de que no había heridas en su cuerpo.
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