Abrí lentamente los ojos, sintiendo los rayos matutinos del sol en mis párpados. Me sentía ligeramente letargico. Y también bastante cómodo, por alguna razón, la cama se sentía diferente de lo que recordaba. Las mantas sobre mí me abrazaban de forma reconfortante, con una calidez demasiado agradable como para querer quitarlas.
Había un agradable peso sobre mi pecho y hombros que ayudaba a no querer levantarme hoy de la cama. Sumado a la débil y tranquila respiración de dos personas a ambos lados, me hicieron considerar seriamente el no levantarme.
Espera...
Ésta no era mi habitación...
Solté un suspiro. Debería estar sorprendido, pero creo que en éste punto, es ya esperable que despierte en una situación así. Bueno, tampoco estaba por fingir que no era agradable despertar y sentir los cuerpos de dos chicas abrazados a mí. No necesitaba mirar para saber quienes eran. Conocía muy bien el cuerpo de Summer a este punto y a no ser que dos chicas desconocidas se hayan metido en la casa solo para dormirse conmigo, solo podían ser Yang y Ruby.
Las ví a ambas, aún durmiendo plácidamente contra mí, mientras sus brazos y piernas me rodeaban como si yo fuera alguna clase de peluche gigante. Yang, al ser la más alta de las dos, era la que tenía el rostro más cerca del mío, mientras que el rostro de Ruby descansaba sobre mi pecho.
Mirando detenidamente a mi alrededor, me dí cuenta de que éste era el cuarto de Yang, sin embargo, no recordaba haber llegado aquí ayer. ¿Me habrán traído ellas mismas?. Parecía lo más probable.
El poco sueño que sentía se había ido, pero no quería levantarme y despertarlas. Ambas se veían tan lindas cuando dormían que no me atrevía a despertarlas. Además de que la sensación de sus cuerpos contra el mío era más que agradable.
¿Quizás me volví más pervertido?. Antes hubiera estado al menos cuestionando la idea de tenerlas a ambas en una situación así, especialmente a Ruby. Quizás lo que ocurrió con Summer ayer me hizo más atrevido.
Aunque en mi defensa, realmente no estaba pensando en nada sexual ahora mismo. Prueba de ello es que a pesar de la situación en la que estaba, mi amigo ahí abajo seguía dormido.
"Nngh...". Escucho a Ruby soltar un débil murmullo mientras parecía despertarse. Sus ojos somnolientos miraron a su alrededor por unos instantes antes de enfocarse en mí. Un enorme sonrojo adornó sus mejillas mientras nuestras miradas se cruzaban. No pude evitar sonreír ante lo adorable que se veía.
"Buenos días". Le digo.
"B-buenos días...". Ella corresponde al saludo. "Yo— ésto... Fué idea de Yang...".
"Oh, entiendo. Bueno, no es como que me moleste realmente". Respondí, mientras mi brazo la rodeaba, abrazando su cuerpo aún más contra el mío. Ella parecía incluso más avergonzada por un instante, hasta que su expresión cambió a una más relajada, más a gusto.
"Que bueno que te guste...". Escuché a Yang murmurar. La ví, aún luciendo somnolienta, la parecer la pequeña plática con Ruby la había despertado. "Pero, mi propia hermanita echándome la culpa cuando ella también quería... Pobre de mí...".
Yang y yo nos reímos a costa de la vergüenza de Ruby, mientras esta parecía mortificada. Pasé mi mano por su corta cabellera negra, intentando consolarla. Nos quedamos así unos segundos, hasta que el olor del desayuno invadió mi nariz, provocando que mi estómago retumbara.
"Quizás sea hora de levantarse ya...". Dije.
Yang se acurrucó más a mí mientras hacía un pequeño puchero. "Pero no quiero...".
"Yang, Gray tiene razón, deberíamos bajar y desayunar". Argumentó Ruby.
"Dices éso, pero tú tampoco lo has soltado". Respondió Yang, a lo que la hermana menor no pudo evitar lucir nuevamente avergonzada.
"Yá, yá. Pasaremos el día juntos, pero ahora realmente tengo hambre".
"¿Incluso con todo lo que te comiste anoche?". Preguntó Yang. Haciéndome recordar el cómo había devorado casi todo lo que había encontrado ayer en el refrigerador. No pude evitar sentirme algo avergonzado. Debería disculparme con Summer por éso y compensarlo de alguna manera.
"Voy a disculparme con Summer por éso, pero ahora...". Me moví, saliendo del agarre de ambas para sentarme en la cama y salir finalmente. "Voy a darme una ducha rápida para bajar y desayunar. Las veo abajo".
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Yang y Ruby miraron algo decepcionadas como Gray salía de la habitación. Sin embargo, ambas se recuperaron de aquel sentimiento rápidamente al pensar en los planes que ambas tenían para estos dos días.
"Bien... ¿Quien será la primera?". Preguntó Yang, mirando a su hermana menor acostada a su lado.
Ruby permaneció pensativa por unos segundos antes de responder. "Creo... Que tú deberías ir primero".
"¿Segura?".
Ruby asintió. "Sí, así luego puedes darme algún consejo para cuando yo salga con él mañana".
"Muy bien...". Yang sonrió. "También podrías preguntarle a mamá hoy, ella es la que más tiempo a pasado con él, quizás ella sabe más sobre lo que le gusta".
"Tienes razón...". Ruby se sentó en la cama, sin Gray junto a ellas, ya no había razón para quedarse acostadas a esta hora. Así que decidió levantarse también para prepararse para el día.
Con Ruby también saliendo de la habitación, Yang no pudo ocultar la sonrisa de satisfacción que adornó su rostro.
"Por fin...". Murmuró para si misma. "¡Por fin puedo tenerlo para mí sola hoy!". Se regocijó la rubia mientras rodaba en su propia cama, impaciente por todo lo que le esperaba este día.
"¿A dónde debería llevarlo primero?". Se preguntó, abrazando una de sus almohadas con una tonta sonrisa en sus labios. ¿Quizás al cine?. No, ella quería pasar tiempo con él, una película ocuparía varias horas de simplemente estar mirando una pantalla enorme. ¿El centro comercial de Vale?. Quizás, al menos ahí pasarían por las tiendas viendo cosas y comprando algo.
Se levantó de la cama, parándose frente a su armario para buscar ropa que ponerse. Quería verse bien hoy. No podía desperdiciar esta oportunidad de lucirse un poco y sorprender a Gray con algún conjunto lindo.
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Puse todos los platos sucios en el lavaplatos. Luego de un agradable desayuno, me sentía listo para el resto del día. Curiosamente, Yang no había bajado aún a desayunar, por lo que solo fuimos Ruby, Summer y yo. Los tres simplemente conversamos de forma ociosa mientras comíamos.
De alguna manera, Ruby se las arreglo para que la conversación terminara nuevamente en el tema de mi futura arma, incluso mostrándome fotos en su Scroll del proceso casi finalizado. Por lo que ella me mostró, el arma tendría tres modos, uno en forma de alabarda, otro en el que se acoplaría para disminuir su tamaño y tomar la forma de un hacha, y el último con las cuchillas acopladas para no resultar incómodo o peligroso y servir como una especie de rifle de francotirador.
Ella me había preguntado si había pensado en algún nombre para el arma, a lo que no supe que contestar. Por el simple hecho de que hasta ahora, nunca había pensado en que tendría que nombrar el arma. Me parecía algo innecesario, no solo por el hecho de que planeaba tener más armas, también porque bueno, solo era un arma. Por lo que ví, sería bastante impresionante, pero igual, solo era un arma.
Sin embargo, sabía que no debía decirle algo así a Ruby, no con lo entusiasta que ella era con respecto a todo esto. Por lo que simplemente le dije que no, para pedirle luego que le pusiera un nombre ella misma, ya que ella la había construido.
Cuando todos habíamos terminado el desayuno, Yang aún no había bajado, por lo que tras ayudar a Summer a lavar los platos sucios, tomé el plato con el desayuno de Yang y subí hasta su habitación. Al llegar, veo la puerta medio cerrada, por lo que me acerco a ella.
Tocando un par de veces, llamo mientras la empujó lentamente para entrar. "Yang, ¿Estás bien?. No has bajado a desa—".
"¡Ah!. No entres, me estoy cambiando". Ella grita, mientras la veo vistiendo solo su ropa interior. Por mucho que me hubiera gustado disfrutar de aquella vista, le hago caso y me giro rápidamente para salir.
"Ok, voy a dejar tu desayuno aquí afuera".
"¡E-espera!...". Antes de que pueda irme, ella vuelve a gritar, llamando mi atención. "Ok, está bien... Entra".
"¿Estás segura?". No puedo evitar preguntar.
"Si, está bien". Respondió ella, aún sonando ligeramente insegura.
Voltee a verla nuevamente y contrarió a lo que esperaría, ella no estaba intentando cubrir su cuerpo semidesnudo de mí. En cambio, permaneció de pie en medio de su habitación, mirándome algo avergonzada.
"Yo... Te traje el desayuno...". Levanté el plato en mis manos, mientras era incapaz de apartar la vista de su hermoso cuerpo. "¿Por qué no bajaste?". Pregunté, aclarando un poco mis pensamientos.
"Yo estaba buscando algo lindo que ponerme para hoy... Pero no encuentro nada especial...". Solo al escucharla decir eso es que noto que hay bastante ropa tirada, tanto en la cama como en su escritorio y silla frente a éste.
"¿Tu... Vas a algún lado?".
"Pues, sí... Quería que saliéramos hoy a la ciudad y... Ya sabes... Pero no me decido por qué ponerme".
"Oh... Aunque realmente no me importa mucho como te vistas". Yang se detuvo ante mis palabras. Sus hombros cayeron ligeramente mientras me miraba con... ¿Decepción?.
"¿N-no te importa esta cita?".
La miro con algo de confusión. "Si... Por supuesto, solo digo que no tienes que preocuparte tanto por tu ropa". Le respondo, colocando el plato sobre su cama. Noté como incluso con mi respuesta, ella parecía inconforme con algo. "¿Que sucede?. Te vés un poco...".
"Es sólo qué... Quería que esta cita fuera especial...". Respondió ella, murmurando débilmente la última parte.
"Yang, no tienes que esforzarte por mí. Me basta con pasar tiempo contigo. Ni siquiera tenemos que salir, podemos quedarnos aquí si quieres. O podemos ir a cualquier lugar que te guste". Empiezo, mientras la tomo de los hombros. "Soy un chico bastante simple, si me das algo con chocolate y pasas tiempo conmigo ya me enamoraste completamente".
Éso provoca una pequeña y hermosa risa de su parte. "Pff... Jajajaja. ¿Enserio?. Chocolate y yo. ¿Solo con eso eres feliz?".
"Claro. Mientras las tenga a ustedes a mi lado, no me hace falta mucho más". Respondí con una sonrisa.
Ella sonríe tranquilamente, acercando su cuerpo hacia el mío. Terminamos abrazados, mientras yo acariciaba lentamente su salvaje y suave melena rubia, disfrutando del como sus mechones se sentían contra mis dedos. Y notando como, a pesar de lo suave que era su pelo, este se mantenía tan salvaje, en un extraño balance entre estar despeinada y tener su pelo arreglado. Además, ¿Ese mechón sobre su cabeza se movía como una cola?.
Ambos permanecimos en un tranquilo silencio, que terminó cuando me dí cuenta de la situación en la que estaba. Hasta ahora lo había ignorado, pero Yang seguía en ropa interior mientras me abrazaba, por lo que sus pechos semidesnudos estaban presionando contra mi pecho y como era de esperarse, mi amigo ahí abajo empezó a levantarse, cosa que Yang notó.
Ella bajó lentamente la mirada, hasta ver el creciente bulto en mis pantalones. Ambos nos sonrojamos al mismo tiempo cuando nuestras miradas se cruzaron.
"V-vaya... Yo... Cielos...". Ella tartamudeo nerviosa, mirándose así misma y dándose cuenta de que ella era la razón por la que yo estaba así. Una sonrisa, orgullosa y nerviosa a partes iguales adornó sus labios mientras parecía indecisa de que hacer en este momento.
"Q-quizas debería irme y...". Intento decir, pero antes de que pudiera terminar de hablar, ella tomó mi mano derecha, deteniendo cualquier plan que tuviera para salir de aquí.
"N-no... Ésto es culpa mía... Así que yo… debería ayudarte a arreglarlo… ¿No?".
No necesitaba pensar demasiado para saber a lo que ella se refería. "Yang... No es que no quiera, pero, Ruby y Summer están abajo". Advierto.
"Entonces... Solo debemos evitar hacer ruido, ¿No?". Ella responde. Sonando extrañamente familiar a lo que la propia Summer me había dicho no hace mucho.
Su rostro lucía bastante sonrojado, mientras su respiración empezaba a volverse ligeramente pesada. Su expresión necesitada, junto con la vista de su hermoso cuerpo, solo cubierto por su ropa interior, hicieron que mi autocontrol me abandonara rápidamente.
No pude resistirme cuando ella me guío hasta su cama. Quitando el plato que yo había puesto antes y colocándolo sobre su escritorio, ella me empujó hasta que quedé sentado sobre el borde del colchón. Ella se arrodilló frente a mí, desajustando mis pantalones lentamente mientras sus ojos se llenaban de anticipación.
Cuando el cierre de mis pantalones bajó, ella sacó mi miembro, exponiendo toda su longitud. Con ambas manos, ella empezó a juguetear con mi virilidad lentamente. Subiendo y bajando sus manos mientras acercaba su rostro hacia mi eje erecto y palpitante.
No pude evitar jadear débilmente al sentir sus labios presionado contra mi glande, para que poco después su lengua empezara a rodearla. Ella parecía bastante satisfecha con mi reacción a juzgar por la sonrisa orgullosa que apareció en su rostro al verme.
Ahora con más confianza, ella mantuvo su mano izquierda en la base , mientras con la derecha masajeaba toda mi longitud y con su boca chupaba la punta. Un gruñido escapó de mi boca al sentir el creciente placer de su mamada. Y ella también parecía disfrutarlo más a medida que mi habilidad innata hacía efecto en ella. Ella cerró los ojos, profundizando aún más su mamada, mientras su mano derecha bajaba hasta su propia entrepierna.
Yang empezó a tocarse al mismo tiempo que sus labios envolvían mi pene, enviándome corrientes de placer al sentir como su lengua se envolvía alrededor de mi miembro. Eché mi cabeza hacía atrás cuando ella profundizó aún más su mamada, sintiendo como la punta de mi pene empezaba a entrar en su garganta. Ella soltó un quejido del cuál se recuperó rápidamente para continuar chupando gran parte de mi longitud.
Yang movió ambas manos hasta su zona íntima, moviendo sus dedos casi frenéticamente contra sus labios inferiores. Mientras yo tomé su cabeza con mi mano derecha, ayudándola a continuar con su mamada y profundizando esta. En éste punto, ella prácticamente había tragado casi toda la longitud de mi pene.
Su saliva caía desde sus labios, manchando toda mi virilidad hasta la base. Mientras Yang, parecía disfrutarlo más de lo que cabría esperar, si no se tomaba en cuenta el efecto que mi cuerpo tenía sobre ella. El único que debería estar disfrutando ésto debería ser yo, pero con el 'Dulce toque' más bien parecía que ella estaba disfrutando incluso más que yo de ésto.
Su mamada continúo por un poco más, hasta que sentí cómo me acercaba a mi límite. Las manos de Yang aceleraron su ritmo sobre su feminidad, quizás como consecuencia de que ella también estaba cerca del orgasmo. Las palpitaciones de mi pene se hicieron más fuertes a medida que el éxtasis llegaba. Mis testículos se empezaron a contraer, mientras mi carga se preparaba para salir disparada.
Empujé su cabeza aún más contra mi entrepierna, haciendo que ella tragara toda mi polla. Su garganta apretó contra mi glande y parte de mi eje, provocándome más placer y haciendo que mi corrida llegará antes.
Eché nuevamente la cabeza hacia atrás al sentir como mi semilla salía disparada directamente en la garganta de Yang. Mi mano apretó su pelo mientras gruesos chorros de semen pintaban su garganta. Yang abrió los ojos con sorpresa, tanto por mis eyaculaciones como por su propio orgasmo. Sus manos se detuvieron, mientras sus jugos íntimos salpicaban el suelo debajo de ella.
Cuando mis eyaculaciones terminaron, no pude evitar soltar un largo suspiro de satisfacción. Lentamente, empuje a Yang hacia atrás, sacando mi pene de su boca. Ella succionó toda mi longitud, tratando de no dejar nada de mi semilla fuera de su boca. Cuando la totalidad de mi miembro salió de su boca, ella tragó todo lo que quedó de mi semen en su boca, jadeando poco después mientras su mirada parecía embriagada en la lujuria.
Ella se puso de pie, empujándome mientras se subía encima mío. La sonrisa juguetona que tenía, junto con aquella mirada deseosa fueron algo a lo que no pude resistirme.
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"Ruby, voy a salir al pueblo por suministros... Ya que Gray se comió casi todo lo que había en el refrigerador...". Summer comentó, cerrando la puerta de su refrigerador con impotencia. Incluso si Gray se había disculpado, eso no quitó el hecho de que había casi acabado con sus suministros para la semana. "Estoy pensando seriamente en castigarlo por éso".
Ruby soltó una pequeña risa ante el pensamiento de Gray siendo castigado por su madre. "Ok mamá".
Summer salió de la casa, dejando a su hija menor sentada en el sofá de la sala mientras jugueteaba con su Scroll. Sin embargo, luego de unos minutos, Ruby se empezó a aburrir. Ella quería jugar algún videojuego, pero jugar sola no era tan divertido, por lo que quería jugar con su hermana o con Gray. Sin embargo, no los había visto desde el desayuno.
Encontró eso bastante extraño, aunque no había pasado tanto tiempo desde que Gray había subido al cuarto de Yang con el desayuno de ella, le parecía raro que aún no hayan bajado. Sabiendo que ella y Yang habían planeado tener citas con Gray, esperaba que ellos ya hubieran bajado.
Sin nada que perder, decidió subir a comprobar que estaban haciendo. Con un pequeño salto, ella salió del sofá, dirigiéndose hasta las escaleras. Caminó tranquilamente hasta llegar al cuarto de su hermana, pero mientras más se acercaba, unos sonidos empezaron a llamar su atención.
Si fuera hace algunas semanas, aquellos sonidos le parecerían extraños, sin embargo, ahora, esos sonidos le eran bastante familiares. Habiendo descubierto lo que eran los vídeos para adultos, reconocía cómo sonaban dos personas mientras lo hacían.
Sus pasos se ralentizaron a medida que se acercaba a la puerta de la habitación de su hermana. Los sonidos provenientes de dentro de hicieron más claros; dos cuerpos chocando lentamente entre sí. Sumado a unos gruñidos apenas contenidos y jadeos amortiguados por alguna almohada o una sábana.
Ruby sintió cómo su corazón se aceleraba a medida que la imagen mental de su hermana y Gray haciendo cosas de adultos se hacía más clara. Finalmente ella llegó hasta la puerta, encontrando esta medio abierta. Lentamente, se asomó por la pequeña abertura, enfocándose en ver algo.
Incluso cuando sabía que esperar, se sorprendió al ver a Gray, detrás de su hermana, sujetando sus caderas mientras movía su entrepierna lentamente contra el trasero de Yang. Su hermana estaba boca abajo, sosteniendo las sábanas de su cama, mientras mordía casi desesperada una de sus almohadas para evitar que sus gemidos sean demasiado fuertes. Ambos estaban casi desnudos, estando Yang solo en ropa interior, mientras Gray estaba con el pecho descubierto y solo llevando puesto sus pantalones, los cuales estaban completamente desabrochados.
Gray acercó su torso aún más contra el cuerpo de Yang, acariciando su espalda mientras le susurraba algo. Sus embestidas no se detuvieron, continuando asaltando la feminidad de Yang lentamente.
El pecho de Ruby prácticamente dolía en este punto debido al calor que sentía cuando su exitacion creció. Ésto era diferente de ver un vídeo para adultos. Ella estaba practicamente frente a dos personas mientras lo hacían. Y no solo dos personas cualquiera, una de ellas era su propia hermana y la otra el chico que le gustaba, lo cual por alguna razón la exitaba aún más.
Ella quería estar ahí. Estar en el lugar de su hermana. Ser sostenida por esas manos grandes y fuertes mientras sentía como su interior era invadido por ese grande y grueso miembro viril.
Sin darse cuenta, Ruby ya había comenzado a jugar con su feminidad. Sus dedos presionaban por encima de sus bragas, las cuales ya estaban empezando a empaparse por sus propios fluidos íntimos. Se vió obligada a usar su mano libre para tapar sus labios y evitar que la descubran por soltar algún gemido.
Ella se sentía más exitada de lo que nunca lo había estado. Los vídeos en internet no se comparaban en nada a ver algo como esto en persona. Y quería saber cómo se sentiría experimentarlo ella misma.
Necesitaba sentirlo ella misma.
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Yang respiró pesadamente cuando su orgasmo terminó. Se estremeció al sentir como el miembro duro de Gray salía de su feminidad, dejando salir toda la semilla de su interior. Debería estar preocupada de manchar sus sábanas con todo el semen que estaba saliendo, pero no podría importarle menos algo como éso en este momento. Ella jadeó, recuperando el aliento luego de correrse como nunca lo había hecho en su vida.
Cuando se tocaba a si misma no se sentía tan bien. Ni siquiera la primera vez que lo hizo con Gray se sintió tan bien como ahora. No sabía cómo lo hacía, pero su cuerpo se sentirá como si fuera a derretirse de placer bajo su toque. Y ser penetrada por él, era simplemente incomparable a nada que haya sentido.
Ella se mordió el labio inferior al sentir los labios de Gray sobre su espalda y cuello. Sus besos subieron lentamente, provocando pequeñas corrientes de placer que amenazaban con hacerla peder el conocimiento.
Ella sintió cómo el miembro de Gray descansaba sobre su trasero, sin embargo, el no hizo ningún intento de volver a meterlo mientras ella se recuperaba. Incluso a pesar de que parecía estar esforzándose por contenerse a sí mismo.
Trás unos segundos, ella se recuperó lo suficiente como para girar su cuerpo sobre la cama, quedando frente a él. Ella extendió sus brazos hacia Gray, atrayéndolo para abrazarlo e invitarlo nuevamente a penetrarla.
Moviéndose un poco, Gray separó sus piernas para colocar su pene frente a su feminidad. Sostuvo sus muslos con ambas manos antes de meter lentamente su pene en su vagina chorreante de semen y jugos íntimos de ella misma.
Gray acercó su cuerpo al de Yang, abrazándola también mientras empezaba a moverse lentamente. Una de sus manos bajó hasta sus caderas, acariciando lentamente las caderas de Yang mientras movía su propia entrepierna. Yang tuvo que esforzarse por contener su voz, pero era demasiado complicado cuando el placer la invadía con cada uno de los movimientos de Gray. Sus gemidos contenidos empezaron a resonar en la habitación, casi preocupando a Yang por qué alguien los descubra. Por suerte, Gray la cayó cuando juntó sus labios con los de ella. El asalto de sus labios, sumado al de su zona íntima y las caricias regulares hicieron que la mente de Yang quedara en blanco.
Ella se entregó al placer. Dejándose llevar por la lujuria que no hacía más que crecer a cada segundo.
Incluso sí no había salido como ella quería, no negaría que estaba disfrutando demasiado del resultado. Luego se preocuparía de arreglar una cita con Gray. Ahora lo único en su mente era Gray y el placer que le estaba haciendo sentir.
Trás un tiempo que ella no se preocupó en medir, sintió cómo ella estaba cerca del climax. Su interior apretó contra el eje erecto de Gray, haciendo que este aumente la fuerza de sus empujes.
Cuando finalmente ella llegó al climax, sintió cómo su interior era llenado nuevamente con la espesa y caliente semilla de Gray. Ella quería gemir con fuerza, pero los labios de Gray se lo impidieron, saliendo solo unos jadeos apenas contenidos con cada una de sus eyaculaciones.
Su mente quedó completamente en blanco por unos segundos. Incapaz de pensar en absolutamente nada además del placer que la invadió.
Cuando ambos terminaron de correrse, sus labios se separaron, haciendo que Yang empezara a jadear pesadamente en busca de aire.
Distraídamente, miró a su alrededor, creyendo haber visto algo en su puerta. Pero prestando atención, no notó nada extraño en ella. Sin ver nada de lo que preocuparse, ella solo se enfocó en el chico encima suyo que estaba listo para seguir con su sesión de amor.
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Fin—.
Bueno gente, gracias por esperar. Espero que este capitulo compense un poco la tardanza.
Sobre el capítulo en sí, tenía planeado hacerlo diferente, que sea una cita más típica entre Yang y el prota, pero tras pensarlo un poco, me pareció que eso sería algo repetitivo. Ya tuvo una cita con Summer, y luego tendrá una con Ruby. Tres capitulos de citas parecía un poco repetitivo en mi mente, así que me decanté por ésto. Yang ya tendrá su cita, pero de momento, esto es lo que hay.
Y creo que más nada. Espero que les haya gustado y será hasta el siguiente capítulo, el cuál ya está en proceso. Bye :3