Sorpresa

—Otoño estaba de mal humor. Y eso no era todo. Lo peor era que no sabía por qué se sentía así. Las tres mujeres —Nora, Evana e Isabella— que habían venido de visita eran extremadamente amables con ella, Arabelle y Gabe. Aunque habían aparecido sin avisar, trajeron mucha comida y regalos para Arabelle, para deleite de Arabelle y 'para no molestarle'. Lo que había temido, que fueran presumidas y engreídas, no había ocurrido. Hubo un momento extraño cuando Arabelle se presentó, pero no había podido entenderlo.

Aun así, seguía sintiéndose infeliz con ellas. Mientras guardaba la vajilla que Gabe e Isabella habían lavado y secado, se dio cuenta de que sentía envidia de la camaradería tan natural que estas mujeres compartían con Gabe. Fue un reconocimiento sobrio entender que, aunque había empezado a considerar a su esposo como su amigo, no era su único amigo. Todas sus cuñadas también eran sus amigas.