—Al ver a su novio así, Pan Meijia suspiró y dijo: «Hermano Yun, no te enojes. Esa mujer siempre es así. No te tomes a pecho sus palabras, ¿vale?».
—Li Lingyun dejó el cubo que tenía en la mano y miró a su novia. Observando su expresión tranquila y despreocupada, dudó durante mucho tiempo antes de decir: «Jia Er, aunque a ti no te importen sus palabras, a mí sí».
—«Ella te difamó e intentó arruinar tu reputación. Como tu prometido, ¿cómo puedo ser indiferente a este asunto y dejar que ella hable como le plazca? Es mi derecho y responsabilidad protegerte y estar enojado».
—Extendió la mano para tomar la de su novia y continuó: «Sé que no hay nada entre tú y el Camarada Han, y él no ha hecho nada que cruzara la línea. Sin embargo, otras personas no lo saben. Este asunto no solo te afecta a ti y a mí, sino que también afecta la reputación del Camarada Han y de nuestra familia».
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