'Waaah… que cansancio, como me duelen los brazos… esas dagas si que son demasiadas pesadas eh… parece que tendré que aumentar mis horas de entrenamiento si es que quiero dominarlas' - Nuestro protagonista bostezó mientras se sobaba los hombros adoloridos.
Ahora mismo estaba en la plataforma esperando a que su tren llegara. Todo el mundo le daba miradas debido a que su apariencia y su cuerpo destacaban entre toda la cantidad de personas que aquí había.
Y sí que había muchas, pues hoy iniciaba una nueva semana de trabajos y/o estudios, por ello que muchos de los presentes tenían una mala cara, muchos aun tenían sueño, incluido Yuuma
No obstante, nuestro protagonista se había levantado temprano y para comenzar a realizar sus ejercicios diarios como siempre.
Pero hoy hizo algo un poco diferente, pues agregó una rutina más a sus ejercicios.
Comenzó a utilizar sus dagas asesinas para entrenar con ellas.
Si bien no estaba practicando algún estilo de lucha y solo estaba balanceando sus dagas, el objetivo era que su cuerpo se acostumbre al peso que estas tenían.
En un inició pensó que estas dagas estaban mal diseñadas ya que, si bien eran realmente resistentes y su filo era de temer, su peso no era el adecuado para que sean utilizadas para el asesinato.
Sin embargo, luego dedujo que en realidad estas dagas si estaban bien hechas, solamente era él mismo el que no podía manejarlas correctamente aún.
Por ello comenzó a entrenar balaceándolas y adecuándose a su peso, estando así por casi media hora.
*Boing*
De repente, Yuuma sintió en su espalda la suave presión de lo que parecían ser dos enormes globos.
Cuando se dio la vuelta, vio un rostro familiar.
"¡S-Sensei, lo siento! Estaba tan apurada que no vi el piso que me resbalé"
Ai-chan, con el rostro visiblemente sonrojado, estaba pidiendo disculpas. Y es que, cuando llegó a la plataforma y vio a nuestro protagonista, se emocionó tanto que caminó de prisa para estar a su lado, pero en medio del caminó tropezó con algo y cayó hacia delante, chocando con su sensei.
'Ah cielos, ahora recuerdo por qué diablos me estoy partiendo el lomo y haciendo esas misiones suicidas' – Yuuma solo sonrió al ver esta escena.
"Jajaja, no te preocupes Ai-chan, no me incomodó para nada"
Nuestro protagonista le dio unas palmaditas en la cabeza de la chica, cosa que ella no rechazó. Es más, parecía que le gustaba.
[El tren llegará a la plataforma 03 en un minuto, por favor quédense detrás de la línea amarilla]
"Ven Ai-chan, ya llega nuestro tren, debemos formarnos"
"M-Mmm, está bien"
Para cuando se anunció la llegada del tren, todo el mundo comenzó a formarse en filas para que puedan ingresar de una manera más ordenada a los trenes.
Yuuma, cuando estuvo dándole palmaditas a su alumna, se dio cuenta que la mayoría de los hombres comenzaron a mirar con recelo esta escena, pues Ai-chan era una verdadera belleza que tenía el cielo por delante.
Incluso algunos de ellos tenían unas miradas un poco lujuriosas.
Debido a ello, decidió cuidar a su alumna, por eso la hizo formar delante suyo, así evitando que alguien intente hacerle algo deshonesto. Solo esperaba que esto no la incomode ya que estaban pegados por la cantidad de personas que se formaban en la fila.
¡Pero sin que nuestro protagonista supiera, Ai-chan estaba más que cómoda en estos momentos!
"Por cierto Ai-chan, la semana pasada solo te vi el primer día de la semana en el tren, el resto de días ya no coincidimos" – Yuuma habló para amenizar su situación.
"Ah… esto, e-es que yo soy la representante de mi clase, siempre vengo los lunes más temprano que de costumbre por las reuniones del comité estudiantil. Es por ello que tomo el tren para poder llegar antes de la hora usual"
Respondió Ai-chan mientras giraba y veía por encima de su hombro la figura de nuestro protagonista.
´¡Él está detrás de mí!'
'¿Qué hago ahora?'
El corazón de la chica estaba dando fuertes tumbos en este momento.
Claro que ella tenía interés en este profesor suyo, pero no se había imaginado que la segunda vez que lo vería, estarían en esta peculiar situación.
¡Incluso podía sentir la leve respiración de su profesor!
No sabía por qué, pero un calor comenzó a extenderse desde su pecho hacia todo su cuerpo, un calor que no le desgradaba, sino más bien, la hacía sentir mejor.
Si hubiera sido la semana pasada, no habría tenido problemas ya que ella sabía cómo manejar una situación como esta, pero hoy la figura de su sensei era un poquito diferente, y la sensación de estar a su lado era más especial, por lo que su mente se perdió por un momento.
"Oh, representante de tu clase, eso quiere decir que eres muy buena alumna ¿verdad?"
"N-No soy tan buena alumna, solo tomé el cargo porque nadie más quería hacerlo" – la chica respondió mientras trataba de disimular su sonrojo.
No obstante, Yuuma se pudo percatar que incluso las orejas de la chica estaban completamente rojas.
'Ah carajo, creo que fui muy rápido. A pesar de que tuvimos un primer encuentro muy animado, parece ser que hoy se me pasó la mano'
"Ai-chan ¿te incomoda estar así? Si quieres puedo hacer más espacio para-"
"¡N-No! ¡no se preocupe sensei, no me incomoda para nada!"
Justo cuando Yuuma iba a alejarse, Ai-chan se hizo para atrás mientras trataba de cerrar la distancia que se había creado, apretando su trasero contra la cintura de nuestro protagonista.
Justo en ese momento, dos cosas ocurrieron.
*Triiiigggg*
La primera fue que el tren llegó a la estación.
La segunda es que el 'tren' de nuestro protagonista también se hizo presente, y fue Ai-chan la que atestiguó este hecho.
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"¡Miyamoto-sensei! ¡Buenos días!"
"Buenos días Kitagawa-san, buenos días a todos"
Cuando Yuuma entró al salón de clases, todos los alumnos lo saludaron. Pero el saludo más enérgico provino de la chica de cabello rubio.
Yuuma respondió con una sonrisa, lo que hizo que la mayoría de sus alumnas suspiraran y que los alumnos se sintieran dañados.
No obstante, para Marin Kitagawa, la sonrisa de su sensei le trasmitía buenas vibras y una gran energía que le gustaba mucho, cosa que la hacía sentir feliz.
Si no fuera porque estaban en horario de clases ella ya habría ido con nuestro protagonista a la sala de costura para comenzar a hacer el vestido de Shizuku-tan.
¡Es que no podía aguantar las ganas de empezar con todo esto, no podía empezar para convertirse en una cosplayer!
¡Incluso estuvo tan ansiosa por hacer el vestido que casi estuvo a punto de salir y buscar la casa de su profesor para que empezaran de una vez!
No obstante, ni siquiera tenía el número de Yuuma como para llamarlo y preguntarle por la ubicación de su casa, así que descartó de mala gana esa idea y tuvo que tragarse su ansiedad.
Si alguien se enterara de lo que Marin quería hacer, penarían que la chica no estaba bien de la cabeza.
¿Cómo diablos quieres ir sola a la casa de un hombre? Y para rematar ¡era la casa de su profesor!
"Bueno, espero que todos hayan tenido un buen fin de semana, empezaremos con el primer poema de la página 35, yo empezaré a leerlo y luego escogeré a quienes seguirán con la lectura ¿vale?"
"Hai"
Yuuma, quien se había percatado de la intensa y energética mirada que Marin le estaba dando, solo pudo reír irónicamente.
Sabía que la chica con aspiración a cosplayer no tenía segundas intenciones en estos momentos, solamente era una muchacha con la cabeza llena de aire y un sueño por cumplir.
Pero nuestro protagonista sabía que la cercanía que ellos tendrían en el futuro solo terminaría de una manera.
'Estas chicas de ahora… en verdad son realmente precoces'
Aun recordaba lo que pasó en la plataforma de la estación, aun recordaba cómo es que la suaves y bien formadas nalgas de Ai-chan hicieron que su 'hermanito' despertara.
¡Pero lo que más recordó fue que Ai-chan, la chica de sonrisa pura, ni siquiera se retiró, sino que se quedó pegada a él hasta que las puertas del tren se abrieron e ingresaron!
Aunque dentro del tren Yuuma comenzó a hablar de otras cosas para aliviar la tensión que había entre ellos, e incluso logró que Ai-chan se relajara un poco, sabía que la muchacha de vez en cuando le daba miradas esporádicas al bulto que nuestro protagonista tenía dentro de los pantalones.
Y aunque no decía nada, era evidente la gran 'curiosidad' que sus bonitos ojos mostraban.
Yuuma, al ver el bonito y tierno rostro sonrojado de Ai-chan, combinado con la evidente lujuria que se cernía en su mirada hizo que casi pierda los estribos y arrincone a su estudiante en medio de toda esa gente.
Sabía que Ai-chan prevenía de una historia muy provocativa, pero no esperaba esta rección tan rápidamente.
Era la segunda vez que se veían ¿acaso siempre fue una chica así de fácil?
Sin que nuestro protagonista lo supera, esto no se debía a que esas chicas fueran descuidadas o fáciles, sino se debía a su propia naturaleza
'Joder… ya van una semana que llegué aquí y no he tenido sexo hasta ahora, parece que necesito desfogar un poco de energía, sino, estas chicas la pasaran mal'