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Capítulo 27 – Subiendo de nivel

Guardé el cristal en mis bolsillos. Miré a Lena quien lucía realmente triste mientras miraba en una dirección completamente perdida en sus pensamientos. No sabía que pensaba esta mujer por lo que la ignoré.

-  A partir de mañana se realizará los entrenamientos de los caballeros. Cuando regresemos infórmale a Frederick. Son demasiados débiles todos ustedes. Continuemos nuestra caza.

Lena asintió ante mis palabras. Esta vez busqué el rastro de un cornejo cornudo. Este era otro monstruo principiante. Lo diferente en esta criatura es que fue conocida entre los novatos como la muerte blanca. 

Este animal no tenía nada diferente de los usual a excepción de sus cuernos afilados que emergían de sus cabezas. Estos conejos abrumaban a sus víctimas debido a su velocidad alarmantemente rápida. Uno tenía que tener buenos reflejos si querían derrotarlos. En mis tiempos de jugador morí varias veces enfrentándome uno de ellos.

Antes de usar la magia, tuve que aprender lo mínimo en el manejo de la espada. Antes de eso probé otras armas. Esa era la razón por la que usaba actualmente una espada. 

El rastro nos condujo a una pequeña área abierta con varias flores. En medio de las flores parecía sobresalir un cuerno. 

El cuerno se empezó a mover lentamente mientras algunas flores desaparecían de su lugar. El conejo estaba alimentándose de estas plantas. 

*Chirrido

Saqué mi espada de su funda y me acerqué directamente. Sin embargo, antes de que pudiera dar un paso al frente una mano me detuvo.

-  Señor. Eso es un conejo cornudo. Esa cosa es muy peligrosa. 

Miré a la cara a Lena como si fuera una tonta.

-  Mira y aprende. 

Con un movimiento brusco quité mi brazo del agarré de Lena y caminé así adelante. El conejo dejo de comer en el instante que notó mi presencia. Sus ojos cambiaron de color inmediatamente a un tono rojo y realizó varios chillidos advirtiéndome. 

-  Chi….Chirrrrrr… ¡Chiiiiiii!

El conejo me embistió salvajemente. Su velocidad era sorprendente, aun así, no era digno de ser mi oponente. Cuando el cuerno estuvo cerca de mí me hice a un lado y bajé mi espada decapitando al conejo. 

Sin perder más tiempo saqué el núcleo del conejo en su cerebro y el cuerno que valía mucho. Le ordené a lena que se alejara un rato. Al principio se comportó renuente. Sin embargo, yo era el señor aquí por lo que debía de obedecerme. Aproveché ese momento y consumí toda la sangre.

-  Felicidades por aumentar permanentemente su agilidad en 2 puntos.

-  Felicidades por obtener la habilidad esprintar.

Ahora era oficial. La sangre de monstruos aumenta mis estadísticas con un 100% de probabilidad. 

Tomé al conejo y se lo di a Lena para que lo cargara. En el siguiente par de horas continué la casa aumentando mis estadísticas. En total obtuve 10 puntos de habilidad. Además, logre subir con éxito al nivel 6. Al final mis estadísticas quedaron así.

Nombre: Merlín Von Diluc

Raza: Vampiro

Edad: 16

Nivel: 6

Estadísticas

Fuerza: 50(+5)

Defensa: 48

Agilidad: 49

Inteligencia: 52

Encanto: 34

Puntos de estadísticas: 14

Habilidades:

Control mental nivel 1, Garras de vampiro nivel 2, Mordida vampírica nivel 2, Drenaje de sangre nivel 2, Evaluación, Traducción, Inmortalidad, Cocina nivel 1, Rastreo nivel 1, Uso de la lanza nivel 1, Esprintar nivel 1.

Talentos:

Inmunidad al sol, Resistencia sexual aumenta, Encanto aumentado, Afinidad absoluta.

Nada mal para el primer día de caza. Aunque fue raro. Con la cantidad de criaturas que maté debí de haber subido hasta el nivel 8 por lo menos.

Viendo que el sol ya se estaba comenzando a ocultar regresamos a la ciudad. Lena también aumentó su nivel en 1 punto. 

Lena lucía realmente cansada mientras cargaba 4 conejos cornudos decapitados por sus patas. Fue una imagen algo graciosa.

Al llegar a la ciudad nos guardias nos dejaron entrar inmediatamente. El camino a la mansión también fue tranquilo, aunque rumores se esparcían sobre la caya. Desde mi cambio a vampiro pude notar varias cosas sobre mis sentidos. Podía ver en la oscuridad y mi sentido del oído era mucho más agudo. Permitiéndome escuchar sus conversaciones.

-  Ves al que va caminando ahí. Ese es el lord. Le dicen el sanguinario. El empaló a dos hombres solo porque lo miraron mal.

-  Hija ese es el lord. Debes de alejarte de él si lo ves en la calle. Dicen que le gusta quemar vivas a las mujeres que lo molestan.

Todo tipo de conversaciones entorno a mí se realizaban. No me molesté en resolver esos malentendidos para nada y continué mi viaje.

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