Trampa (Parte 2)

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—Sin embargo, no se preocupen, todavía les queda un año de vida. Les daré tanta libertad como sea posible durante el resto de sus vidas.

—Desafortunadamente, si ustedes no mueren, moriremos nosotros. Por lo tanto, no tenemos elección.

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Después de terminar de hablar, él realizó de repente un sello, y una nube de color sangre cubrió la formación mientras numerosas serpientes espirituales de color sangre salieron volando y rápidamente mordieron a los discípulos uno por uno. Cada discípulo que fue mordido por las serpientes espirituales de color sangre cayó débilmente al suelo.

Muy rápidamente, más de treinta discípulos del Reino Daoyuan ya habían sido derribados por las serpientes espirituales. Yacían en el suelo débilmente, habiendo perdido su capacidad de luchar.

Sus ojos impotentes miraban a los maestros de la secta. Estas eran las personas que una vez respetaron más y habían jurado seguir por toda su vida.