Zumbido, zumbido.
Un rayo de relámpago se escuchó en los alrededores, y pronto un gran relámpago dorado cayó del cielo.
¡BUM!
Un pequeño estruendo retumbó en la tierra cuando Víctor impactó en el suelo, pero curiosamente sus alrededores no fueron destruidos como se esperaba, simplemente dejando marcas de quemadura en el suelo.
Víctor sostenía a Eleonor como si fuera una princesa, mientras Eva se aferraba a su espalda.
Las caras de las dos mujeres se veían un poco enfermas, pero era evidente que Eleonor había sufrido más.
Sus ojos rodaban, su rostro estaba oscuro y parecía estar reprimiendo las ganas de vomitar.
Eva lentamente descendió de la espalda de Víctor y se apoyó en un árbol cercano. A pesar de haberlo hecho varias veces, todavía no estaba acostumbrada al nuevo modo de transporte de Víctor. Ver el mundo pasar tan rápidamente era una sensación muy... nauseabunda.
—Ugh... —Eleonor se llevó la mano a la boca.
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