—Noche difícil, ¿eh? —Preguntó Haug.
—Se podría decir eso. —Lith suspiró, mirando su amuleto del Consejo y las muchas notificaciones que Faluel le envió sobre su familia y el Reino.
Incluso el camarero, normalmente alegre, se sorprendió ante la noticia de que Belius casi había caído y estaba ansioso por leer las crónicas de las tres batallas en el enlace interno del Reino.
—¿Todavía tienes algo de esa Garuda Carmesí?
—Depende. ¿Vas a robar otro barril? —Respondió Haug.
—No.
—Entonces sí tengo algo más. —El camarero ofreció a Lith una jarra de cerveza llena de la cerveza roja, cuidando de nunca mostrarle la fuente, solo por si acaso.
—Gracias. No vas a creer lo que me pasó esta noche. —Lith le dio un informe sobre los últimos eventos y el progreso que habían logrado en rastrear a los niños desaparecidos.
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