Castigando a Vera

—Achú! —Vera estornudó y se cubrió aún más con la manta—. Mamá, no puedo soportarlo más. Ese niño se ha convertido en mi pesadilla. —Lloró.

Madam Caroline miró a la chica sosteniendo una taza de té caliente con un gran edredón blanco envuelto alrededor de ella y preguntó: —¿Qué ha pasado de nuevo? —Había estado recibiendo llamadas de Vera informándole de lo que sucedía en la casa. Los problemas siempre eran sobre Jeslyn y nunca sonaba tan molesta y enferma.

—Se niega a verme como su madre y lo peor es que es muy irrespetuoso conmigo. —Las lágrimas salieron de sus ojos y cayeron sobre el edredón.

La cubierta estaba tan apretada alrededor de ella que uno temía que se asfixiara.

—¿Qué cosa nueva ha hecho mi nieto? ¿No es la primera vez que te ha faltado al respeto, verdad?... ¿Y por qué estás tan envuelta? —No le importó la cara blanca de Vera.