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Capitulo 3: Uchiha Madara

"Su nombre será Uchiha Madara"

"¿Madara?"

"¿Como el legendario Uchiha que formo el clan tal como lo conocemos...?"

"Exactamente... Igual que nuestro gran antepasado..."

"Mmmm...."

"No lo se cariño... ¿no crees que ese nombre le daría una vibra mala a nuestro hijo?. El podría sufrir debido a su nombre, recuerda que nadie lleva ese nombre y si nuestro hijo lo lleva será un completo desastre para él... no lo se, solo piénsalo..."

"Cielo, el niño estará bien... Nuestro hijo no sufrirá nada de eso, somos de clase baja y nosotros no somos considerados por el clan como elementos interesantes, somos solo unos miembros mas de este clan y no creo que haya muchas complicaciones para que nosotros, además, no duraremos demasiado en este lugar por lo que no creo que tengamos por que preocuparnos por sujetos como ellos"

"¡Si, pero-!"

"Nada de eso... No tienes por que preocuparte por ello ahora mismo, por ahora dejémoslo por aquí y discutámoslo cuando tengas mas energía... Ahora debes estar cansada, así que lo mejor es que descanses... Debes estar cansada. cielo..."

"Entiendo..."

El hombre tomo la mano de su esposa con fuerza y se quedo a su lado protegiéndola, sintiéndose segura, ella se quedo dormida profundamente en los brazos de su amado esposo, ella estaba muy exhausta que no pudo evitar dormir al instante, el hombre solo sonrió profundamente mientras miraba a su hermosa esposa, luego miro a su hijo mientras le decía que lo protegería a cualquier costo.

"Hijo, definitivamente te protegeré"

.

.

.

"¿Uchiha Madara?..."

"Escuche bien...."

"¡¿Acaso rencarne como Uchiha Madara...?!"

"...."

"No, no, no..."

"Eso no tiene sentido.... no tiene sentido reencarnar en uno de los personajes mas poderosos de este universo.... no tiene ni un poco sentido ¿o si?"

"....."

"Joder... me estoy emocionando demasiado. Jajaja... Por fin...por fin algo bueno en mi vida ha sucedido... Jeje ya quiero que inicie mi vida en este mundo, ya quiero probar mis nuevas habilidades..."

"Ajaja ya quiero comenzar a practicar, ya quiero ir romper este mundo..."

"Mi viejo nombre ya no lo necesito desde ahora, Ahora pasare a llamarme Madara, Uchiha Madara..."

"Jeje"

El chico o ahora mejor Madara, estaba bastante feliz por todo lo que estaba sucediendo, el joven ahora estaba viviendo la mejor parte de su vida, sin duda toda su infelicidad que arrastraba del mundo anterior había desparecido en el momento que escucho que pertenecía al clan Uchiha, en ese momento su infelicidad desapareció, dejando solamente la gran felicidad que sentía en este momento, El chico, ahora autoproclamado como el nuevo Madara, deseaba creer rápido para poder ser una leyenda en este mundo.

"Gracias Dios, gracias por esto... De verdad te agradezco que me hayas al menos reencarnado en un Uchiha... Gracias..."

Madara solo pudo agradecer al dios que le habia otorgado este magnifico cuerpo, ahora no tenia preocupaciones, solamente quedaba un rastro de felicidad que no iba a desaparecer por nada en el mundo.

"Bien. Ahora dormiré un poco... Al parecer ser un bebe me deja completamente exhausto y con muchas ganas de dormir, además esta sanación cálida es algo que había olvidado hacia tiempo, sin duda las madres tienen algo muy especial dentro de ellas...."

Madara durmió felizmente en los brazos de su madre mientras pensaba emocionado en lo maravilloso que podría ser su futuro, el no tardo nada en dormir, aunque estaba muy feliz y su mente estaban llena de pensamientos respecto a lo hermoso que podia ser el futuro, Madara no pudo evitar cerrar los ojos del conciencio, el factor de ser un bebe realmente influía en su cuerpo, por lo que sin mas remedio tuvo que dormir profundamente...

.

.

.

Habían pasado los años, pasaron alrededor de 4 años, Madara como se hacia llamar, descubrió que efectivamente estaba en el mundo de los ninjas, su padre le mostro todo lo que tenia que ver con este mundo, le mostro lo que era el Chakra y como era que este funcionaba, naturalmente Madara se emociono al saber que en verdad podía utilizar técnicas poderosas como las que veía en ese anime que tanto veía en su mundo anterior, pero ahora no lo veía tras una pantalla sino que lo miraba en la vida real y eso era simplemente fascinante.

Su padre le enseñaba diferentes cosas, como el control del Chakra, sus técnicas y usos, eran cosas extensas pero que valían demasiado la pena escuchar, Madara estaba feliz de escucharlo y sin duda le dejaba con un enorme sabor de boca saber todas esas cosas que en un futuro sin duda le iban a servir, su padre también le mostro lo mas importante para los miembros del clan Uchiha, y no era otra cosa que del mismismo Sharingan, su padre le mostro todo lo que tenia que saber respecto a estos ojos, su función, las técnicas y demás, él también le conto como el Sharingan tenia 3 formas, un aspa, dos aspas y por ultimo las tres aspas que era por así decirlo la primera fase en el Sharingan, después le conto acerca del máximo poder que solo pocos Uchihas podían lograr poseer, se trataba de mas ni menos que del mismísimo Mangekyou Sharingan, la fase siguiente luego del Sharingan común y uno de los poderes mas grandes que un Uchiha podía aspirar a usar...

Su padre le conto como de difícil era despertarlo, le dijo que entre los Uchihas muy pocos podían despertar este poderoso poder y que solo los genios de cada generación podían despertar tan increíble poder, su padre le conto que él no era alguien fuerte y que era probable que no pudiera despertar el poder mas grande que un Uchiha podía despertar, le dijo que era demasiado débil y que probablemente él tampoco iba a poder despertarlo.

Lo dijo con tristeza pero Madara lo calmo diciéndole que no pasaba absolutamente nada, aunque por dentro pensaba otras cosas...

 Madara rápidamente se dio cuenta que sus padres eran personas relativamente comunes, casi no tenían talento en cuanto a la pelea y solo seguían ordenes de los mayores del clan, ellos eran pobres y no tenían demasiado dinero algo que le recordaba a su antigua vida pero no le importaba demasiado en esta, su padre se llamaba Uchiha Ryu, y su madre solamente se llamaba Hana, Madara no conocía mas sobre su madre ya que no hablaban sobre nada mas allá de lo familiar, el no pregunto ya que no era como si realmente le importara, después de todo, eran felices tal y como estaban.

Algo que lo confundió demasiado, era que el nombre de su padre no coincidía con el nombre del padre de Madara ya que sabia que el nombre del padre de Madara era otro, además de que él Madara original tenia hermanos y él ahora mismo no tenia ni un solo hermano y lo mas raro de todo era que su familia no parecía querer tener un hijo.

Durante los primeros años en este mundo, Madara no sabia en que era estaba, al inicio naturalmente pensó que estaba en la era de Madara Uchiha y de Hashirama Senju, pero después se dio cuenta de la realidad de las cosas cuando vio las 4 estatuas de los Hokages colocadas una a una en la icónica montaña que se mostraba en el anime.

Fue ahí cuando Madara se percato de la realidad, la obra estaba por iniciar y lo sabia debido a lo mucho que se hablaba acerca del ataque del zorro de las nueve colas y como el cuarto Hokage murió en este trágico evento, al momento de saber esto hizo que Madara sudara frio ya que sabia lo que se avecinaba pronto, era obvio que seguía la destrucción de su clan y lo peor era que su familia era pobre y era eventual que ellos no pudieran ganar una pelea contra el monstruo de Itachi y Obito con quienes no tenia comparación de nivel respecto al nivel que estaban ahora, sabia que su muerte seria inevitable y seria de manera dolorosa y cruel.

-¡Maldita sea...!-

-Justo cuando todo estaba yendo bastante bien me dan esta estaca al corazón.... ese evento naturalmente ocurrirá pronto y no habrá nada que pueda hacer...-

"Tsk...."

"Hijo ven aquí, entrenemos el Goukakyuu no jutsu"

"¡Si Papá!"

Los días pasaron, Madara ya estaba aprendido a usar el Chakra lo cual era sumamente cansado, su padre le enseñaba a utilizar la técnica tradicional de los Uchiha, lo cual fue algo fácil de aprender ya que era lo que día a día hacían dentro del clan, era sencilla pero lograr hacerla mas grande y poderosa era algo mas difícil de lo que aparentaba en un inicio por lo que tenia que esforzarse mas para poder lograr utilizar la poderosa técnica.

Así siguieron sus días, un tanto tranquilos pero se podía sentir la hostilidad en el aire, todos los del clan parecían preparase para algo grande, además de que a menudo se veían Anbus rodeando la zona que indicaban lo peor.

La rebelión estaba cerca y la destrucción de su clan estaba aun mas cerca.

"¡Mierda!"

"Ahora soy tan débil que no podre hacer nada para defenderme.... mis padres tampoco son fuertes y naturalmente morirán una vez inicie la maldita rebelión, tampoco puedo decirle a mis padres lo que pasara, después de todo no tengo argumentos lógicos para decirles que escapemos de este lugar una vez la rebelión inicie..."

"Tsk..."

"Maldita sea...."

Al llegar a este mundo Madara estaba lleno de felicidad al saber que pertenecía al clan Uchiha, sin embargo, ahora que sabia la triste realidad en la que vivía, era natural que su felicidad fuera cambiada por angustia y ansiedad, el no poder hacer nada para evitar su muerte le hizo sentir la peor miseria que pudiera vivir...

"Dios te pido un ultimo deseo..."

"Por favor, protégeme de la catástrofe que esta por llegar..."

"T-Te lo pido..."

Madara estaba desesperado por vivir y simplemente deseaba que alguien le ayudara a salir de esta lamentable situación, no deseaba morir pero no había mucho que pudiera hacer, no tenia suficiente fuera y era alguien sumamente débil que no podía hacer nada para evitarlo, sabia que en cuanto lo vieran salir del clan el seria repudiado o simplemente asesinado por un alto mando, por eso no hizo nada para escapar, simplemente se rindió y deseo morir con su nueva familia.

Al despertar al siguiente día, Madara sabia que hoy era el día final, la tensión era palpable, todos estaban en alerta y parecía que el día de la rebelión se iba a acercar pronto.

"Ahhh..." 

"Si tengo que morir de nuevo, al menos moriré a lado de mi familia, no los amo igual que a mis verdaderos padres, pero igualmente han hecho mucho por mi por lo que es difícil no quererlos, así al menos moriré con ellos con honor..."

Madara ya estaba resignado a sobrevivir, no había escapatoria, ya era muy tarde y solo le quedaba morir con su familia, algo que al menos lo hiciera parecer digno.

Durante este día, Madara acompaño a sus padres a las compras de la casa, Madara no tenia nada que hacer así que al menos iría con sus padres para disfrutar lo que le quedaba en tiempo familiar, el día fue normal, incluso su padre lo llevo a las atracciones de la aldea de la hoja para que disfrutara por ultima vez el hermoso mundo...

Ya en la tarde tarde, su padre y su madre se desviaron de la aldea de la hoja y fueron a las afueras de la ciudad, casi nunca salían de esa manera lo que a Madara hizo extrañar ya que no era normal que tomaran ese rumbo, pero no le tomo demasiada importancia y siguió con ellos sin preguntar a donde es que irían, siguieron caminando con normalidad hasta que cerca de un hermoso rio lleno de peses su padre se detuvo y miro profundamente a Madara.

"Acércate hijo, te voy a decir algo importante..."

Ryu, su padre, le hablo a su hijo para hablar sobre algo muy importante, el padre de Madara se veía sumamente serio algo que él jamás vio en el durante toda su vida ya que su naturaleza era mas la de un padre algo juguetón por lo que Madara se extraño al ver lo extraño de la situación, sin embargo, no pregunto demasiado y fue con su padre para saber que era lo que él quería decirle.

"E-Escúchame hijo, lo que te voy a decir puede sonar algo muy duro pero esto es lo que pasara en algunas horas, se que eres un menor y que talvez no sepas lo que esta pasando con exactitud, pero algo malo azotara al clan dentro de poco tiempo, la guerra esta por iniciar y es algo que no se puede evitar, no se cuando iniciara pero se que pronto será iniciara la rebelión y estoy seguro que todos moriremos y yo como padre quiero lo mejor para mi hijo..."

"No quiero que mueras hijo, es probable que nuestro clan sea exterminado hasta las cenizas y nadie de nuestro clan quede para vivir... Pero como Padre tengo que tomar la mejor decisión para mi hijo y vamos a sacrificarnos para que al menos quede un recuerdo de nosotros... al menos quiero que tu vivas una vida plena hijo mío... así que tu te salvaras con una sola condición hijo mío..."

"Nunca muestres tus ojos a nadie, vive feliz y venga nuestro Clan de los bastardos que nos traicionaron!!"

"...."

El padre de Madara tenia algunas lagrimas saliendo de sus ojos, su Madre, igualmente lo miraba con lagrimas mientras miraban a su hijo completamente sorprendido sin saber lo que pasaba..

"Adiós... hijo mío...""

"¡Espera-"

Antes de que Madara pudiera decir algo, su padre le dio un golpe en la nuca haciendo que este quedara incontinente de forma inmediata.

"Cariño... ¿esta es la única manera...?"

"Ciel... no hay otra forma de hacer esto, si nos ven huir es probable que nos cacen hasta el fin del universo, si tengo que morir al menos quiero que mi hijo viva, no quiero ver como matan a mi hijo y lo cazan durante toda su vida, por ello tome una decisión y daré mi vida por él...

"Cariño..."

Con las manos temblando la madre de Madara abrazo a su hijo por ultima vez, ella no pudo contener el llanto sobre sus ojos, ella abrazo con todo su amor del mundo a su amado hijo, sabia que ella moriría también por lo que su único consuelo era tener por ultima vez sobre sus brazos a su amado hijo.

"Bebe, no tengo muchas palabras para ti, solo espero que vivas felizmente, por favor no hagas nada que te ponga en peligro, solamente.....se feliz... Papá y mamá morirán por ti cariño, pero créeme, no lo hacemos para hacerte sufrir ni nada por el estilo, nosotros somos los mas felices de tenerte en este mundo..... Cuídate bebe que tu madre te estará vigilando desde el otro mundo..."

De pronto los ojos del padre de Madara brillaron de un tono rojizo, las aspas en sus ojos giraron haciendo que un nueva aspa saliera de su ojo.

"De verdad va a funcionar...?"

"Por supuesto que va a funcionar. ¿Quién te crees que soy?"

Detrás de los arboles, un sujeto que vestía prendas que no eran de esa época se apareció frente a los padres de Madara con una enorme sonrisa en su rostro.

"...."

El padre de Madara solo se quedo en total silencio al escuchar sus palabras.

Miro a su hijo y luego con determinación tomo su decisión.

"¡Crankkhh!"

"¡!"

"¡Cariño!"

El padre de Madara se arranco ambos ojos con determinación, al arrancarse los ojos, entre sus cuencas se derramaba la sangre a causa de la herida que se había causado, su esposa grito preocupada al ver que su marido había hecho algo que no imagino que iba a hacer, sin embargo, él la tranquilizo diciendo que esto era de lo que menos tenían que preocuparse ahora mismo, que había cosas mas importantes de las cuales preocuparse.

"Entonces. ¿Qué tengo que hacer ahora?"

"Solo dame los ojos y yo hare el trabajo"

"....."

"Tranquilo.... si deseara matarte ya lo hubiera hecho~"

"Es tan fácil matarte que te hubiera aniquilado en cualquier momento, así que no tienen por que preocuparse... créanme.... hare lo que prometí"

"...."

El padre de Madara aun dudaba en todo esto, pero al pensar en su hijo y su futuro, este solo abrió la mano indicando que había tomado su decisión por completo.

El hombre miro su mano y con una enorme sonrisa en su rostro se dirigió hacia su mano, tomo los ojos e hizo lo que había prometido.

"Le daré a su hijo lo que les había prometido. ¿Están de acuerdo el precio a pagar...?

"...."

"Si... estamos de acuerdo..."

"Jejeje... ¡¡Muy bien!!"

"¡¡A cambio de sus almas le daré a su hijo lo prometido!!"

"¡!"

Una gran presión atmosférica azoto todo el lugar causando que respirar fuera sumamente complicado.

El sujeto cargo una especie de energía rojiza en su mano y comenzó a 

Siquiera ponerse de pie era posible ante tanta presión que ambos estaban sintiendo en este momento.

Al sentir esa presión supieron que el sujeto frente a ellos no era alguien para nada normal y que se trataba de alguien sumamente inclusive por encima del propio Hokage.

El hombre solo tenia una enorme y macabra sonrisa en su rostro, él solo miraba a Madara con varios pensamientos en su mente.

Finalmente, el hombre fue en donde estaba Madara, coloco su mano en su rostro y luego un brillo rojizo comenzó a envolver el Ser de Madara haciendo que su cuerpo se tornara de un rojo mas fuerte que la sangre.

"¡M-Madara!"

Al ver esta escena, la madre de Madara sumamente preocupada, intento detener al sujeto por la poca confianza que ella tenia en él.

Sin embargo, su esposo la detuvo este solo negó con la cabeza, diciéndole que dejara hacer al hombre lo que quisiera.

"...."

Ella solo guardo silencio y simplemente se quedo en silencio observando al hombre hacer su trabajo...

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