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Prólogo (II)

Las palabras que salieron de su boca lo estremecieron. He´An podía sentir que ya estaba cerca de la libertad. Su corazón latía con fuerza, hasta el punto en que sus oídos percibían el retumbe de cada palpitación.

El sistema apenas escuchó sus palabras, quedó petrificado. La sorpresa brilló en sus ojos claros, los cuales se entrecerraron en una rendija.

Rio. La bola de pelos se ahogó entre carcajadas.

"Qué existencia tan graciosa. ¿Qué te hace pensar que accederé a liberarte? Eres un personaje de este mundo. Quédate y actúa como tal"

Esta vez fue la oportunidad de He´An para reír. La bola de pelos era cruel con sus palabras; pero nada era más cruel que las reglas del maldito mundo en el que había nacido. Un entorno creado para hacer el mal. Una simple historia de terror.

"Conviérteme en tu anfitrión y a cambio te concederé tu libertad. Piénsalo Pinky. Los personajes, anfitriones y sistemas, son prácticamente lo mismo. Un ave atrapada, con la única diferencia de que, la jaula que los contiene, es un poco más grande"

Los ojos del sistema se enfocaron en He´An.

"¿Y?"

"Lo que te propongo es simple. Conviérteme en tu anfitrión, y a cambio, te liberaré de ser un sistema"

"¡Ja! Que burla. No sabía que tenías una percepción tan baja de mi coeficiente intelectual. ¿Acaso mi tierna carita luce como la de un estúpido?"

He´An lo pensó. Por un momento, consideró las palabras del sistema con atención.

Esto enfureció a la bola de pelos, quien intentó morder la mano de He´An.

"No, claro que no. No te considero estúpido"

Aseguró He´An, de forma superficial, mientras sujetaba fuertemente a la bola de pelos. Ajustó su posición, de manera tal, que no podría morderlo.

"No pienso convertirte en mi anfitrión, ya que no es posible que me liberes como dices. En todo caso, pasaría a seguir siendo un sistema, solo que debería servirte a ti. Y créeme que la idea no suena apetitosa"

"Escúchame con atención: necesito que me conviertas en tu anfitrión, para ya no estar atado a las leyes del mundo. Una vez que eso suceda, consumiré esta historia, y con ese poder, te desconectaré de tu creador"

He´An llevaba años pensando en este plan. Desde que conoció a esa persona, y entró en contacto con los sistemas y anfitriones, He´An maquinó esta idea.

No creía que fuera difícil desvincular a una "máquina" de su "enchufe"; porque eso es lo que eran.

Los sistemas son la creación de un "Dios"; la maquinaria de un ser superior que todo lo controla. Los anfitriones son esos peones que utilizan a esa dichosa máquina, y los personajes…bueno, ellos ni siquiera entran en la ecuación.

"¿Hablas en serio? ¿Ese es todo el plan? ¿Y después que? Por no decir…¿Qué te hace pensar que quiero separarme de mi creador y dejar de ser un sistema?"

"Si los ángeles se rebelaron contra Dios, hartos de llevar adelante una labor infinita y repetitiva, ¿crees que los sistemas no pueden albergar semejante pensamiento?"

El sistema se acomodó entre los dedos de He´An. Si bien, no le gustaba la posición en la que se encontraba, la plática no le resultaba aburrida. La percibía interesante, aunque un poco larga como para estar en una postura incómoda.

En este sentido, se ubicó entre los dedos de He´An, apoyando su cabeza sobre sus nudillos.

"Tienes un punto humano pero si me desvinculo de mi creador, siguiendo tu idea, pasaría a convertirme en un renegado. Lo que tu quieres hacer no es nada nuevo. Ya se ha intentado y jamás terminó bien"

"No…no…Pinky, hay algo que no estás teniendo en cuenta. Anfitriones y sistemas habrán intentado liberarse de su creador. ¿Pero has escuchado que lo haga un personaje?"

He´An lo sabía. Su existencia era única. Jamás un personaje, había descubierto que era un personaje. Iba en contra de la "programación" del creador del mundo. Después de todo, se supone que la memoria de los personajes se resetea con cada reinicio de los mundos.

La bola de pelos rio.

"Acepto humano. Vengo deseando unas vacaciones infinitas, y no me vendría mal que fueran contigo"

He´An enarcó una ceja.

"¿Aceptaste? ¿Tan rápido? ¿Qué tramas Pinky?"

"¿Tengo que decírtelo? porque la verdad no me apetece demasiado"

He´An dejó ir a la bola de pelos. Su cabello rosado quedó ligeramente aplastado en algunas zonas.

El sistema comenzó a sacudirse, con el objetivo de recuperar su peinado; si es que a eso se le puede llamar peinado.

"Una vez que te conviertas en mi anfitrión y cortes mi conexión con los creadores, pasaremos a ser renegados. De seguro tratarán de eliminarnos y complicarnos las cosas a donde quiera que vayamos"

"¿Se supone que debo asustarme?"

"No, la verdad. El punto es que si no tenemos nuestros propósitos en claro, esto no funcionará. La desvinculación con los creadores no puede ser el objetivo final de todo este viaje"

He´An bostezó. Estaba comenzando a sentir sueño. Había pasado toda la noche cazando a sus presas y ahora debía enfocarse en una larga conversación.

He´An añoraba por una buena noche de descanso. Pero…¿cuánto tiempo hacía desde que no dormía?, se preguntó. Era un espíritu maligno, un fantasma, por lo que no existía el concepto de "descanso".

"Lo que te expliqué es solo el comienzo de mi plan. El segundo paso no es algo que me gustaría comentar en estos momentos"

El sistema asintió.

"Hagámoslo"

Una potente luz blanca envolvió la habitación. La oscuridad, por primera vez en la historia, fue derrotada por la luz.

Un brillo dorado cubrió el cuerpo de He´An, provocando que los latidos en su corazón aumentaran de intensidad.

Sus ojos se cerraron. Podía percibir como algo se grababa en su interior. Era como recibir una marca; un sello permanente en su alma. El sistema se estaba vinculando consigo mismo, alterando por completo su existencia. Estaba dejando de ser un personaje, para transformarse en un anfitrión.

Tic. Tac. Tic. Tac.

Las agujas del reloj se movieron un par de veces, antes de que la luz por fin desapareciera.

La sucia y destrozada habitación regresó a su apariencia original. La oscuridad se cernía sobre cada rincón. Era como estar siendo rodeado por el vacío.

He´An abrió los ojos. Había pasado de ser un miembro del mundo, a un intruso.

Ahora era lo mismo que esa personas. La misma existencia. Estaban en igualdad de condiciones; ambos atrapados por una jaula de tamaño mediano.

He´An respiró hondo. Dio su primera bocanada de aire limpio y libre. Sus movimientos ya no estaban sujetos a un personaje. Era quien quería ser y hacía lo que le placía.

Estiró su mano y dejó que el humo grisáceo se intensificara. Motas y motas de color claro, comenzaron a expandirse a su alrededor. Consumían todo a su paso. Primero la habitación, los pasillos, la mansión, el jardín; extendiéndose hasta donde no alcanzaban a ver sus ojos; a donde jamás podría ir.

Inmediatamente una fuerza se enfrentó a He´An. El creador del mundo apareció para poner orden y restaurar todo a su punto original.

Por desgracia para él, He´An ya no era alguien con quien pudiera lidiar. No estaba sujeto a sus reglas ni poder.

Con una sonrisa frívola y sádica en su rostro, He´An miró hacia el cielo. Su vista recorrió el techo de madera húmedo y con moho.

"Esta ave…se va"

¡BAM!

Una nube grisácea desató el caos en este mundo oscuro y terrorífico. Se apoderó de cada rincón y lo hizo añicos.

Hizo desaparecer, en pocos segundos, el mundo que por siglos había mantenido cautivo a He´An.

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