Robert estaba de pie frente a una ventana.
Su mirada estaba centrada en la solitaria y oscura calle que se veía al otro lado del cristal. Sólo el alumbrado público mantenía cierta iluminación en esta cálida madrugada.
Los ojos del muchacho, que en la superficie no parecían mostrar sentimiento alguno, ocultaba una emoción creciente.
Tenía el torso desnudo, solamente llevando puesto unos boxers. Mostraba parte su reciente musculatura ganada, la cual no era muy exagerada, pero era algo que sorprendería a cualquiera que lo viera, en especial a sus compañeras de clase.
En medio del silencio, un par de brazos delgados rodearon su cintura desde atrás, entrecruzándose y abrazándolo suavemente.
"¿Qué es lo que tanto miras?"
Una femenina y sensual voz resonó cerca de su oído, al mismo tiempo que la piel de su espalda sentía como dos grandes y jugosos senos se apretaban cálidamente, transmitiéndole una agradable sensación.
Kim Seon-Joo, la dueña del gimnasio, habló mientras abrazaba a nuestro protagonista con una tranquilidad relajante.
"Pensé que seguirías dormida" – Robert sonrió levemente mientras se daba vuelta y tomaba entre sus brazos el sexy cuerpo desnudo Seon-joo.
Desde que nuestro protagonista había hablado con ella aquella mañana posterior a su primer encuentro carnal, la mujer de lentes aceptó mantener una 'relación' junto al muchacho, relación que estaba basada principalmente en el sexo.
O al menos eso fue lo que pensó la pelinegra en su momento.
Con el paso de los días, una emoción juvenil fue creciendo dentro de la mente de la mujer, anidando en su corazón y forjando un vínculo fuerte.
Para Seon-joo, esto parecía ser lo mejor que le había pasado en la vida.
Las candentes sesiones sexuales que mantuvo con nuestro protagonista la hicieron pasar del cielo al infierno todas las veces, orgásmicamente hablando.
Al terminar cada encuentro, las piernas de la mujer parecían no responderle, las fuerzas de sus cuerpo la abandonaban momentáneamente y un profundo y gratificante sueño la asaltaba, llevándola la agradable inconsciencia.
Sin embargo, hoy en día parecía que el sueño le duró poco pues se despertó inusualmente rápido.
"Ya no sentí tu calor, eso hizo que me despertara" – la pelinegra murmuró mientras recostaba su cabeza en el pecho del muchacho.
Aunque los bellos ojos de la mujer querían transmitir tranquilidad y plenitud, el cansancio era visible en ello.
Además, el pequeño temblor de sus piernas delataba la poca fuerza que sus extremidades tenían. No obstante, nada de esto opacaba la auténtica satisfacción que ahora mismo experimentaba.
Al inicio ella aún tenía sus dudas sobre si mantener una relación con este muchacho valía la pena. Ya de por si esto podía ser tipificado como un crimen, pero con el poco tiempo que llevaba junto a Robert, confiaba en el carácter que mostraba.
El muchacho, si bien había mostrado una actitud picara y juguetona, no era para nada alguien inmaduro que iría por ahí alardeando de las cosas que hacía con ella.
Si bien tenía un cierto grado de arrogancia, era una actitud que solo los hombres dominantes muestran, algo que a ella parecía atraerle mucho más.
"Bueno, es mejor que vuelvas a la cama noona" – Robert sonrió mientras tomaba la cintura de la mujer y la alzaba al estilo princesa, acción que Seon-Joo dejó seguir.
Luego de dejar a la pelinegra sobre la cama, Hyun regresó y comenzó a tomar sus ropas para vestirse ante la atenta mirada de la mujer, quien solo se arropó mientras trataba de mantener los ojos abiertos.
"¿En verdad tienes que regresar a tu casa? Pensé que pasarías la noche aquí como siempre lo haces" – la pelinegra estaba haciendo un puchero mientras se colocaba en una pose sugestiva para tentar a nuestro protagonista a regresar a la cama.
Se había acostumbrado a dormir a su lado desde de cada encuentro sexual, se acostumbró a sentir el calor protector de su pecho, por lo que no quería quedarse sola esta noche.
Sin embargo, Robert le había dicho de antemano que hoy no podría quedarse toda la noche y que regresaría a su departamento.
"Como te dije, esto es importante" – el muchacho le respondió con una sonrisa mientras se ponía una polera negra – "Mañana tengo que reunirme con gente importante desde muy temprano, si me quedo aquí, ya no querré salir"
"Solo espero que no sea nada peligroso… me sentiría un poco mal si algo te pasara" – la mujer resopló mientras se rendía en tratar de convencer al muchacho de que volviera a la cama mientras que una ligera preocupación se sentía en sus palabras.
Aunque Seon-Joo no quisiera aceptarlo debido a su orgullo femenino, muy en el fondo sabía que este muchacho frente suyo se había metido rápidamente en su mente, tomando una gran importancia para ella.
En estas semanas que llevaban juntos ella había experimentado cosas que la hicieron sentir viva por primera vez en su vida.
Si bien este sentimiento no era amor, sí que había algo sentimental en la forma en como la mujer se dirigía a nuestro protagonista.
Además, sabía que el muchacho era alguien complejo a quien no se le debía analizar solo por lo que aparentaba.
Nuestro protagonista le había contado a Seon-Joo que estaba metido en asuntos relacionados con el gobierno, pero parecía que el muchacho estaba metido en algo más.
Pero Seon-Joo sabía que todos tenemos nuestro pasado, por lo que no preguntó más y solo confió en las palabras del muchacho.
"Jajaja, no te preocupes noona, no es nada peligroso, aunque me sorprende que te preocupe eso en vez de preguntarme si me iré por allí a ver a otras mujeres" – Robert dijo en son de broma.
"Con lo poco que te conozco mocoso, mi opinión no te impediría en querer conseguir más mujeres. Incluso, para mi sorpresa y por mi propio bien, te diría que no es una mala idea, solamente no trates de morder mucho más de lo que puedes comer" – la mujer habló con tono irónico mientras se arropaba.
En el pasado, ella disfrutaba del sexo, disfrutaba ser la dominante en cada encuentro sexual, pero con la llegada de Robert, las cosas cambiaron bastante, muy sustancialmente.
Sentir todo el placer en ser dominada fue algo que la hizo descubrir nuevas formas de gozo... sentir ese lado masoquista que tenía guardado la hizo disfrutar del placer.
No obstante, lo que ella pensó que fue una bendición, pareció resultar en una gloriosa maldición.
Para su frustración, tuvo que admitir internamente que no podía seguirle el ritmo al muchacho, quedándose poco a poco relegada.
Y si bien no era algo que le preocupara mucho, sí que se había planteado el querer ofrecerle algo a nuestro protagonista como para que no se aburriera de ella.
Puede que se haya vuelto loca de tantos orgasmos, pero algo muy en el fondo le decía a Seon-Joo que no sería la única mujer al lado de este muchacho, puesto que ni loca podría aguantar ella sola toda la furia amorosa que nuestro protagonista desataba sobre ella.
Para no morir en el intento, había tomado la decisión de buscar a algunas candidatas para que 'lucharan' junto a ella tratando de vencer al furioso dragón que Robert tenía entre las piernas.
"Jajaja, esa idea me gusta mucho" – Robert sonrió ante las palabras de la mujer – "Y es por ello que tengo que salir ahora mismo. para poder morder mucho más, debo hacer varias cosas, pero descuida, nada de esto te afectará, así que confía en mi noona"
Acercándose y dándole un beso en la frente, Robert arropó a la pelinegra y salió de la habitación no sin antes apagar las luces, quedando todo en silencio y escuchándose solo la leve respiración de la mujer.
"Mocoso idiota… no sé qué diablos me hiciste para preocuparme así por ti… solo espero que nada malo te pase" – con un leve susurró Seon-Joo cerró los ojos y volvió a dormir.
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NOTA DEL AUTOR:
Que tal chicos, espero que estén bien. Como pueden ver, este capítulo ya se había publicado antes de la reescritura, asi que solo lo estoy adaptando a la nueva historia, espero y lo disfruten (^_^)