Cuando Mariana despertó, se encontró en una habitación oscura, estaba un poco aturdida pero los recuerdos se fueron agolpando poco a poco, Sebastián estaba muerto, se había disparado en su boda, el estaba tan triste y eso le dolía aún más, él había murto afligido, ya no lo iba a ver más, nadie la llamaría Mimi de nuevo, todavía recordaba la última conversación que tuvieron antes de su boda.
- Sebas, ya no voy a poder estar en contacto mucho contigo de acuerdo, así que si me llamas y no contesto no es por nada inusual.
- Vas a abandonarme verdad, lo sé, no tiene que maquillar las palabras, sabes que siempre puedes ser honesta conmigo.
- Oye no te pongas así, me haces sentir mal.
- Que te sientas así es lo ultimo que quiero, solo espero que tengas presente lo importante que eres para mí, y aunque Ina no este de acuerdo, no importa, me gusta la persona en que me convierto cuando estoy contigo, me sacas de mi monotonía y quisiera que ella viera eso, de seguro el idiota de Brandon aprovechara para acercarse más a ti.
- Ustedes dos son amigos, no entiendo porque se llaman idiota entre ustedes.
- ¿Es que es un idiota, … espera, él me ha llamado idiota?
- Jajajja no tantas veces como lo has hecho tu con él.
- Jajajj definitivamente es un idiota.
- Ya debo irme – Se miraron fijamente – Sabes que todo es por tu bien, quiero que seas el mejor de todos, y para eso no debes tener ningún tipo de ataduras – con esas palabras se levanto y mientras se iba, Sebastián le dijo.
- Tu y yo estaremos juntos, algún día serás mi esposa y te haré muy feliz, todas las cosas que viviste en ese lugar las olvidaras, eres mi Mimi, y yo soy tu Sebas, quiero que seas feliz, es lo que mas deseo en este mundo, que seas feliz.
A partir de ese día dejo de contestar sus llamadas y solo lo volvió a ver el día que se estaba casando.
Mariana se sumió en sus recuerdos y se quedo dormida de nuevo, hasta que sintió que alguien la movía e intento abrir los ojos, pero tenia los parpados pesados, logro entreabrir los ojos y pudo ver algo de luz que entraba por una ventana, pero hizo caso omiso a eso, y se enrollo más en las sábanas y se tapó de pies a cabeza.
Omar no tuvo mas remedio que dejarla tranquila, estaba preocupado porque ya había pasado mucho tiempo desde que había comido, así que decidió dejarla unas horas más, y si ella no se levantaba tendría que buscar un médico.
Muchas familias reconocidas dieron sus condolencias a la familia Mury, y mientras se llevo a cabo el funeral de Sebastián, se pudo ver grandes personalidades haciendo acto de presencia, artistas, empresarios, políticos, etc, pero todos se preguntaban donde estaba la princesita de los Braham, era muy sabido que ella era muy cercana al fallecido y la disputa publica entre este y Brandon por enamorarla. La conmoción aumento aun mas cuando se supo las noticias a medias del matrimonio fallido entre Brandon y Mariana, y como era un hecho que no se había llevado a cabo y que ella no había querido dar la cara ni siquiera el día del funeral de alguien tan cercano a ella, se dijo que la habían dejado plantada y que estaba destrozada y avergonzada, así que se había ido a unas largas vacaciones en el Caribe. A diario una manada de reporteros rodeaba a todo su circulo de amigos cercanos y familiares, tratando de averiguar algo sobre ella, pero les había resultado inútil.
Cuando mariana abrió los ojos y se dispuso a levantarse de la cama, se dio cuenta que no estaba en su habitación de su casa familiar, de hecho esta habitación le resultaba familiar pero de hace muchos años, se levanto y observó con cuidado y se sintió transportada en el tiempo, todo estaba igual, su cama, su estante de libros, su escritorio para estudiar, su mesita de noche y hasta su lampara remendada, pensó que quizás estaba soñando y se dirigió a la ventana que tenia las cortinas cerradas y algunos rayos del sol se colaban hasta la habitación, abrió las cortinas de golpe y una luz segadora la golpeo, cerro los ojos mientras se acostumbraba a la luz y los abrió poco a poco, pudo ver la gran plazoleta circular que había frente a su casa con flores a su alrededor y un pequeño parque, vio las casas de sus antiguos vecinos alrededor de la plazoleta que junto con su casa formaban un círculo perfecto, definitivamente no estaba soñando, pudo sentir un olor a lavanda, el cual no era el habitual en su casa, ella siempre prefirió el olor a canela, al parecer alguien se había encargado de limpiar su habitación y tenerla conservada, se sentía muy débil así que abrió la puerta y salió lentamente, pudo escuchar voces en el piso de abajo así que bajo las escaleras sujetándose de la barandilla para no caerse y se dirigió a la cocina donde se escuchaba una charla, al entras las dos personas se fijaron en ella y le dedicaron una sonrisa.
Esther y Omar la miraron amablemente, se vea fata, su cabello estaba hecho una maraña, tenias los ojos rojos e hinchados, se notaba que había estado llorando mucho.
- Estas despierta, gracias a Dios, estábamos muy preocupados por ti – dijo Omar acercándose a ella.
- Debes de tener hambre, Omar porque no la llevas al comedor, mientras se le sirve la comida.
- No, está bien, prefiero comer aquí- Mariana avanzo y se sentó en una mesa que había allí destinada para el personal del servicio, pero cuando ella vivía allí como siempre estaba sola, ese era su lugar para comer, junto a todas las personas que la cuidaba, pero al observar todos los que estaban allí, se dio cuenta que todos habían sido cambiados.
Después de comer, Omar le presento todo el personal de trabajo de la casa, incluido Roger el chofer, dando indicaciones de que estaría a si entera disposición y que todo lo que necesitara, solo debía pedirlo. Después de eso Omar informo que debía ir a trabajar y se marchó, la sonrisa amable de Esther, nunca desapareció de su boca, Mariana agradeció todo y se dispuso a dar un recorrido por la casa, ya que noto muchas cosas que habían sido cambiadas.
Mientras recorría lentamente los pasillos de la amplia casa, escucho una voz que le decía.
- Si estas buscando a Alex, no deberías perder tu tiempo, el no esta aquí…