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Buenos instintos 1.9

-Por aquí- dijo Viggo, llevando a Kratos a través de un bosque oscuro. Había una tenue capa de niebla que llevaba el aroma a tierra mojada. El suelo estaba blando, cubierto de musgo, pequeñas plantas y hojarasca. Viggo avanzaba por delante, mirando las notorias marcas que dejo el troll a su paso. Muchas ramas rotas y varias pisadas descomunales. El mismo Viggo ni siquiera sabía por qué había hecho caso a su loco maestro. Todavía recuerda aquel monstruo de aquella vez, casi era tan alto como los árboles de la cima de la montaña. Sin embargo, a pesar de que su maestro solo medía un quinto del tamaño de la criatura, la logro vencer. Viggo aún recuerda como Kratos ocupo un árbol inclinado para correr, alcanzar altura y saltar levantando el hacha con ambas manos, para después descargarla en la cabeza del monstruo.

-¿Tienes miedo?- pregunto Kratos

-Sí, podrían pasar muchas cosas- respondió Viggo, mirando las ramas quebradas alrededor de un camino entre los árboles.

-No supongas nada, mantente alerta y espera un ataque-

-Pero podría ser más terrible que solo un ataque-

-Mal, enfócate en lo que es y mantente alerta. Hazme caso-

-Sí, maestro-

Viggo tomo una profunda respiración y se agacho para poner su mano sobre la huella. Entonces sintió algo de calor en la pisada y supo que estaban muy cerca-

-Debe estar cerca a unos cincuenta o sesenta metros- dijo Viggo mirando hacia adelante -el problema es que no lo escucho- cerro sus ojos y pudo escuchar el flujo de una vertiente -¿Una cascada?- pregunto mientras abría los ojos

-Así parece, bien hecho- dijo Kratos pasando por su lado. Él le palmeo el hombro y continúo avanzando por delante -ahora te toca mirar y aprender todo lo que puedas de mi lucha. Te preguntare, así que debes estar atento-

-Sí, señor- dijo Viggo. Él se puso de pie y lo siguió a la cola. Entonces empezó a escuchar junto a la corriente del agua un tenue ronquido -parece que estamos de suerte- comento

-Ya te lo dije- respondió Kratos en voz baja -no asumas nada, solo enfócate en lo que es y mantente alerta-

Kratos siguió avanzando por el bosque y la niebla poco a poco se fue dispersando hasta llegar a un precipicio. Viggo y él se pararon a la orilla y miraron hacia abajo. El fondo estaba cubierto por niebla. Después de dar una buena mirada, Kratos comenzó a caminar hacia la derecha y avanzo hasta poder ver la vertiente que descendía de la montaña y bajaba por el precipicio produciendo una cascada. Al mismo tiempo, a cincuenta metros de Kratos, entremedio de los árboles estaba un gran cuerpo oscuro. Parecía una pequeña loma que respiraba y exhalaba un tenue ronquido.

Kratos miró hacia atrás y vio a Viggo parado a tres metros detrás de él. Kratos se sacó el arco y la aljaba y la dejo colgada en la rama de un árbol que estaba a dos metros del precipicio. Después llevo su mano derecha al pomo de su hacha, en su espalda, y la descolgó de la argolla. Él tomo el hacha con ambas manos y tomo una gran respiración. Entonces él miró a Viggo una vez más y le hizo el gesto con la mano izquierda para que lo esperara desde donde estaba. Después Kratos se llevó el dedo indicé y corazón por debajo de los parpados, para después señalar a la loma que roncaba entremedio de los árboles. Viggo asintió y Kratos avanzó agachado, tratando de hacer el menor ruido posible.

Viggo lo vio desde el borde del precipicio internarse una vez más en el bosque. Él se acercó a donde su maestro había dejado el arco y la aljaba colgadas de una rama. Viggo entrecerró los ojos, mirando hacia el bosque y tratando de dilucidar si su maestro estaba bien. El follaje de los árboles era tan espeso que desde esta posición solo se veían sombras. Sin embargo, mientras su maestro más se acercaba a la criatura, menos se notaba su silueta, al punto de que solo fueron posibles ver manchas.

Sin embargo, fuera de todas las expectativas que tenía Viggo, lo único que escucho fue un rugido bestial. Entonces hubo una especie de temblor y Viggo noto que la pequeña loma se puso de pie. Después se extendió hacia un lado y recogió algo grande y rectangular del suelo. Entonces, lo que sea que haya tomado del suelo, se encendió con intrincados símbolos rúnicos y Viggo por fin pudo ver a la criatura. Era gris, enorme, como un humano anciano y gigante. Sin embargo, su construcción física era solida como si fuera un gran guerrero. También vio a su maestro que, de ser el gigante intimidante, paso a ser solo un enano al lado del Troll. Kratos con algo de suerte le llegaba a la rodilla.

Viggo frunció el ceño y paso su espada de la mano izquierda a la derecha. Sujeto el mango con ambas manos y se preparó para socorrer a su maestro en cuanto fuera necesario. Su maestro le había dicho que confiara en su instinto y siempre fuera vigilante. En estos momentos, su instinto le gritaba que saliera corriendo sin mirar atrás.

Por su parte, Kratos le había puesto al trol un hachazo en la garganta, pero le había faltado fuerza para llegar a la carótida. Así que él solo le alcanzo a dejar una herida sangrante en el cuello. Puede que muera por desangramiento, pero la idea era matarlo de un solo golpe. El plan había fallado.

El troll, alto e imponente, miró al pequeño Kratos y se agacho un poco para rugirle a la cara. Kratos pudo ver unas enormes fauces que podrían tragar la mitad de una vaca de un mordisco. Él frunció el ceño y empezó a moverse hacia los lados, buscando escabullirse entre los árboles y encontrar algún punto débil que explotar. Sin embargo, antes de que él pudiera llegar al primer árbol, el troll tomo su enorme totem de piedra con ambas manos y lo ocupo como si fuera un ariete.

Kratos vio venir la enorme cara del totem y salto rodando hacia la derecha. El totem paso de largo, pero lo arboles que recibieron su embestida salieron volando y cayeron por el acantilado. Kratos se puso de pie y empezó a correr. El troll retrajo el totem hacia su cuerpo y lo tomo de una punta con ambas manos. Después él lo levantó y con sus enormes brazos, lo dejo caer sobre la silueta de Kratos. Esté volvió a saltar dando un rodamiento y evito ser aplastado.

Por otro lado, Viggo escucho el terrible estruendo del azote y se tambaleo por el movimiento telúrico. Al mismo tiempo, él noto que parte de la orilla del precipicio se desmorono. Entonces Viggo decidió tomar la aljaba con flechas y el arco de su maestro y camino adentrándose al bosque mientras las envestidas del totem contra los árboles y los azotes contra el suelo continuaron. Viggo comenzó a escuchar los gritos de combate de su maestro. A pesar de estar en un terrible lugar, Viggo sonrió, ya que su maestro le había dicho que aprendiera de su combate, pero era poco lo que se podía ver. Si no fuera por la luz que emanaba de las runas en el totem del troll, apenas se verían las siluetas.

-Aaaa- grito Kratos

Viggo dio un respingo y escucho una quebrazón de troncos. Entonces él supo que su maestro había agarrado un mal ritmo. Avanzó en la dirección de la luz del totem, pasando entre las coberturas que le podían proporcionar los árboles y llego a cinco metros del gigante. El troll estaba parado con el totem sobre su hombro derecho mientras Kratos estaba parado frente a él. Él enía la nariz rota, un hilillo de sangre saliendo de sus fosas nasales y una mirada furiosa. Sin embargo, él se veía bien, pensó Viggo. Entonces él noto como su maestro canalizo su energía y la sangre y rasmillones se fueron sanando. Sin embargo, en medio del proceso, el troll levantó su totem y lo dejo caer sobre Kratos. Esté vio interrumpido su proceso de sanación y tuvo que saltar rodando hacia la derecha y empezar a correr.

Viggo pensó que lo más lógico sería prestarle asistencia para que se pudiera sanar. Así él dejo la aljaba y arco de su maestro a un lado y se fue moviendo entre las coberturas que le proporcionaban los árboles. Cuando estuvo detrás del gigante, espero a que el troll atacara y esté no se demoró en actuar. Al instante siguiente levantando su totem y azotando el suelo con todas sus fuerzas. Entonces Viggo aprovecho mientras que el troll alzaba de nuevo el totem y corrió alzando su espada. Él se puso detrás de la rodilla derecha y realizo un corte horizontal con la poderosa espada que le forjo su padre. La pierna del trol recibió un gran corte por detrás de la rodilla y el troll cayó apoyando la rodilla y el totem en el suelo. Viggo se alegró un montón, pensó que había hecho un gran movimiento. Sin embargo, por perder su vigilancia, no vio la enorme mano izquierda del troll. La cual rebusco lo que estuviera a sus espaldas, capturo a Viggo y lo llevó frente a su cara.

-Niño- rugió Kratos, corrió con todas sus fuerzas hacia el troll, pero este último fue más rápido y lanzó a Viggo por los aires. Al instante siguiente, Kratos saltó y lanzó un poderoso hachazo a la garganta y le cortó la yugular. El troll cayó de espaldas generando un gran estruendo y Kratos fue corriendo a ver a donde había caído Viggo. Sin embargo, para su mala suerte, Viggo había pasado más allá del acantilado y caído a la niebla del fondo. Kratos se agarró la cara y después fue a buscar su hacha aun clavada en el cuello del troll.

Después él fue a buscar su aljaba y su arco y miró una vez más al fondo del precipicio. Sin embargo, tuvo pocas ganas de saltar, eran más de cien metros de caída. Sin embargo, considerando que Viggo era su primer discípulo y que el viejo monstruo se lo había traído, decidió saltar de todos modos. Kratos cayó sintiendo la presión del aire y se perdió en medio de la niebla que cubría la base del acantilado.

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