- ¡Lo noqueaste!
Gritó John, Olivia presionaba nerviosamente su teléfono a pesar de que no estaba haciendo nada, dos pares de ojos parecían querer colgarla
-Entre en pánico, ¡Parecía que iba a llorar!
- ¡Cállense los dos! - Ordenó Delia al ver a los dos empleados entrar en pánico- Les pedí solo una cosa ¿Y esto es lo que hacen? ¿Qué pasó exactamente?
En el asiento trasero Saya se encontraba recostado, su rostro parecía dormido, sería una escena agradable de ver si nadie supiese la verdad.
Unos minutos antes Olivia había entrado a hablar con el vendedor, le había dicho a Delia que ese era su trabajo y por esto Delia se quedó en el auto, no pasaron diez minutos cuando vio al par deslizarse furtivamente trayendo lo que parecía un cadáver.
-Entré y le pregunté si podíamos hablar, entonces pareció entrar en pánico, hablaba demasiado alto y estaba llamando la atención, entré en pánico, entonces… cuando se distrajo use cloroformo
-Esta no es la primera vez que haces esto ¿Por qué entrarías en pánico?
Preguntó Delia intentando captar la lógica de la secretaria
-Es por que usted dijo que el chico era importante, no podía golpearlo y después subirlo
John sintió un poco de pena ajena al escuchar la excusa de su colega, Delia tuvo un impulso momentáneo de golpearla, pero respiro hondo y acepto que también era su culpa, no se había dado cuenta de que esa mujer solo pensaba con los músculos: el error de un subordinado es también el error de un supervisor.
Un silencio sofocante se creó en el auto, John sintiéndose un poco incómodo preguntó
-Y… ¿Solo lo secuestramos?
-Esto no es un secuestro- Respondió Delia con su máscara sonriente- Lo invitamos cordialmente a visitar al joven maestro Erick y permanecer en las instalaciones designadas por un corto periodo de tiempo
- ¿El presidente se enojará?
Preguntó Olivia tentativamente, intentando hacer que la nana la apoyara para no ser reprendida
-Tal vez no, también es probable que este acostumbrado a tu incompetencia
El auto volvió a quedar en silencio.
Saya se había despertado para escuchar esta conversación. Solo los cielos sabían cuan asustado estaba cuando vio a la secretaria aparecer en la granja, recordó el departamento destrozado y creyó que esta vez era su turno, intentó llamar la atención de la gente pero ¿Quién sabría que lo último que recordaría fue un trapo sobre su rostro? Por suerte no respiró inmediatamente y, aunque se había desmayado el efecto fue corto.
Lo primero que había querido hacer al despertar fue saltar del auto en movimiento, lo había visto en un video de la red, mucha gente se había salvado de esa manera era solo… que algo no parecía del todo bien, no se habían tomado la molestia de atarlo, una manta estaba sobre su cuerpo y una almohada cómoda estaba bajo su cabeza, la conversación también lo confundió ¿Importante? ¿Él? ¿Para Erick? Bueno, se habían llevado bien antes…quería sonrojarse un poco.
No, lo importante era ¿Qué se supone que debía hacer? Lo más sensato sería escapar, por lo que parecía tampoco podían hacerle daño, ¿Lo llevarían a ver a Erick?
¿Qué le diría si lo viese? seguiría mintiendo, sin embargo, cuando pensaba en decirle a Erick "En realidad, soy el novio de tu hermano y se escapó de casa por mi culpa" se sentía mal, incluso si sabía que era solo para cubrir a su hermana… no quería que Erick lo malentendiera, pero no era como si tuviese otra opción. Si dijera la verdad su hermana sería la que estaría ahora en el auto.
Se decidió a ir con la corriente, Erick probablemente ya no estaría tan enojado puesto que ya habían pasado varios días, él no era el tipo de persona que hace algo drástico y los secuestradores no podían hacerle daño sobre todo… saltar de un auto en movimiento daba mucho miedo.
Fingió despertar, para no ponerse en evidencia no dijo nada y se limitó a ver desorientado a su alrededor, la carretera estaba oscura, no sabía cuánto tiempo estuvo inconsciente…
- ¿Despertaste? ¿Cómo te sientes?
Saya volteo a ver, a su lado una mujer le sonreía, era una linda ancianita, de las que verías en un comercial haciendo pasteles. Saya había tenido debilidad por los ancianos desde siempre gracias a su abuela, en su escala de adorabilidad primero estaban los ancianos, seguido de los bebés y los gatitos.
- ¿Me desmayé?
Hizo una pregunta obvia. Al frente las dos personas se tensaron, Delia quería suspirar, pero se limitó a subir el divisor del auto, aislando el asiento trasero
-Sí, estaba muy asustada. ¿Tienes algún problema de salud? Tu frente se siente un poco caliente. Estábamos llevándote al hospital justo ahora, creo que aún es necesario ir
Al sentir las manos de la anciana sobre su frente Saya agradeció por instinto. Si no se hubiese despertado antes podría haberle creído, aunque estaba secuestrado. Bien, solo fingiría que le creía.
-Me enfermo con facilidad, tal vez es porque estuve bajo el sol durante el día
-Los jóvenes de hoy, no saben cuidar su salud. ¿Te sientes mareado? - Saya negó con la cabeza, Delia al verlo sonrió aún más dulcemente, bajo la división lo suficiente como para que alguien le pasara una botella de agua y la volvió a subir- Bebe un poco de agua
Saya bebió obedientemente, la mujer sacó de su bolso lo que parecían ser mentas y se las ofreció a Saya quien tomó una sin reservas, ese intercambio armonioso se prolongó hasta que llegaron a una clínica, gracias a que se había memorizado el mapa antes, Saya sabía que en realidad era la clínica más cercana.
Adentro le recetaron antipiréticos, aunque no se sentía enfermo, ¿en serio tenía fiebre?
Cuando ya comenzaba a dudar de sí mismo vio como pagaban su cuenta, cuando se ofreció a pagar John le respondió
-No es necesario
-Fue nuestra culpa, Olivia te asustó ¿No es así? - Agregó Delia- Solo veníamos a hablar, pero paso esto, es mi culpa
Saya vio la mirada triste de Delia (habían intercambiado nombres en el auto) y se sintió angustiado ¿Tal vez era su culpa? Incluso había escuchado que había hecho entrar en pánico a Olivia… esto… ¿No era más que un malentendido?
-Lo siento
Se disculpó. Pero rápidamente quiso darse un golpe en la cara "Saya ¡Fuiste noqueado! ¡Secuestrado! ¡Tú eres la víctima!" le gritaba una voz en su cabeza, pero se negaba a culpar a Delia, esa adorable anciana que le palmeaba la cabeza con preocupación
-De hecho, mi joven amo quería hablar contigo, parece haber un malentendido entre ustedes, pero solo logramos asustarte. El joven maestro Erick… olvídalo, fue nuestra culpa
- ¿Podrías por favor acompañarnos? ¡Si no lo haces podría perder mi trabajo!
Olivia que había estado en silencio vio la actitud suave del niño y no pudo resistirse a hablar, Saya que se había suavizado un poco gracias a Delia pareció despertar de un sueño, esa secretaria ¿planeaba chantajearlo emocionalmente? Desvió la vista negándose a verla, el movimiento sutil mostraba claramente su actitud
Delia que casi había logrado su objetivo de llevar al chico voluntariamente se enojó: ¡Si no vas a ayudar no estorbes!
-Incluso si somos despedidos es nuestra responsabilidad, no arrastres al niño en esto- le dio una mirada a John que se llevó conscientemente a Olivia- lo lamento, probablemente sea mejor que descanses. Yo también debería volver, mi joven maestro no se ha sentido bien estos días
Su despedida aturdió a Saya ¿Estaba libre? Pero estaba sorprendido al escuchar que Erick estaba enfermo, detuvo a Delia.
-¿Cómo esta Erick?
Delia se sorprendió, pocas personas podían llamar al joven amo con su nombre sin disgustarlo por lo que todos lo evitaban, probablemente solo sus padres y su abuelo QEPD podían llamarlo así, ese chico… ¿Qué tan cercano era a su joven amo?
-Su hermano se fue de casa, estaba tan preocupado que fue al hospital, no ha podido dormir bien tampoco. También ha querido hablar contigo desde hace mucho pero no pudo contactarte. Tal vez solo quería hablar con un amigo.
El corazón de Saya se estrujó. Horas después se encontraba ingresando a una villa… había pedido encarecidamente que lo llevaran.