Kain miró al sabio serpiente, tenía el cabello rubio y una figura alta y curvilínea como Kokoro Yotsuki, pero todo su cuerpo estaba cubierto de escamas blancas. Sus ojos eran viperinos y su sonrisa salvaje, llena de colmillos filosos.
Kain miró el corazón de dragón, tenía cuatro metros de altura por dos y medio metros de ancho —¿Qué pasa con ese corazón?— preguntó
El sabio serpiente miró a Kain, sonrió, lo veía bastante seguro y poco entusiasmado con el corazón de dragón.
Al mismo tiempo, la sacerdotisa del sabio serpiente salivaba. Si ella llegaba a comerse ese corazón, pasaría a ser un dragón del mar. Su fuerza crecería, su tiempo de vida se multiplicaría y ya no estaría limitada a estas tierras tan sombrías. Sin embargo, la sacerdotisa del sabio serpiente no se atrevía a dar un paso para obtener el tan preciado corazón de dragón. Un paso en falso y dejaría de existir. Ella no sabía que era lo que hacía sentir tan seguro al hijo de Yig frente al sabio serpiente. A lo sumo, el hijo de Yig debería tener una fuerza equivalente a la de ella. En pocas palabras, no había punto de comparación con el sabio serpiente.
Por su parte, el sabio serpiente sonrió mostrando sus largos colmillos y le dijo —es un regalo, para ti, hijo de Yig—
Kain soltó una risita, se acercó al corazón de dragón y le dio un par de palmadas. Se sintió duro, flexible y lleno en su interior. Seguramente habían hecho algo, como cocer las válvulas del corazón para que la sangre del dragón se conservara en su interior. Algo muy valioso. A Kain se le ocurrían un par de ideas de como ocupar este corazón de dragón, pero no era lo mismo que pensaba el sabio serpiente.
—No sabes nada— dijo Kain, rodeo el corazón mientras pasaba sus dedos por la superficie —¿Qué quieres a cambio de este corazón de dragón?—
—Después de quinientos años, mi curiosidad se ha saciado— dijo el sabio serpiente
—En ese caso tu curiosidad es muy pequeña— respondió Kain, el sabio serpiente lo miró a los ojos y Kain soltó una risita, asintió, termino de dar vuelta al corazón y le tendió la mano, como dándole la palabra.
El sabio serpiente dijo —este mundo, ya cumplió su ciclo. En este momento los demonios, dragones y gigantes deberían gobernar este mundo, pero aquí estamos, como si una parte del proceso se hubiera perdido—
Kain asintió entendiendo a lo que se refería. Todo mundo necesitaba un reinicio, con la muerte para las almas. El mundo pasaba por cataclismos, las formas de vida se extinguían y aparecían nuevas. Los cielos eran cubiertos por el humo de la lava y los volcanes. Los dragones gobernaban en la oscuridad del mundo, alcanzaban la eternidad hasta que llegara el momento del cambio. En ese momento la lava se enfriaría, volvería a llover, los cielos se despejarían, los dragones tendrían menos comida y empezarían a morir. Solo aquellos que han alcanzado la eternidad sobrevivirían, entonces, la humanidad se alzaría. Matarían a los dragones, nacerían los primeros dioses, los humanos matarían a sus dioses y así, sucesivamente, en un ciclo sin fin, hasta que el mundo no aguantara más y colapsara desde su núcleo. Sin embargo, ese solo sería otro punto de inicio.
—¿Quieres que se complete el ciclo?— preguntó Kain
El sabio serpiente asintió con una mirada solemne
Kain sonrió y preguntó —¿Qué es lo que te detiene?—
—Este mundo ha sido invadido por los exteriores, pero eso no es todo. También hay otros que han utilizado las puertas del mundo Onirico. Ejemplo de esos son los hijos de Tsathoggua y Gloon. Entre todos hemos mantenido un pacto de no agresión, pero a su vez, estamos buscando un campeón—
—¿Un campeón para vencer a quién?—
—A los otros campeones— respondió el sabio serpiente
Kain lo quedó mirando a los ojos —¿Cuándo será el enfrentamiento? ¿Qué pasará una vez que un panteón gane?—
El sabio serpiente guardo silencio y lo miró a los ojos. Era claro, cualquiera que sea el resultado que obtengan los demonios del mundo Onirico, sería malo para la humanidad.
—¿Cuándo será el enfrentamiento de los panteones?— preguntó Kain
—Pareces dispuesto— respondió el sabio serpiente —a pesar de que tienes una idea de lo que pasará—
—Oooh, no te preocupes, sé exactamente lo que pasara— respondió Kain con una amplia sonrisa
—Antes de un enfrentamiento, primero tenemos que detener al exterior que ha impedido que el mundo siga su ciclo natural—
—Así que ese es el problema real— dijo Kain, quedó mirando al sabio serpiente, después miró a la sacerdotisa. Esta última babeaba mientras su rostro se deformaba y tomaba la forma de una serpiente. Se veía grotesca, al límite de su ingenio. Desesperada por hincarle el diente al corazón de dragón. Sin embargo, su cuerpo no se movía un centímetro. Eran serpientes, no había algo como jerarquía, lealtad o un sentimiento de familiaridad. Si dos serpientes se sentían estresadas, podían luchar hasta matarse. No sentirían pena, en su lugar, el muerto se convertiría en la comida del otro. Solo existía la supremacía de la fuerza, el que fuera más rápido y tuviera los colmillos más afilados, ganaba. Así que la sacerdotisa no se movía por un sentimiento de respeto, era el miedo a morir si respiraba demasiado fuerte.
Kain soltó una risita, miró al sabio serpiente y le preguntó —¿Qué tienes en mente?—
—Solo tú, hijo de Yig, puedes encontrar al exterior y matarlo. Después de eso, nosotros lucharemos y el destino del mundo será decidido. Por supuesto, tú lugar es junto a nosotros—
Kain asintió, sacó un papel de sello y lo puso sobre el corazón de dragón —me lo quedare e investigare a ese exterior— dijo —¿Espero que no tengas prisa?—
El sabio serpiente soltó una risita sibilina y respondió —sabes que eso nunca ha sido un problema ¿Verdad?—
Kain asintió y el corazón de dragón desapareció en el interior del papel de sello —entiendo, haré mi parte del trato, espero que tú y tú gente no haga movimientos extraños— dijo y atrapo el papel de sello con el corazón de dragón en su interior.
—Eso que ataco la nación del Rayo— dijo el sabio serpiente —es producto de la investigación de un shinobi. Trato de emular el poder del dios que los Uzumaki trajeron a este mundo—
—¿Tipo parasito?—
El sabio serpiente sonrió sin responder a la pregunta.
Kain sonrió, le dio la espalda y camino a la salida.
El sabio serpiente lo quedó mirando sin nunca apartar la mirada, hasta que salió de la cueva y se perdió en la niebla que cubría el gran lago que antecedía a la cueva.
Kain siguió el mismo camino de regreso, se mantenía tranquilo, pensando en los movimientos extraños que había en este mundo. Así que los Uzumaki invocaron algo del mundo onírico que los destruyo. No era extraño, incluso si eran increíblemente fuertes y tenían sus sellos, el mundo onírico era un lugar peligroso. El viejo Xiao ya se lo había advertido a Kain. Por otro lado, un alma tan antigua y fuerte como la de Kain, sería un manjar para los primordiales y exteriores que conservaban su antigua locura.
Kain alcanzó la grieta dimensional, saltó a la roca sobre la ciénaga y saltó otra vez al interior de la grieta dimensional. Entonces paso de la ciénaga a la casa abandonada que funcionaba como refugio para la sacerdotisa del sabio serpiente. Vástago todavía levitaba en la casa mientras miraba a la grieta dimensional, pero su ojo rojo había dejado de parpadear. Kain sonrió conforme con el desarrollo y a los pocos segundos de que puso su pie en la casa de la sacerdotisa, la grieta dimensional se cerró.
Kain miró a Vástago y le dijo —dame un completo informe de lo descubierto en la grieta dimensional—
—Sí, señor— respondió Vástago con voz fría y sofisticada
Kain avanzó a la puerta corredera, salió él y una vez que Vástago salió, cerró la puerta corredera. El cielo exterior estaba celeste con algunas nubes blancas. El patio frontal del santuario del sabio serpiente era un lugar árido y secó, con una puerta torii antes del primer escalón que descendía la montaña.
Kain vio a Kokoro Yotsuki, la real, sentada en el tercer escalón mirando hacia los valles. Su hermoso cabello rubio ondeando al viento y se veía su cuello de piel morena.
Kain camino por el pasillo que bordeaba la casa, saltó al suelo árido y continúo caminando mientras sentía la fuerte brisa de las montañas.
Al mismo tiempo, Kokoro empezó a escuchar los pasos de las sandalias de Kain. Se escuchaban suaves, ya que el viento se llevaba el sonido. Kokoro miró hacia atrás y vio la puerta torii. Más allá de la puerta, vio a Kain venir en su dirección. Alto, cabello blanco peinado hacia atrás, un rostro cuadrado, ojos azules y una sonrisa astuta. Llevaba puesto el haori blanco, un kimono verde y un hakama negro.
Kokoro se levantó, sonrió y se dio la vuelta —¿Cómo fue todo?— preguntó mientras se sacudía la tierra del trasero.
—Bien, un poco aburrido— respondió Kain
—¿Aburrido?— preguntó Kokoro con una sonrisa en los labios —vamos, en más de cien años nadie ha conversado con la sacerdotisa. Bueno, además de yo—
Kain levantó los hombros y respondió —no fue para nada interesante, prefiero conversar contigo—
Kokoro soltó una risita nerviosa, llevó su mano derecha a su cabello y se lo arreglo.
Kain cruzó la puerta torii, tenía un sello bastante poderoso. Gracias a Vástago, ahora sabia como estaba construido. Si Mito estuviera aquí, estaría muy entusiasmada tratando de descifrar como hicieron el sellado. Sin embargo, gracias a esto, Kain tenía un tema interesante para conversar con su sensei.
Kain se detuvo frente a Kokoro. Incluso si el sabio serpiente y su sacerdotisa se podían disfrazar como Kokoro, el sentimiento era totalmente diferente. Kain se acercó más, gracias a los escalones, Kokoro se veía más pequeña. Así que Kain se acercó lo suficiente, pero Kokoro agacho su rostro y Kain se detuvo.
—¿Qué sucede?— preguntó Kain
—No, es solo— dijo Kokoro
—¿Solo qué?— preguntó Kain
Kokoro levantó su rostro y miró a Kain a los ojos —no lo sé— dijo
Kain mostro una pequeña sonrisa, llevó su mano a la mejilla derecha de Kokoro y la acaricio —yo lo sé, y sé que me gustas—
Kokoro mostro una pequeña sonrisa y se peinó el cabello. Ella se mordió el labio inferior mientras miraba a Kain con emoción, ella se acercó sus labios y Kain correspondió. Los dos estaban de pie en las escaleras mientras el viento ondeaba sus cabellos.
Kain apartó su rostro del de Kokoro y le dio un último beso —vamos, todavía tenemos cosas que hacer— dijo
—Sí— respondió Kokoro con una hermosa sonrisa
Kain tomo a Kokoro de la mano y los dos bajaron los escalones mientras el sol en el cielo azul, desde el lado izquierdo, los iluminaba.
—¿Cómo que aburrido?— preguntó Kokoro
—Bueno, para empezar, me trataron como un subordinado y me dieron migajas, como si yo trabajara por nada— respondió Kain —ese tipo, el sabio serpiente, era muy desagradable y no sabía hablar con las personas. Por eso fue aburrido—
Kokoro sonrió mientras miraba a Kain como si estuviera loco. En toda la historia del clan Yotsuki, excepto por la primera generación, nadie converso con el sabio serpiente.
—Además, esa sacerdotisa, se trataba de ver como tú, pero no tenía ni siquiera la mitad de tu encanto—
Kokoro parpadeo un par de veces y negó con la cabeza, pero ese comentario le sacó una sonrisa.