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Mundo Shinobi - Mundo impuro - 370

El martes Kain se levantó temprano en la mañana. Ese día no iría a ver a Tobirama, en su lugar, tenía que viajar a la capital para por fin conocer a Kaito, el padre de Ryoichi Takahashi, y dueño de la empresa que fabricaba vehículos motorizados.

Kain abrió los ojos temprano y vio la luz del día y el cielo despejado a través del techo de vidrio con visión unidireccional (desde adentro podías ver el exterior, pero desde afuera no podías ver el interior). Kain sonrió, el cielo estaba demasiado azul y pacífico. Además, había un ángel acurrucado contra sus costillas. Kain miró a la derecha y vio a Kaoru durmiendo. El cabello oscuro enmarcaba su rostro. Tenía una expresión tranquila y su respiración relajada. Ella acostumbraba a dormir en posición fetal y apegarse a un costado de Kain. Su rostro era bonito, pero lo que más destacaba era su boca grande con sensuales labios gruesos.

Kain se apartó con cuidado tratando de no despertarla, pero ella soltó un gemido de protesta al instante —Kaoru, tengo que salir— dijo

Sin embargo, Kaoru de forma mimada, abrazo a Kain y sonrió.

—Vamos, amor, tengo que reunirme con una persona importante— dijo Kain

—¿Más importante que Kaoru?— preguntó Kaoru

—Nunca, mi diosa de hielo, pero tengo que prestarle atención a ese pequeño mortal ¿Quisiera la diosa de hielo darme su permiso?—

—No quiero— respondió Kaoru con una sonrisa y los ojos cerrados.

—Mmm, en ese caso, no me queda otra opción más que rebelarme contra la tiranía de los dioses— dijo Kain, se giró y abrazó a Kaoru. Ella abrió los parpados mostrando sus bonitos ojos color malva mientras sonreía.

—Eso no es bueno, esta diosa te castigará y te hará imposible poner un pie fuera de esta cama— respondió Kaoru, entrelazo su pierna con la de Kain y lo beso.

Kain sonrió y le siguió el juego. No era un mal trato para él.

Kain salió a las siete de la mañana de su habitación. Dejo a Kaoru durmiendo y él fue a la cocina, a preparar el desayuno. Sin embargo, antes de eso fue a la puerta que daba al frontis de la casa y abrió la puerta. Afuera encontró a Sakumo junto a cuatro guardias.

—Buen días, Sakumo, Reika, Hyoga, Maaya y Yuki— dijo Kain con una amable sonrisa

—Kain-sama— dijeron las muchachas del clan Uchiha (Reika, Maaya y Yuki) con una amable sonrisa.

Hyoga era del clan Hyuga, de la rama secundaria. Llevaba el cabello largo y una cinta blanca en la frente. Ojos color malva y de estatura promedio. Él hizo una pronunciada reverencia y dijo —buenos días, Kain-sama—

—Hola, Kain— dijo Sakumo con una sonrisa en los labios —empezando desde temprano ¿Mucho trabajo?—

—Sí— respondió Kain, hizo un leve asentimiento para el resto y continuo —como siempre, te encargo la seguridad de la casa y de mi familia. Si pasa algo te comunicas conmigo—

—Lo sé, déjamelo a mi— respondió Sakumo, llevaba el cabello corto y alborotado como siempre. Tenía una mirada de superioridad que rallaba en la soberbia, como si fuera el más habilidoso y nadie lo pudiera vencer.

—Reika, ven conmigo, vamos a ir a la capital, pero antes vamos a preparar el desayuno— dijo Kain

—Sí, Kain-sama— respondió Reika, la hermosa Uchiha de cabello purpura y lizo hasta las rodillas.

Reika avanzó contoneando sus pronunciadas caderas, iba vestida igual que todos los guardias de Kain. Ropa y chaleco táctico negro con la puerta torii roja en la espalda.

Reika avanzó mientras Maaya y Yuki soltaban grititos de emoción, lo que hizo a Reika ponerse roja y nerviosa. Ella logro caminar hasta la puerta sin tropezarse y entro a la casa.

De paso, Kain vio como Hyoga Hyuga ponía una mirada seria de desaprobación. Kain no le presto mucha atención, ya que era bastante normal que el resto de los shinobis lo miraran así. Lo usual era una relación uno a uno, más considerando que Kain se había casado con la princesa del clan Hyuga, pero Kain tenía múltiples esposas e hijos mientras mantenía su relación con Kaoru.

Kain cerró la puerta y avanzó por el pasillo mientras veía a Reika quitarse sus zapatillas shinobi. Kain la espero y una vez que Reika estaba lista, lo siguió. Kain avanzó por delante mientras Reika de hermoso y largo cabello purpura lo seguía. Ella estiraba su mano con la intención de tomar la de Kain, pero antes de hacer contacto la retiraba. No era como si Kain y ella fueran novios o algo, solo hubo una promesa y no había pasado ni medio año desde que se conocieron. Sin embargo, Reika quería acortar la distancia.

Al final, Kain noto los intentos de Reika y él tomo la iniciativa de tomarle la mano. Reika sonrió complacida y se apegó a él mientras avanzaban por el pasillo. Reika se sentía en las nubes, pero cuando escucho el llanto de un bebé, se sorprendió bastante. Entonces miró en la dirección que miraba Kain y vio a este último sonreír complacido.

—Semejantes pulmones— dijo Kain y soltó una risita.

Reika siguió caminando junto a Kain de la mano, pero se preguntó si esto estaba bien. Su amado tenía múltiples esposas y ya tenía hijos con esas mujeres. Por un momento se sintió desanimada, pero no soltó la mano de Kain. Este último la guio a la cocina, le preparo una silla de cuatro patas, de las que ocupaban los civiles. Reika se sentó y miró a Kain preparar el desayuno.

—¿Cómo van los estudios?— preguntó Kain —me sorprendiste bastante cuando me dijiste que estudiarías en la "universidad". Así se llama ¿verdad?—

—Sí, se llama Universidad y todo va bien— respondió Reika —aunque muchos me tienen miedo por ser shinobi. Los civiles no están acostumbrados a compartir el conocimiento en tal lugar con los shinobis—

—¿Es un lugar interesante?—

—Sí, pero no lo he visto todo. Solo llevo dos días y ha sido un caos. Sin embargo, hice una amiga, es un tanto engreída, pero buena persona. Me ayudó mucho—

—Mmm, eso es bueno. Tengo entendido que solo van los hijos de los nobles y los comerciantes acaudalados—

—Sí, da esa impresión. Ninguno de ellos tiene chakra, pero los nobles se visten con kimonos y haoris como nosotros. Los hijos de comerciantes se visten a la moda con la ropa que comercia Naomi-sama. Por otro lado, hablan un poco extraño. El otro día me preguntaron si me había fumado la hierba equivocada ¿Usted sabe a qué se refiere eso?—

—Sí— dijo Kain, tomo un largo cuchillo y comenzó a cortar una cebolla —se lo escuche decir a Jin y Kokoro en un par de ocasiones—

Reika miraba a Kain preparar el desayuno y escuchar sus respuestas. Kain hablaba con tanta calma y seguridad que le gustaba escucharlo.

Kain termino de echar todos los ingredientes y los aliños a la comida. Tapo las ollas y se apartó de la cocina. Tomo otra silla de cuatro patas y la puso frente a la de Reika. Se miraron a la cara. Kain admiro la hermosa piel de Reika, parecía porcelana —¿Qué aprendiste de interesante?— preguntó.

—Muchas cosas, es más fácil aprender de un profesor— dijo Reika

Kain ladeo su rostro confundido y Reika se tapó la boca.

Reika agacho la mirada y le dijo —lo siento, no es que su ayuda sea mala, Kain-sama. Es solo que las personas normales no somos tan inteligentes—

—No hay tal cosa— dijo Kain

Reika levantó su rostro y quedó viendo ese rostro cuadrado con el cabello blanco peinado hacia atrás y ojos azules. Reika se fijó en la boca de Kain y después miró en otra dirección como si estuviera avergonzada.

—¿Por qué? ¿Por qué dice tal cosa? Yo no soy tan inteligente como usted—

—No, solo pasa que te enfocas demasiado en lo que te falta— dijo Kain con total naturalidad —piensas que eres tonta porque no eres como yo, pero estoy seguro de que tú también eres buena en algo y cuando lo descubras, te volverás imparable—

—Yo no soy buena en nada— dijo Reika y agacho la mirada

—Yo lo sé y tú también lo sabrás, solo tienes que enfocarte en lo que eres buena. Mira tu corazón, recuerda tus mejores momentos. Todo el mundo es bueno en algo y tú no eres la excepción—

Reika miró a Kain y sonrió, pero la mueca que puso a continuación le dijo a Kain que ella no creía en sus palabras.

—¿A Kain-sama le gustaría venir a la universidad?— preguntó Reika tratando de cambiar la conversación

—Sería interesante visitar un lugar diferente. Puede que nunca te lo haya dicho, pero admiro a los civiles—

Reika miraba fijamente a Kain, sobre todo a los ojos y le preguntó —¿Por qué?—

—Porque a pesar de que ellos no tienen chakra, han inventado cosas increíbles—

Reika agacho la mirada y murmuro —veo, las personas sin poder también pueden ser increíbles—

—Tú tienes poder, talento, belleza e inteligencia. Solo pasa que estás tan enfocada en lo que te falta, en lo que haces mal, que no te fijas en todos tus puntos buenos—

Reika levanto su rostro, pero Kain se levantó de su silla y camino a ver las ollas que emitían un agradable aroma a comida. Reika agacho la mirada y quedó mirando el suelo de madera mientras pensaba en lo que dijo Kain.

Después del desayuno, Kain llevo a Reika a una habitación vacía. Sacó de un sello de su haori el cuerpo de Vástago y pulso el ojo. La pequeña inteligencia con forma de diamante levitó mientras su ojo emitía un brillo rojo.

Kain miró a Reika, le tendió la mano y dijo —Vástago, transpórtanos a la residencia de Naomi en la capital—

—Procesando— respondió Vástago con voz fría, metálica y sofisticada —solicitando permiso a unidad administrativa, Guardian. Permiso concedido, viaje en tres, dos, uno…—

Al instante siguiente, Kain y Reika aparecieron en un subterráneo. Sin embargo, diferente del subterráneo que había en la mansión dentro de los terrenos del castillo que era utilizado como bodega, este subterráneo estaba iluminado, con un piso alfombrado y lleno de lujos como una mesa de pool, una mesa con sillas, estantes con diferentes tipos de licor y un enorme televisor con sillones de cuero. Todo era un detalle de Naomi para atraer a Kain y que se quedara el mayor tiempo posible.

Kain sonrió al ver todo este lugar, un desperdicio, ya que rara vez él se podía quedar. La mayor parte del tiempo él y Naomi lo pasaban en reuniones, por la noche iban a su dormitorio y hacían el amor. Sin embargo, ahora que Rei-chan había dado a luz y su hijo tenía tres meses, iba a tomar el relevo y ayudar a Naomi.

Kain camino con Reika de la mano por el subterráneo mientras Reika admiraba el lugar.

—Si usted fuera a la universidad, sería el número uno con este tipo de lugar— dijo Reika

—¿Cómo lo sabe Reika?— preguntó Kain

—Bueno, es que— dijo Reika con voz baja —mi amiga me invito a su casa y cuando el resto escucho, todos quería acompañarnos. Según las otras muchachas, la casa de Ryoko era la mejor. Sin embargo, la descripción que me dieron ni siquiera se le puede comparar a esto—

—Veo, es bueno que Reika haga algunos amigos—

—Amigos, amigos, no lo sé, pero Ryoko es amable y simpática—

—Reika no debe bajar la guardia con esa persona porque a pesar de que no tiene chakra, puede ser muy astuta—

—Sí, lo sé—

Kain siguió avanzando hasta la escalera de madera que lo llevaba al primer piso, subió los escalones y abrió la puerta. Entonces se encontró con un pasillo alfombrado, paredes blancas y pinturas en las paredes. La pintura frente a la puerta era de Kain y Naomi, lo cual no era una casualidad. Era un claro mensaje para las mujeres que acompañaban a Kain. Este era el terreno de Naomi, ella era la reina y la primera. Ella no toleraría que nadie se meta entre medio de los dos.

Kain continúo avanzando por el pasillo, subió al segundo piso y fue a la oficina de Naomi. Una vez que alcanzo la puerta, toco un par de veces y alguien abrió la puerta. Era una muchacha rubia, de cabello corto hasta los hombros y un traje negro con una corbata.

—Okita, tanto tiempo— dijo Kain

Okita miró a Kain y Reika, se dio cuenta que ellos iban tomados de la mano e hizo una mueca incomoda. Ella se hizo a un lado y realizo una profunda reverencia —hola, Kain-sama— dijo —la señora lo espera—

—Gracias— dijo Kain y avanzó a la oficina.

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