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Mundo Shinobi - Mokujin CIA. - 350

Kain, Shishio Nara y Ryoichi Takahashi llegaron a la entrada del salón de eventos donde los guardias del palacio imperial vestidos con un traje de frac estaban esperando en la entrada. Resaltaban como una mosca en un pastel blanco. La arquitectura del palacio imperial era del tipo que utilizarían los shinobis, así que sus trajes nuevos y vanguardistas los hacia resaltar. En cierto sentido, se veían más elegantes que algunos nobles y personas adineradas que venían al evento.

Kain avanzó primero, se detuvo frente a dos guardias que custodiaban un amplio pasillo —hola, soy Kain Uchiha, soy parte de la administración— dijo

—Sí, señor— dijo el guardia de la derecha. Llevaba el cabello corto y un peinado con la partidura tres cuartos. Tenía un lugar bajo el ojo izquierdo —Naomi-sama nos informó su llegada, adelante—

—¿Cómo sabes que soy yo?— preguntó Kain un poco preocupado por el hecho de que lo dejaran entrar, así como así.

Ambos guardias se miraron y sonrieron, pero después el guardia de la derecha puso una mirada seria y dijo —sería bastante difícil de confundir, señor—

Por detrás, Shishio y Ryoichi se rieron por lo bajo y Kain miró hacia atrás. Solo Shishio iba con un traje nuevo de los que había confeccionado Akane. Consistía en una camisa, chaqueta y pantalón negro. Lo único que resaltaba era la corbata de color rojo. Por otro lado, Ryoichi dijo que, así como iba vestido estaba bien, nunca utilizaría algo tan incomodo como un traje o corbata. Llevaba puesta una camisa azul y un pantalón de tela negro con zapatos de vestir. Por supuesto, todo de la mejor calidad.

Kain miró a los guardias y les dijo —estos dos detrás de mí, vienen conmigo. Son Shishio Nara y Ryoichi Takahashi—

Shishio no les sonó de nada, pero el nombre de Ryoichi fue demasiado grande en su imaginación. Ellos miraron al tipo que iba vestido de forma simple y realizaron una reverencia.

Kain levantó una ceja al verlo, ni siquiera a él lo trataron así. Él miró hacia atrás y vio a Ryoichi mirándolo con una sonrisa en los labios. Ryoichi levantó los hombros como si no tuviera nada que ver con él.

—Bueno, vamos— dijo Kain y los guio al interior del salón

Ryoichi y Shishio lo siguieron mientras miraban al fondo del pasillo abrirse en un amplio salón de eventos con una muchedumbre dando vueltas. Se notaba a primera vista quienes eran shinobi y quienes eran civiles. Los primero vestían kimono y los segundos con trajes confeccionados por Akane. Por alguna razón, la visión de Akane sobre la moda se había vuelto tendencia. Las únicas que no seguían está tendencia eran Naomi, Mari Hatake y Reika Uchiha. Naomi iba con un vestido con la forma de un lirio blanco sin mangas que le daba la apariencia de un chitón griego. Por otro lado, Mari Hatake y la gran Reika Uchiha que destacaba a leguas por ser la mujer más alta de todo el evento, llevaban puestos trajes de frac como vestirían los hombres. Ellas estaban un paso por detrás de Naomi, quien conversaba con una mujer rubia vestida con un kimono rojo. Llevaba el cabello ordenado en un moño y un largo mechón que caía por el lado izquierdo de su rostro.

—Oye, Raijin— dijo Ryoichi mirando los alrededores y captando que la gente lo estaba reconociendo. Eso no era bueno, solo faltaban un par de segundos para que su estancia en este evento se volviera incomodo —¿Vamos a estar bien?—

Kain le dio una breve mirada de soslayo y le dijo —claro que vamos a estar bien, tú tranquilo y anota en tu mente, hoy va a ser un día increíble—

—Ya lo fue, viejo— respondió Ryoichi con una sonrisa y mirando a todas las personas que lo quedaban mirando. Parece que ellos hubieran visto a su presa, ya sea los empresarios que querían hacer negocios con el padre de Ryoichi o las señoras que querían casar a Ryoichi con sus hijas —volar y moverme a esa velocidad fue el sueño de mi vida—

—Sueñas bastante simple— respondió Kain en un tono burlón

—Ja, lo dice el que lo tiene todo. Viejo, si yo pudiera volar como tú, pasaría todo el día en el cielo—

—Vamos, eso se puede lograr, pero hay que pensarlo un poco. Ya hablaremos de eso—

—Lo que digas, Raijin— respondió Ryoichi

Kain sonrió y miró a Shishio, quien avanzaba de forma lenta y con las manos en los bolsillos. Diferente de su yo de los días de la Academia Shinobi, ahora desbordaba confianza. Por otro lado, Shishio capto la mirada de Kain, sacó su mano derecha del bolsillo y señalo con el índice a una esquina. Kain miró a donde apuntaba Shishio y vio a una muchacha rubia bastante bonita ir de la mano con Orochimaru. Ella tenía el cabello rubio, ondulado, se hacía un moño y dejaba caer sus delicados cabellos dorados por el lado derecha de su rostro. Llevaba un furisode rojo con estampados de pétalos de cerezo en el brazo derecho y la pierna izquierda. Muy bonita y elegante. Por otro lado, Orochimaru iba vestido como Kain, con un traje gris y camisa blanca. El cabello negro y liso que siempre iba suelto, se lo arreglo en una coleta como Kain. Destacaba por su tez blanca como el papel y las marcas purpura en el parpado superior. En ese traje, más su cara inocente, se veía tierno. Nadie esperaría que ese pequeño tuviera la fuerza y habilidad de un chunin.

Kain camino hacia la muchacha rubia, ella vio a Kain venir en su camino y frunció el ceño. Kain siguió caminando y se detuvo a un metro de ella. Él miró a Orochimaru y le preguntó —¿Veo que vas bien acompañado?—

La muchacha rubia con el furisode rojo miró a Orochimaru y después miró a Kain.

—Nii-san, hola, te estuve esperando, pero no venías nunca— dijo Orochimaru

—Ooh, lo siento, fui a buscar a un amigo— dijo Kain, miró a Ryoichi y después volvió a mirar a Orochimaru —el de la izquierda es Ryoichi, puedes llamarlo Ryo. El de la derecha ya lo conoces, pero te recuerdo que se llama Shishio—

—Hola, amigo— dijo Ryoichi, avanzó y le tendió la mano.

Orochimaru levantó su rostro, sonrió y soltó su mano derecha de la mano de la muchacha rubia. Le estrecho la mano y dijo —hola, soy Orochimaru—

—Un gusto Orochimaru, cualquier amigo de Raijin es mi amigo—

Orochimaru miró a Kain y este último sonrió y negó con la cabeza.

Kain dijo —es una larga historia—

Orochimaru miró a la muchacha rubia y dijo —ella es Misuzu-san, nos encontramos en la mesa de jugos y conversamos de algunas cosas—

Misuzu tenía un bonito rostro, pero se volvía fría ante las cosas que le eran indiferente y Kain le era indiferente. Ella lo miró a los ojos y le dijo —no debería dejar a un niño solo en este tipo de eventos—

—Ooh, Orochimaru sabe cuidarse y nadie lo lastimaría. Tranquila, mucho gusto, Misuzu y muchas gracias por cuidar de Orochimaru— dijo Kain y le tendió la mano.

—Usted es el supuesto genio del que hablo tanto Kasumi— dijo Misuzu y le tendió la mano. Era pequeña, con dedos delgados y delicados. Las uñas cortadas, cuidadas y pintadas de un color natural con un pequeño detalle floral en el meñique —solo vengo porque Kasumi y Naomi me invitaron, no se haga ideas de mi familia ni nada—

—¿Su agenda está demasiado apretada?— preguntó Kain

—No, por ahora no— respondió Misuzu y soltó la mano de Kain mientras ponía una expresión confundida

—Entonces tome nota, hoy será un día increíble—

Misuzu miró a Kain como si él se estuviera burlando de ella. Frunció el ceño y miró a Orochimaru —no sé qué clase de trato tienes con este tipo, pero no aprendas sus malos modales—

—Somos primos— dijo Kain —¿No ve el parecido? Somos igual de guapos—

Misuzu miró a Kain, negó con la cabeza y miró a Orochimaru por última vez —nos vemos, Orochimaru, que tengas un buen día—

Misuzu paso por al lado de Ryoichi y lo ignoro por completo. Este último puso mala cara y ni siquiera se dio la vuelta para ver cómo se veía por atrás. Eran familias rivales, aunque claro, la trayectoria era un mundo aparte. La familia Hoshino era antigua y asociada con la familia Yotsuki en la nación del Rayo. Eran dueños de grandes extensiones de territorio, barcos y minas de oro y otros minerales preciosos. Incluso tenían su propio banco. Por otro lado, la familia Takahashi era joven y había empezado su legado con el padre de Ryoichi. Eran millonarios, casi tanto como la familia Hoshino, pero su único negocio era el de los vehículos que estaba creciendo a pasos agigantados.

—Déjala, Raijin, no puede aceptar que su familia ni siquiera tiene un número en la escala— dijo Ryoichi

—¿La competencia?— preguntó Kain

Ryoichi asintió, pero de repente se abalanzaron un montón de personas y lo rodearon preguntándole como estaba. Casi lo apartaron de Kain, pero este último extendió su mano derecha y con el chakra del tipo gravedad, lo hizo levitar. Ryoichi se asustó al principio, pero al ver a Kain con la mano extendida, sonrió. Kain lo hizo volar fuera de la multitud y lo coloco detrás de su espalda.

La gente quedó mirando a Kain con el ceño fruncido. Era un muchacho alto, bien parecido, pero un don nadie para el resto.

A Kain no le importo, miró los alrededores y dio dos fuertes aplausos que dejaron pitando los oídos a más de uno. Una vez que se instaló el silencio y todo el mundo le puso atención, Kain tomo una profunda inspiración mientras miraba a todos a los ojos y dijo a gran voz —hoy, se celebra un encuentro entre iguales. Personas educadas y serviciales que tienen mucho que mostrar y compartir con el mundo. Aquí, Ryoichi Takahashi es mi invitado, yo lo traje, no ustedes, él no les pertenece. Por supuesto, tampoco me pertenece a mí, pero no tolerare faltas de respeto a mi invitado. Señoras y señores, si van a acosar a mi amigo— apuntó a la salida con el brazo izquierdo —ahí está la salida, se pueden ir. No necesito gente maleducada para hacer negocios. Espero que les haya quedado claro—

Naomi desde la distancia se tapó el rostro al escuchar esas palabras. Ella quería encontrar un agujero muy profundo para enterrarse.

Muchos nobles y personas adineradas fruncieron el rostro. Hablaron con sus guardaespaldas que los acompañaban vestidos de forma elegante, pero se notaba demasiado la calidad en la tela y confección de la ropa. Ellos recibieron una respuesta que les desagradó, lo más probable, es que ninguno de los guardias shinobis pudieran hacer algo contra Kain.

—Princesa— dijo un hombre regordete vestido con un kimono dorado y un haori blanco, miró a Kasumi quien acariciaba a Naomi en la espalda a modo de consuelo. Él tipo continuo —¿Puede hacer algo con este payaso?—

Kasumi miró al tipo y después miró a su hermano, al final de salón de eventos. Estaba sentado en su trono rodeado de sirvientes, pero diferente de su abuelo, Yahiko no se escondía detrás de una cortina. Él era joven, visible y serio. Yahiko asintió a su hermana y Kasumi sonrió.

—Señor, lo único que le pide Kain Uchiha es un poco de respeto. El señor Takahashi dio un par de pasos dentro del salón y la gente lo rodeo ¿Cómo podría él disfrutar de este evento de esa manera? Solo es un poco de respeto, nada más. Somos seres civilizados, el respeto forma parte de la educación en nuestras vidas ¿Verdad?—

El tipo se puso rojo de lo enojado que estaba, miró a una mujer joven y bonita vestida con un furisode. La tomo del brazo y salió del salón. La mitad de los que vinieron lo siguieron mientras le daban a Kain miradas de disgusto, pero Kain solo sonrió y los miró mientras Shishio, Ryoichi y Orochimaru estaban detrás de él mirando.

—¿Está bien esto, Raijin? ¿No será un problema?— preguntó Ryocihi —mi hermana me dijo que este era un evento importante—

—¿Y por eso no querías venir en un principio?—

—Digamos que entre diseñar un vehículo y venir a ser acosado, no hay comparación—

—Te entiendo, está bien, Ryo— respondió Kain —están las personas que necesitamos— se dio la vuelta y lo miró a la cara —los demás sobran— y le dio unas palmaditas en el hombro —ven, te quiero presentar a mi esposa—

Kain avanzó hacia Naomi que se agarraba la cabeza con una mano.

—Raijin ¿Tienes esposa? Pero si eres un mocoso. No debes ni siquiera tener veinte—

—Buenos, algunos vamos más rápido que otros— respondió Kain

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