Kain entro a un estanque de aguas termales de baja profundidad, donde podías sentarte y que el agua caliente te llegará a la altura del pecho. Él apoyo su espalda en una de las murallas del estanque, apoyo los brazos a los lados y cerró los ojos. Al mismo tiempo, podía escuchar los gritos y peleas de las chicas con los chicos. No faltaba decir que Jiraiya lideraba el ataque suicida mientras Kiyomi y Tsunade castigaban a los invasores. Kain no sabía cómo Jiraiya podía lanzarse a una muerte segura con un espíritu en paz. Tsunade era fuerte, pero Kiyomi estaba a otro nivel.
Los gritos de los muchachos continuaron durante cinco minutos hasta que alguien dio un poderoso puñetazo al agua y todo se acabó.
Kain sonrió con los ojos cerrados mientras disfrutaba del agua caliente. Seguro de que aquella persona que le dio ese descomunal puñetazo al agua fue Kiyomi. Esto a su vez le hizo replantearse la famosa invasión a la tierra de los Uzumaki y su extinción. Si Hashirama le hubiera dicho a Kain que él y Madara destruyeron la nación de los Remolinos se lo hubiera creído, pero fuera de ellos dos ¿Quién hubiera sido? ¿Acaso había alguien superior al dios y demonio shinobi? Ridículo, sinceramente ridículo. De haber habido esa persona que lidero a las naciones para destruir la nación de los Remolinos, debería haber luchado contra Hashirama y Madara. Sin embargo, en ninguna parte del mundo existe algún documento que narre aquel enfrentamiento.
Kain escucho unas pisadas por el camino que conducía al estanque de aguas termales en el que él estaba sentado y descansando. Se escuchaban suaves y tenues, como si la persona estuviera descalza. Kain extendió su percepción y de inmediato supo quién era. Nagisa Uzumaki, de su misma edad, pero que recientemente había tomado una actitud firme con tal de volverse fuerte. Al parecer, ella estaba obsesionada con el poder y ahora busca cualquier oportunidad para enfrentar a poderosos oponentes. Si Kain no recuerda mal, dijo que ahora quería prepararse para enfrentar a Kaoru. Sin embargo, Kaoru es fuerte, tiene grandes reservas de chakra y a entrenado desde pequeña. Así que Kain lo ve bastante difícil, al menos, en el corto plazo.
Las pisadas se detuvieron en el borde del estanque. Primero se sentó en el borde de piedra del estanque. Metió un pie y después metió el otro, hundiéndose en el agua y generando un tenue chapoteo. Ella se movió por el agua generando hondas que chocaron con el pecho de Kain hasta que se detuvo a unos centímetros de Kain. A esa distancia, Kain podía ver el aura multicolor y como ella estiraba su mano derecha mientras que con la izquierda sujetaba la toalla con la que rodeaba su cuerpo. Nagisa extendió sus finos dedos varias veces, a punto de tocar a Kain, pero al final los retraía. De esa manera lo intento cinco veces, hasta que al final puso la punta de sus dedos en el pecho de Kain. Al ver que él no reacciono, Nagisa extendió su mano izquierda y apego su cuerpo al de Kain. Después puso su rostro en el pecho de Kain mientras sentía que su corazón latía con todas sus fuerzas.
—¿Te parece cómodo?— preguntó Kain con los ojos cerrados
—Nii-san es injusto, sabía que era yo, pero no dijo nada— dijo Nagisa con un tono de voz mimado
Kain alzó una ceja con los ojos cerrados y se preguntó ¿Por qué él era injusto? Si él decía algo, puede que ella no se hubiera atrevido a tanto. En ese caso, sería mejor que ella lo elogiara por darle la oportunidad.
—¿Qué haces Nagisa?— preguntó Kain
—Yo, yo, yo— dijo Nagisa con una voz pequeña, sin poder encontrar las palabras correctas.
Kain abrazó a Nagisa, con su mano derecha le acariciaba la espalda y con la izquierda le sostenía de la nuca. La espalda de Nagisa era pequeña y la piel suave. Ella caía entre sus brazos, lo que la hacía adorable.
—¿Tú qué?— preguntó Kain con una sonrisa en los labios
—Yo te amo— dijo Nagisa con timidez
—Tú sabes que tengo una relación con tu madre ¿No te da pena?— preguntó Kain torturándola
—No es justo, mamá, ella, no es justo—
—No eres tú la injusta, tomando ventaja de este momento—
Kain pudo sentir como Nagisa se estremeció y comenzó a sollozar. Él sonrió con astucia, llevó su mano izquierda desde la nuca al mentón. Kain abrió los ojos y después levantó el rostro de Nagisa. Ella lo miraba con ojos llorosos, Kain sonrió y después la beso. Nagisa cerró sus ojos y trato de seguir los movimientos de Kain. Él la guio con sus labios para que ella abriera su boca poco a poco y después la explorara con su lengua. Todo su cuerpo se sentía en éxtasis, con un hormigueo y euforia sin control.
Después de unos veinte segundos, Kain detuvo el beso y Nagisa abrió sus ojos con una mirada emborrachada por la lujuria.
Kain le tomo el mentón otra vez y le dio un pequeño beso —levántate y quítate la toalla—
—¿Qué?— preguntó Nagisa asombrada
—Que te levantes y te quites la toalla, quiero mirarte—
—Yo, yo, yo—
—¿No puedes?— le susurro Kain
Nagisa tuvo un poco de miedo, pero considerando hasta donde había ido para acercarse a Kain y como había traicionado a su madre, no le importo lo que pudiera pasar. Ella asintió y se apartó de Kain, dio un paso atrás y se quitó la tolla dejando ver un cuerpo esbelto, con dos senos como naranjas, firmes y erguidos. Sus pezones se veían pequeños, rodeados por una aureola casi invisible. Sus caderas se estaban volviendo anchas igual que las de Tsubaki y su trasero era gordo. Su entrepierna tenía una fina capa de cabello naranja y sus labios se veían apretados.
Kain le hizo el gesto con el dedo índice para que ella se acercara. Nagisa así lo hizo y se puso delante de Kain con vergüenza, mostrándole su parte secreta. Kain tomo las caderas de Nagisa y la sintió temblar. La miró hacia arriba para que ella no temiera y después le dio un beso en el abdomen. Nagisa soltó una exhalación caliente y cuando Kain le dio un segundo beso, apretó sus muslos. Kain continúo descendiendo hasta llegar a la vagina y pasar su lengua en un suave roce. Las piernas de Nagisa cedieron y ella cayó sobre sus rodillas. Kain la sujetó de los muslos para que ella no se golpeara con el fondo de roca y después la ayudo a descender hasta sentarse a horcajadas sobre él. Una vez más quedaron rostro con rostro, Nagisa jadeaba con fuerza y miraba a Kain con ojos embriagados por la lujuria.
—¿Te gusto?— preguntó Kain con una sonrisa en los labios
Nagisa asintió y acercó su rostro para robarle un beso. Kain la dejo tomar el mando, pero fue un beso tan tosco que los dientes chocaron. Nagisa se echó hacia atrás tapándose la boca, los ojos cerrados y el ceño fruncido. Kain también se tapó la boca, pero en lugar de sufrir como Nagisa, se largó a reír.
Nagisa quedó mirando a Kain, con sus ojos pequeños y en una expresión risueña —perdón— dijo
Kain apartó la mano de la boca y respondió —no hay nada que perdonar, es solo algo que a todos les pasa alguna vez—
—Pero—
—Está bien— dijo Kain, entendiendo que lo que pudo ser un tiempo sensual, se perdió. Sin embargo, no le echo la culpa a Nagisa y solo lo tomo como una prórroga. Después la abrazó a su pecho y ella se acurruco contra Kain.
—¿Nii-san va a dejar a mamá?— preguntó Nagisa con voz pequeña
—¿Por qué?— preguntó Kain con total calma —lo que tengo con Tsubaki no debería afectar a Nagisa. Me gusta Tsubaki, me gusta Nagisa—
—Nii-san es demasiado codicioso— le dijo ella con resentimiento y le pellizco las costillas
Kain frunció el ceño, pero se aguantó el dolor. Después sonrió y la continúo abrazando hasta que sintió que ya era suficiente de aguas termales y salió del estanque. Kain camino desnudo hasta un mueble donde estaban sus ropas colgadas mientras vigilaba que nadie los espiara. Al parecer, la advertencia y la monstruosa fuerza de Kiyomi fue suficiente disuasor. Sin embargo, cuando no escucho a Nagisa salir del agua, se detuvo y miró hacia atrás. Nagisa estaba sentada en el agua y parece que por su expresión no quería salir. Kain sonrió pensando en lo cerca que estuvieron de hacer el amor y como se tocaron piel con piel. Él volvió al estanque, se detuvo en la orilla y le tendió una mano a Nagisa. Ella lo quedó mirando, nerviosa de mostrar su cuerpo, pero después de unos segundos, estiro su mano y tomo la de Kain. Él la ayudo a salir del agua y Nagisa se detuvo delante de Kain. Ella medía un poco más de 1,4 mts mientras Kain ya medía 1,7 mts. Nagisa agacho la mirada y miró hacia sus pies, pero también vio el pene de Kain colgando entre sus piernas. Ella se ruborizo y miró hacia otro lado mientras se ponía roja desde el cuello a las orejas.
—No hay nada de que tener vergüenza— dijo Kain, levantándole el rostro. Ella lo miró a los ojos, Kain sonrió, agacho su rostro y le dio un pequeño beso. Después la tomó de la mano y la condujo a los vestidores. Se pusieron su ropa y fueron a buscar a los demás, pero ellos ya se habían ido. Así que solo salieron de las aguas termales y siguieron el sendero del bosque, de vuelta al hotel de Kie.
A medida que avanzaban se dieron cuenta que todo estaba oscuro y apenas se podía distinguir el camino por las sobras que proyectaban los árboles. Se escucha el croar de las ranas, el canto de los grillos y ululato de los búhos. Nagisa se tomó del brazo de Kain mientras este último los guiaba a través de la oscuridad.
—Me siento feliz de que Nagisa me haya dicho sus sentimientos, pero debes permanecer alerta. Estamos en una misión— dijo Kain, su voz sonaba tranquila, pero seria.
Nagisa levantó su rostro para mirar Kain, pero apenas si pudo ver su silueta gracias a las sombras que generaba el bosque —¿en una misión para recolectar hongos?— preguntó con cierto humor
—¿Qué dijo Shiori-chan?—
Nagisa quedó en blanco por un momento y dijo —lo siento, no lo recuerdo—
—Que conmigo las cosas nunca son tan tranquilas ni simples— dijo Kain con seriedad —te traje para que te pudieras desarrollar como anbu, no subestimes la oportunidad que te estoy dando—
Nagisa se detuvo y Kain la siguió en el gesto. Kain acercó su rostro y le dio un pequeño beso —hay muchos peligros en este pequeño pueblo que pronto van a explotar ¿Te acuerdas del monje que vimos al llegar?— Nagisa asintió y Kain continuo —necesito que estes pendiente de él y que todos los que estén a su alrededor sean sellados y reducidos. Una vez que esta parte del plan este completa, te diré tu siguiente misión—
—Sí— susurro Nagisa con seriedad y se puso de puntillas para acercarse a la boca de Kain y devolverle el beso. Esta vez fue suave, superficial, pero sin apresurarse como la vez anterior. Algo que Nagisa todavía recordaba con dolor y vergüenza.
Kain recibió el beso de Nagisa, tratando de guiarla con sus labios y su lengua para que todo fuera armonioso. Después de unos segundos, se separaron y Kain le acaricio la mejilla —recuerda— susurro —no bajes la guardia y recuerda que estas en una misión. Los sentimientos personas deben quedar aparte y concentrarse en lo que haces. Si fallas en eso, no te podré dar misiones más importantes ¿Entendido?—
—Eso…—
—Eso es lo justo, si no puedes apartar los sentimientos del trabajo, no eres apta para ser un anbu—
—Yo, yo, lo entiendo—
—Eres increíble— dijo Kain con una sonrisa en los labios y esta vez él beso a Nagisa.