webnovel

Mundo Shinobi - Virtud - 245 (NSFW)

Al mismo tiempo en el que Kain se despedía de Rei y se iba a su habitación, Tsubaki estaba acostada en su futón, sola en su habitación. Durante todo el día estuvo alejada de Kain, le producía cierto nerviosismo que sus hijas se dieran cuenta de que ella se había acercado a Kain. No sabía si era la culpabilidad de la edad o del hecho de saber que Nagisa pensaba en Kain mucho más allá de la gratitud. Era fácil para Tsubaki leer las expresiones de su hija. En principio pensó que solo era algo temporal asociado al rescate de hace un año. Sin embargo, incluso si su hija llevaba medio año estudiando en la Academia Ninja, seguía mirando a Kain con los mismos ojos de anhelo.

Por su parte, Tsubaki se daba vuelta de lado a lado en su futon tratando de encontrar la posición correcta para dormirse hasta que se aburrió de las frazadas y las pateo. Entonces ella quedó tendida sobre el futon con el cabello rojo desordenado sobre la cabecera mientras vestía un kimono gris para dormir. La habitación estaba a oscuras y no existían más sonidos que los de la madera. Afuera de la ventana ululaba el viento meciendo los árboles y arrastrando las hojas del suelo.

Tsubaki se quedó despierta mirando las vigas del techo y siguió pensando, se volteó a la derecha en posición fetal y recordó lo que vio aquel día. Ella estaba en el patio trasero junto a sus hijas, Tsunade, Nawaki y Rei. Tsunade jugaba con sus hijas mientras ella sostenía al pequeño Nawaki en sus brazos. Rei a su lado se preocupaba de ordenar a Tsunade para que ella dejara ganar de vez en cuando a Nagisa o Kiyomi, de lo contrario el juego se volvería aburrido. Tsunade era muy orgullosa, por lo cual siempre hacia todo lo posible para ganar sin importar los sentimientos de los demás. Gracias a eso, Kiyomi últimamente se estaba aburriendo de jugar con ella porque Tsunade ocupaba chakra para siempre ganar.

Entonces Nawaki se comenzó a rascar los ojos y protestar, lo cual intuyo Tsubaki que era hora de comer y dormir. Entonces ella le dejo Nawaki a Rei y entro a la casa. Avanzó por el pasillo de la izquierda que pasaba por fuera del comedor y a medida que avanzaba, escuchaba algunos sonidos sensuales. Quiso detenerse porque no estaría bien meterse en los asuntos de otros, pero la curiosidad y el calor en su entrepierna podían más. Habían pasado más de cinco años desde la última vez que había hecho algo, así que esos sonidos sensuales le parecían demasiado estimulantes.

Tsubaki se fue acercando al comedor sin hacer ruido hasta que llegó a la puerta corredera. Había una pequeña abertura en la unión del marco y la puerta, así que asomo su ojo por la abertura y vio lo que pasaba en el comedor. Mito y Kain estaban desnudos sobre el Tatami. Mito sostenía sus muslos y las extendía hacia los lados mientras Kain tenía su rostro sobre la vagina. Mito era delgada, con una piel hermosa, pequeños senos y un enorme trasero. Sus gemidos eran sensuales y las contracciones en su cuerpo indicaban que lo estaba disfrutando bastante.

Tsubaki apretó sus piernas y frotó sus muslos entre sí. Entonces vio como Kain apartaba su rostro de la vagina y miraba a Mito. Ella soltó sus piernas y Kain avanzó subió dando besos por el cuerpo hasta llegar a la boca. Kain beso a Mito y ella lo abrazo, entonces él movió su cadera y entró en ella. Mito echo su cabeza hacia atrás con los ojos cerrados y Kain continúo llevando su mano derecha a la parte superior de la vagina, comenzó a masajear en círculos y Mito lo sintió con mayor intensidad mientras se retorcía y soltaba gemidos sensuales. Kain continúo moviendo sus caderas de atrás para adelante, haciendo movimientos circulares y nunca detuvo su mano. Entonces poco a poco retiro su mano izquierda y abrazo a Mito mientras le besaba los pequeños senos. Una vez que se abrazaron por completo, Kain comenzó a meterse una y otra vez en Mito hasta de repente se detuvo y soltó un gemido.

Tsubaki sabía lo que había pasado, él había dejado toda su lujuria y deseo en el interior de Mito.

Volviendo de sus recuerdos, Tsubaki se dio cuenta que estaba gimiendo mientras su mano derecha exploraba su vagina y con la mano izquierda jugaba con sus senos. No obstante, a pesar de lo descarado que parecía, siguió jugando consigo misma más y más brusco. Imaginaba a Kain encima de ella, acariciándola y besándola. Entonces él podría bajar hasta su vagina y lamer sus labios, pasando esa lengua hasta que la hiciera acabar. Tsubaki abrió su kimono y sus senos se desparramaron hacia los lados, con su mano izquierda tomo su seno y lo acercó a su boca. Entonces comenzó a pasar su lengua jugando con el contorno. Con su otra mano pasaba la yema de sus dedos en círculos sobre su clítoris hasta que ya no pudo más y algo que llevaba tiempo guardando salió de su interior empapando el colchón de su futon.

Tsubaki quedó jadeando mientras sus grandes senos subían y bajaban como grandes montañas de carne suave y sensual. No obstante, esto no era suficiente, si ella tuviera un hombre podría hacer más que esto ¿Por qué tenía que autocomplacerse sola si era hermosa? ¿Acaso no había un hombre que la deseara? No, pensó, cuando va al mercado del distrito Ino—Shika—Cho los tendederos la miran con ojos lujuriosos y le regalan cosas con la intensión de que ella abra las piernas. Sin embargo, todos son tan toscos y poco agraciados que ella no lo permitiría ni en un millón de años. Quizá algún shinobi, hay muchos en esta villa, algunos guapos, pero ¿En quién se puede confiar? Al final, todo se reducía a eso.

Al otro día Tsubaki se levantó temprano, arreglo el desastre que había hecho sobre su colchón en silencio. Después se bañó, preparo y perfumo. Una vez que estuvo lista frente al espejo, se miró avergonzada, pero no había nada que hacerle. Era esto o volverse loca, era injusto que solo Mito se divirtiera, pensó Tsubaki pensando con el calor en el interior de su entrepierna. No podía dejar de pensar en Mito y Kain y como lo hicieron en el comedor sin preocuparse por los demás. Fueron rudos, sucios y sensuales, amándose y buscando el placer.

Tsubaki se vistió con el kimono verde usual para que nadie sospechara y pasar desapercibida por si las cosas no iban como ella quería. Entonces salió de su habitación como a las siete de la mañana, cuando todos estaban durmiendo y camino por el pasillo hacia la habitación de Kain. De repente se detuvo, miró hacia atrás y se concentró en la habitación de Mito, pero todo estaba en calma, así que pensó que todo estaba bien. Después pasó por una habitación vacía para recibir visitas y llegó al cruce. Se sentía rara y un poco confundida, pero siguió caminando, avanzando hasta el pasillo del frente y pasando por fuera de la habitación de Naomi y Rei; todo estaba en silencio. Así que Tsubaki avanzó hasta el final del pasillo y doblo a la derecha y se detuvo delante de la puerta de Kain.

—Kain—sama— dijo Tsubaki con voz baja y temblorosa. No se escuchó nada, lo cual puso a Tsubaki en pánico y por un momento pensó en volver, pero apretó sus puños para endurecer su resolución y continúo llamando —Kain—sama—. Tsubaki continúo llamando varias veces y solo a la décima se escuchó unas pisadas del otro lado.

—Sí ¿Quién es?— preguntó Kain con la voz de alguien que recién se despertó

—Kain—sama, tengo algo que preguntarle, soy Tsubaki— dijo Tsubaki con voz nerviosa —puede, puede abrir la puerta—

—Dame un minuto— respondió Kain desde el interior

—Sí— respondió Tsubaki en voz baja.

A los pocos segundos Kain abrió la puerta corredera vistiendo un kimono verde pasto semi abierto en el pecho. Tsubaki lo miró evaluando su altura, él era un palmo más pequeño que ella, pero su cuerpo era sensual, delgado y hermoso. Su cabello blanco parecía resplandecer con un halo de pureza mientras sus ojos azules lo hacían sentir misterioso. Tsubaki trago saliva y le iba a decir algo, pero no le salían las palabras de la boca. Tuvo la intención de salir corriendo por el puro sentimiento a vergüenza, pero recordó el beso que él le robo ayer. Entonces pensó que era clara la intención de Kain, él la deseaba, así que ella dio un paso al frente y sin previo aviso, le robo un beso. Ella puso sus brazos en los hombros y después lo abrazo del cuello mientras el beso se volvía más profundo e intenso. En algún momento Kain la condujo al interior de la habitación y cerró la puerta corredera. Eso desato todos los deseos de Tsubaki y comenzó a besarlo con mayor intensidad, después le beso el rostro y bajo lamiendo el cuello. Quería poseer a Kain tan mal que ni siquiera se dio cuenta cuando bajo hasta el estómago y su mano se deslizo por el kimono.

Por otro lado, Kain vio como Tsubaki le desabrochaba el kimono y sacaba su pene. Ella lo miró hacia arriba con ojos intoxicados por la lujuria. Ella era bella, pero más que todo, estaba en celo. Entonces comenzó a lamer el pene de Kain mientras lo miraba con descaro, como si ella tuviera el dominio sobre su sexo y él no pudiera hacer nada. Ella lo lamio hasta que estuvo completamente erguido, pero no lo dejo acabar. Tsubaki se puso de pie y agacho su rostro para besarle el pecho, el cuello y después la cara hasta llegar a la boca. Entonces lo condujo a la gran cama, ella se desabrocho su kimono y lo dejo caer al suelo, revelando su cuerpo y mirando a Kain con diversión. Ella lo empujo a la cama, se subió y después se sentó a horcajadas sobre él.

—Está bien, no te preocupes, déjamelo a mi— dijo Tsubaki soltando un jadeo sensual, como si lo estuviera anticipando —yo me haré cargo de todo. Solo disfruta—

Kain asintió y Tsubaki levantó su enorme trasero, después tomo el pene de Kain y lo restregó contra los labios de su vagina. Después de jugar lo suficiente y ver Kain apenas aguantándose las ganas tomarla por las caderas y empujarla a la cama, ella se sentó sobre el pene de Kain y tomo una profunda respiración sintiendo un cosquilleo por su interior. Tsubaki soltó una exhalación caliente y miró a Kain a los ojos mientras levantaba su enorme trasero y lo dejaba caer, generando un sonido a golpeteo. Ella restregaba su clítoris contra el pubis al mismo tiempo que movía sus caderas y veía a Kain agonizar en su interior. Eso le gusto y comenzó a mover sus caderas una y otra vez generando un intenso, rápido y violento golpeteo.

Bab berikutnya