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Mundo Shinobi - PGM - 164

-¿Por qué hokage-sama no quiere que invadamos la nación de la Tierra?- pregunto Kazuhiko mientras se movían con el ejercito compuesto de Hyugas e Uchihas con dirección a la nación de los Pastizales.

Kain a su lado, respondió -porque somos shinobis, Kazuhiko, no un ejército de civiles. ¿De qué nos valdría tener un país para gobernar si no tenemos gente para llenarlo? Además, tendríamos que dividirnos, hacernos cargo de la economía y la política. También lidiar con las ideologías y religiones. Es un tema complicado invadir otro país. Por otro lado, recibir una compensación del país vencido sería lo mejor para la nación del Fuego. Eso debilitaría a las otras naciones y los retendría de querer comenzar una segunda guerra. Al final, todo se trata de recursos. Quien tiene los alimentos, las manos y las armas, puede ganar la guerra. La nación de la Tierra podría haber hecho más, pero ya ves; su Kage y daimio apuntan en direcciones diferentes-

Kain detuvo su avance por un momento, mirando un precipicio que separaba la nación de la Tierra con la nación de los Pastizales y comenzó a realizar sellos de mano. Una vez que estuvo listo, dijo -doton, ganchuso- y toco el borde del acantilado. Entonces, un pilar se extendió hacia adelante creando una larga pasarela de un metro de ancho. Después Kain hizo otros cinco pilares y formo un puente que conectaba ambos extremos del precipicio.

-Adelante- dijo Kain sintiendo el viento que subía desde lo profundo del precipicio

Kazuhiko alzó la ceja y avanzó hasta detenerse a la orilla y miró hacia abajo -¿Estás seguro?- preguntó

-Estoy seguro. Apúrate, cobarde- dijo Kain cinco metros por delante de Kazuhiko

-Vamos, Kazuhiko-sama, no debemos hacer esperar a Kain-sama- dijo Osamu un paso por detrás de él.

Kazuhiko miró a Osamu, de rostro tranquilo, pelo oscuro y mirada seria -¿Por qué siempre estás serio?- pregunto

-No es momento para divertirse- respondió Osamu sin molestarse, ya estaba acostumbrado a que Kain y Kazuhiko lo molestaran con lo mismo.

Kazuhiko avanzó y a los pocos pasos alcanzó a Kain -oye, no me dejes atrás, esto da miedo-

Kain miró por el borde al precipicio y vio la intimidante oscuridad de la profundidad -bueno, en eso tienes razón- dijo

Después de Kain y Kazuhiko lo siguieron Osamu y el ejercito compuesto por los dos clanes. Sarutobi, Ino-Shika-Cho y otros clanes pequeños estaban molestos con Kain. Así que separaron el ejército de esa manera, por supuesto, por consejo de Sasuke Sarutobi. Kain sonrió ante la actitud condescendiente del viejo, ya que se quería dar aires de importancia, pero la guerra, al menos de este lado del mapa, había terminado. Incluso si se llevara a todos los Uchihas y Hyugas con él, solo sería para tenerlos sentados y mirando el cielo durante todo el día.

Una vez que atravesaron la pasarela, llegaron a unos pastizales y más allá se veían densos bosques. Kain iba mirando el paisaje y le preguntó a Kazuhiko -cuando pasaste por este país ¿Viste algo interesante?-

-Para nada, son un país vasallo- respondió Kazuhiko -tienen mucho territorio sin explotar, una gran cantidad de pueblos agrícolas, pero ninguna ciudad importante. Solo el puesto de avanzada que sirve como conexión entre el país del Fuego con el de la Tierra, pero nada más. La mayoría de los lugares eran tan pequeños y humildes que en cuanto nos vieron, se postraron en el suelo y nos pidieron misericordia. Ese viejo Sasuke quería tomar lo poco que tenía esa gente con la excusa de ser suministros de guerra, pero mi abuelo se negó- agacho la mirada y dijo con voz suave -los hubieras visto, Kain…los, sé que suena feo, pero los civiles de nuestra villa parecían hombres adinerados-

Kain tomo una profunda respiración y respondió -lamentablemente, no todos tienen las mismas prioridades. Además, si no fuera por mi tío que siempre se preocupó por los civiles, ellos se verían igual que los que viste en la nación de los Pastizales-

Kain y Kazuhiko se quedaron callados pensando en el estado de los civiles dentro de las naciones hasta llegar a donde comenzaba el bosque.

-Hyuga-dono- dijo Kain a modo de broma -podría ocupar sus maravillosos ojos y ver si alguien nos está emboscando-

Kazuhiko lo miró con furia y le dio un fuerte puñetazo en el hombro. Kain solo se largó a reír a pesar de que le dolió.

-No me gusta tu terapia de tortura- dijo Kazuhiko en un estado molesto

-Se llama terapia de choque- respondió Kain con una sonrisa en los labios -una vez que te acostumbras a un problema, deja de ser un problema-

-Sabes que me importa-

-Y por eso tienes que acostumbrarte- respondió Kain desvaneciendo poco a poco su sonrisa -vas a tener que vivir con eso hasta que yo encuentre una solución. No te preocupes, no me rendiré, pero tampoco quiero que pienses que tu ojo se sanara de la noche a la mañana-

Kazuhiko tomo una profunda respiración y miró al suelo. El resto de los Uchihas y Hyugas se quedaron de pie detrás de ellos, preguntándose si estaban peleando o algo. A los pocos segundos llego un Kago (una especie de hamaca que cuelga de dos palos en paralelo) llevado por cuatro Hyugas sobre su hombro; uno en cada punta.

-¿Qué hacen el par de idiotas?- pregunto el viejo Kazuto desde su interior, levantó la cortina y lo vieron acostado sobre cojines.

-Kain me está molestando, abuelo- dijo Kazuhiko

-Es mentira, abuelo- respondió Kain -lo estoy ayudando, pero ya ves, Kazu siempre se toma demasiado en serio-

-Cállate, idiota- dijo Kazuhiko y le dio otro puñetazo en el hombro.

-Oye, deja de pegarme, la próxima te lo devuelvo-

-Ven si te atreves-

-Basta, par de tontos, son los lideres de sus clanes ¿Qué ejemplo están dando?- dijo el anciano en un tono fuerte

-Lo sentimos, abuelo- respondieron ambos mientras inclinaban la cabeza.

Después Kain le dio una palmaditas en el hombro Kazuhiko y este último frunció el ceño, pero de todos modos ocupo su byakugan con un solo ojo. Entonces dijo -no hay problemas por delante-

-Bien, vamos- respondió Kain y avanzó primero. Kazuhiko lo siguió mientras el viejo Kazuto los miraba desde el kago y negaba con una sonrisa en sus labios.

-Verdad que tiene suficiente energía para ser tan viejo- murmuro Kain

-Sí, a veces me asusta, parece que nunca se va a cansar- murmuro de vuelta Kazuhiko.

El viejo Kazuto perdió su sonrisa y sintió que le palpitaba las cejas -mocosos del demonio- murmuro el viejo, bajó la cortina y dijo desde el interior del kago -avancen-

De esa manera, Kain y Kazuhiko junto a sus clanes, llegaron en un par de días al centro de la nación de los Pastizales. En lo alto de una colina se alzaba la fortaleza amurallada. El lugar donde todo comenzó, pensó Kain.

No obstante, una vez que entraron a la ciudad, Kain se dio cuenta de que el lugar era muy diferente de lo que le habían contado sus amigos. El edificio con forma de pagoda en el centro de la ciudad estaba derruido hasta los cimientos. Las calles tenían un aspecto sucio y descuidado. Había muchas personas durmiendo en la calle mientras varias casas parecían abandonadas. Una vez que llegaron al centro, revisaron las proximidades y no lograron contar más de cien habitantes. La mayoría niños o ancianos que no pudieron escapar de los estragos del enfrentamiento entre shinobis.

Sin embargo, de repente todos escucharon el grito de un hombre enloquecido; sonaba como una bestia. Todos se pusieron en guardia esperando un ataque, vieron a un hombre correr en su dirección y una mujer que lo seguía varios metros por detrás. No obstante, el hombre se desvió un poco hacia la izquierda y fue directo a un pozo de agua. Él se lanzó de cabeza y cayó generando un chapoteo lanzando agua por los aires. Sin embargo, lo gritos del hombre enloquecido no cesaban.

A Kain le pareció extraño y comenzó a caminar en su dirección. Kazuhiko lo tomo por el brazo y le dijo -espera, Kain-

-¿Qué pasa, Kazu?- pregunto Kain extrañado

-Puede ser peligroso- respondió Kazuhiko

-No es peligroso, si quieres ven conmigo-

-¿Estás seguro?-

-Claro que estoy seguro, no te preocupes, puedo ver muchas cosas que tu no- Kain se tapó la boca con ambas manos y después las bajo -lo siento, eso no era terapia de choque, lo prometo. Lo que digo es verdad, en el sentido literal de la palabra-

Kazuhiko frunció el ceño y le dijo -te creeré, pero solo por esta vez-

Kain sonrió y le dio un puñetazo en el hombro -ves que funciono, ya no te importa tanto- entonces comenzó a caminar con dirección al pozo donde el tipo se había lanzado de cabeza.

-Cállate, idiota, eres un buen amigo, pero tienes el culo conectado con el cerebro- respondió Kazuhiko mientras lo seguía. Kain solo se largó a reír y continúo avanzando.

Una vez que ellos llegaron al pozo, Kain y Kazuhiko se encontraron con la mujer que miraba al tipo nadar en el agua mientras gritaba enloquecido. La mujer al ver a Kain y Kazuhiko, se postro delante de ellos, tocando el suelo de adoquines con la frente.

-Shinobi-sama, shinobi-sama, por favor, por favor, ayuda a mi marido, te lo ruego- imploró la mujer

-Está bien- dijo Kain con una gran sonrisa

-¿Eh?- respondió la mujer confundida, levantó su rostro para ver si solo se estaban burlando de ella, pero por la expresión de Kain, no parecía ser así.

Kain hizo un sello de mano y la humedad en el pozo se transformó en una enorme serpiente que tomo al hombre enloquecido y lo elevó hasta la boca del pozo. La mujer reacciono dando un grito al ver a la enorme serpiente de agua y se empezó a empujar hacia atrás con manos y pies, horrorizada de la terrible bestia. Sin embargo, pese a sus creencias, la serpiente escupió al hombre enloquecido dejándolo caer sobre los adoquines.

Una vez sacado al hombre del pozo, Kain hizo un movimiento con su mano como si cortara el aire y la serpiente se desvaneció volviendo a su forma original, dentro del pozo.

Kain se acercó al hombre, la mujer lo vio y se puso por delante del hombre -por favor- suplico la mujer con voz estridente -por favor, shinobi-sama, no mate a mi marido, él solo está enfermo-

-Lo sé- dijo Kain

-¿Eh?- respondió la mujer confundida, porque cada vez que ella decía eso, los shinobis u otras personas la escupían y la llamaban mentirosa.

-Lo sé- repitió Kain llevando su dedo índice a la parte inferior de su parpado y dándose golpecitos -lo puedo ver. Los seres humanos no están hechos para soportar la energía natural-

La mujer no entendía lo que él decía, pero al ver su mirada en calma y la expresión amigable, sintió alivio por primera vez en muchos años y derramo lágrimas.

Kain vio a la mujer llorar, pero no la consoló, ya que ese no era su trabajo. Lo suyo era arreglar a este hombre, el cual tenía una herida en las costillas del lado izquierdo, muy cerca del corazón. Esa herida emitía energía natural y contaminaba el resto del cuerpo volviéndolo loco.

Kain se acercó al hombre, se arrodillo y puso su mano sobre el pecho. Entonces él cerró los ojos y absorbió la energía natural con su técnica del Fortalecimiento Celestial. Una vez hecho eso, la respiración y pulso del hombre volvieron a la normalidad. No obstante, la herida seguía emitiendo energía natural, así que Kain miró a la mujer.

-Dos cosas- dijo Kain levantando su dedo índice y corazón -primero, voy a levantarle la polera y realizar un sello. Así que no te asustes, el sello no le hará daño, solo impedirá que su torrente se llene de la energía que lo está volviendo loco. Lo segundo ¿Dónde se hizo esa herida?-

-¿Qué herida, shinobi-sama?- pregunto la mujer confundida

-Esta herida- dijo Kain levantando la polera y mostrando un notorio corte de diez centímetros de largo que ya estaba cicatrizado.

La mujer se tapó la boca, agacho la cabeza y negó.

-Por favor dime, te estoy ayudando ¿No te enseñaron que cuándo alguien hace algo bueno por ti, tú tienes que responder de la misma manera para generar buen karma?-

-No soy budista, ni sigo las enseñanzas de ningún sabio, pero, pero ¿Promete no decirle a nadie?- Kain asintió, la mujer soltó un suspiro y continuo -yo y mi marido vivíamos en el norte, en la costa de la nación del Trueno…-

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