Paso un mes desde la muerte de Hashirama, Konoha siguió funcionando como siempre, pero un aire a incertidumbre flotaba en el aire. Como consecuencia de eso, Kain había estado de vago durante todo ese tiempo. Su día consistía en mirar el techo, conversar y comer con su familia, leer por las tardes los libros que heredó de su tío y después dormirse. De vez en cuando venían sus amigos a visitarlo, pero el propio Kain rara vez salía de la casa. Había días en que colocaba el cojín de su tío en el pasillo que pasaba por fuera de las habitaciones, en el patio trasero. Como el pasillo era techado, se quedaba mirando el cielo como si hubiera una respuesta ahí, incluso si llovía.
Un día de esos, como a las nueve de la mañana, Kain estaba mirando el patio mientras caía un aguacero. Todo el patio se había transformado en barro y posas de agua. El día estaba frio, pero con el milagro del chakra, poca o ninguna molestia le producía a Kain.
La puerta corredera detrás de Kain se abrió y Naoko cubierta por una manta gruesa, le dijo -Kain, cariño, entra a la casa, te vas a resfriar-
-Sí, okaa-sama- dijo Kain sin apartar la mirada del patio y de la incesante lluvia que producía ondas sobre las pozas de agua. Cada una caía generando una melodía propia, efímera, que se perdía tan rápido como se producía. Era algo tan bello y breve como la vida misma, pensó Kain.
Naoko ladeo su cabeza como si apuntara su oído a Kain y noto que él se quedó quieto. Entonces tomo una profunda respiración y se movió a paso lento, tanteando el aire hasta dar con Kain. Una vez que lo encontró, se quitó la manta y se la puso extendiéndola a lo largo de los hombros. Kain noto el calor acogedor y por fin aparto la mirada del patio. Volteó su rostro y vio la suave expresión de Naoko, tan pura y tranquila como la misma paz.
-Gracias, okaa-sama- dijo Kain, le tomo una mano y le beso el dorso. Naoko sonrió al notar el tierno beso en su mano y una vez que Kain le soltó la mano, ella le desordeno el cabello y le beso la mollera.
-No te quedes mucho tiempo afuera ¿De acuerdo?- dijo Naoko -sé que mi Kain es un niño fuerte, pero okaa-sama no puede dejar de preocuparse-
-Sí, okaa-sama, estaré unos minutos más y me entraré-
Naoko asintió con una pequeña sonrisa y se dio media vuelta. Después camino hasta su habitación y cerró la puerta corredera. Kain sonrió al ver a su madre resguardarse del frio. Después de todo, ella sería la que se enferme si no se cuida.
Kain volvió a mirar el patio y la incesante lluvia. Un trueno a lo lejos cayó provocando un gran destello. Kain soltó una bocanada de aire, la cual se transformó en vapor que a los pocos instantes se desvaneció. Entonces por fin sintió el frio y tomo la manta que le puso su madre sobre los hombros, la extendió hacia adelante y quedó cubierto desde el cuello hasta los pies.
-Shiori-chan- dijo Kain -¿Quieres té o algo? Eres una chica demasiado seria, toda esta humedad te hará mal-
Shiori acostumbrada a que Kain la descubriera y la llamara por su nombre, saltó del techo que estaba sobre el pasillo sin poner ningún esfuerzo en ocultar su ubicación. Su capucha negra estaba empapada por completo. Sin embargo, se quedó parada bajo la lluvia, a un metro del resguardo del pasillo.
-Kain Uchiha- dijo Shiori con una voz suave, casi muda -sabes que un anbu no tiene nombre mientras hace su misión ¿Por qué insistes en llamarme por mi nombre?-
-Porque Shiori-chan es una chica muy seria, hace su trabajo de espiarme en secreto, a pesar de que sé dónde está y como se llama. Shiori-chan es una chica lamentable-
-¿En qué sentido soy lamentable?- pregunto Shiori un tanto enojada, dio un zapatazo al suelo que hizo salpicar el agua de una poza.
-Por ejemplo, ahora estas en la lluvia, sin preocuparte por tu propia comodidad-
-Un anbu…- iba a decir Shiori, pero fue interrumpida
-Un anbu que no es detectado y que esta de incognito- dijo Kain con una gran sonrisa burlona -sin que el objetivo sepa su nombre, parentesco, edad, genero, tamaño del busto y esas cosas, se puede jactar de permanecer en las sombras-
-¡¿Sabes el tamaño de mi busto?!-
-Bueno, digamos que a la persona que le pregunte por ti, es un pervertido de closet y tiene ese tipo de detalles anotados-
-Te voy a acusar a tu okaa-sama, pequeño pervertido-
-¡Hey!, yo no fui, fue todo cosa de Saru-
Shiori bufo indignada, se quitó las sandalias y camino hasta parase en el pasillo. Se saco la capucha negra que estaba empapada por completo y quedó en la típica vestimenta de shinobi de Konoha.
-¿Eeeh?- dijo Kain con una gran sonrisa. Miró a Shiori de pies a cabeza y se dio cuenta de que tenía mucho más busto del que Saru fantaseaba, 85 cm por lo menos.
Shiori se estaba sacando la máscara en ese momento, así que de primeras fue inconsciente de que estaba siendo evaluada. Sin embargo, una vez que noto la mirada de pervertido se cubrió el pecho con las manos. Miró a Kain con el ceño fruncido y se acercó a la puerta corredera de Naoko. Golpeo una viga al lado de la puerta y llamo varias veces.
-¿Sí?- dijo Naoko y abrió la puerta corredera
-Señora, soy yo- dijo Shiori
-¿Anbu-san?- pregunto Naoko, distinguiéndola por la voz.
-Así es- respondió Shiori -su hijo…- iba a decir, pero cuando miró a Kain para ver su rostro de preocupación, se dio cuenta que de que había desaparecido con cojín y manta. Escucho unos pasos a unos veinte metros y vio a Kain abrir la puerta corredera que daba al pasillo principal de la casa. Este último hizo una sonrisa burlesca y desapareció en el interior de la casa. A Shiori solo le quedó soltar un suspiro, miró Naoko y le dijo -no es nada, señora. Por otro lado ¿Me puede ayudar? Toda mi ropa se mojó y quisiera cambiarme-
-Por supuesto, anbu-san, por supuesto. Ven, pasa, mi habitación está más cálida que el exterior ¿tienes ropa?-
Shiori hizo una pequeña sonrisa, le encantaba Naoko porque siempre era amable. Se pregunto si es porque nació ciega o es algo natural que nace de su corazón.
Por otro lado, Kain entro a la casa llevando la manta en los hombros y abrazando el cojín verde pasto contra su pecho. Siguió caminando a lo largo del pasillo que cortaba la casa en vertical. Una vez que llego al pasillo que cortaba la casa en horizontal e iba a doblar a la derecha, escucho que alguien llamo desde el frontis. Kain se preguntó quién podría ser con este aguacero. Camino hasta la puerta corredera y al abrir la puerta, vio al viejo Orochi debajo de un paraguas.
-Abuelo Orochi- dijo Kain asombrado -pasa, pasa-
-¿Oh? Al menos te acuerdas de mi nombre, mocoso- respondió el viejo Orochi con esa voz sibilina tan característica, pero con un toque de enfado
-No, bueno, esto, tú sabes, me estaba tomando un descanso-
El viejo Orochi cerró el paraguas y entro a la casa. Kain cerró la puerta corredera y miró al anciano. Su rostro seguía siendo tan pálido como el papel y su cabello gris, pero vestía de negro, como la mayoría de las personas que guardaban luto por Hashirama. Sin embargo, Orochi guardaba luto desde mucho antes, gracias a Naori. A pesar de todo lo viejo que pudo estar, lo estaba haciendo bastante bien, o al menos, podía disimular su tristeza mejor que otras personas.
-¿A que vino el abuelo hoy?- pregunto Kain
El viejo Orochi dejo sus sandalias a un lado de la entrada y se volteo para ver a Kain. El niño iba cubierto por una manta y abrazaba un cojín. Orochi negó un poco exasperado por la dependencia del niño, pero lo dejo ser, ya que como pensó, era un niño. Kain puede ser muy inteligente, un maestro de los jutsus gracias a esos cabezas huecas que le empezaron a enseñar un montón de cosas difíciles sin plantear las bases como corresponde. Pero solo tenía nueve años, era entendible que se aferrara a las pocas cosas que le dejo Hashirama. Orochi miró la nada durante unos segundos y se recrimino, porque él era el mismo. Se aferraba a lo que le dejo Naori, más que a lo que le dejo su verdadera esposa.
Después de eso, Orochi miró a Kain e hizo una pequeña sonrisa. Tomo una profunda respiración y dijo -vengo a que sigamos entrenando. Ya que no vas a mi casa, yo vendré a la tuya. Sin embargo, según entiendo, ya dominas la mayoría de los jutsus que te enseño Mito, Hashirama y Naori. Ahora solo falta que logres tu propio estilo de lucha. Así que vamos a revisar tu base y seguiremos completando lo que esos cabezas huecas jamás te enseñaron. Por otro lado, a pesar de que Hashirama-sama era muy bueno con el ninjutsu médico, nunca te enseño algo ¿Cierto?- Kain negó y el viejo Orochi soltó una exhalación del cansancio. Como podía un hombre experimentado enseñarle a un niño el uso de las armas y nunca enseñarle a sanarse por su cuenta. Era todo un misterio para el viejo Orochi -bien, lo que sea- dijo con resignación -vamos a tu habitación para no molestar a Naoko ni a Mito-sama. Además, tengo un pequeño regalo para ti-
-Bien, abuelo, vamos- dijo Kain y guio al viejo Orochi a su habitación.
Kain le ofreció una silla y el viejo Orochi se sentó. Kain se quedó de pie y el viejo Orochi lo quedó mirando.
-¿Qué te preocupa?- pregunto Orochi
-Bueno- dijo Kain -muchas cosas, pero por ahora creo que todo está bien. No lo sé a ciencia cierta. Me preocupa sensei, me preocupa mi okaa-sama, me preocupa el abuelo Orochi, mis amigos, lo que voy a hacer en el futuro y cosas como esa. Ahora que ya no tengo a mi tío, me pregunto qué debería hacer-
Orochi asintió y lo encontró de los más normal. Él con sus más de ochenta años se sigue preguntando lo mismo a diario.
-Sigue preguntándote- dijo el viejo Orochi -si continuas el suficiente tiempo, encontraras la respuesta. Sin embargo, como consejo, te recomiendo que intentes hacer lo que piensas, porque si dudas, ahí está el error-
-No lo entiendo- respondió Kain con una sonrisa
El viejo Orochi soltó una risita y dijo en calma -yo tampoco lo entiendo mucho, pero cada vez que pienso en el pasado y recuerdo haber encontrado la respuesta, siempre que dudé, perdí algo. Así que tu no dudes, sigue a tu corazón ¿Entendido?-
-Eso lo entiendo-
Después de eso, Kain converso con el viejo Orochi sobre todo lo referente al chakra, las escalas de jerarquía en Konoha, las ramas de habilidades y funciones que puede desarrollar un shinobi en base a sus habilidades. La distribución de las naciones, el tipo de afinidad elemental que tienen los shinobis según las regiones y cosas similares. Al final, lo que buscaba el viejo Orochi es saber si Kain estaba a la par en el conocimiento con los niños de la Academia Ninja. Una vez que estuvo conforme con las respuestas de Kain, saco un pergamino con un sello en su interior.
-¿Qué es eso, abuelo?- pregunto
-Oh, esto es algo que te dejo Hashirama-sama- respondió el viejo Orochi. Kain se adelantó a tomarlo, pero el viejo Orochi se puso serio y levantó su mano para que se detuviera -espera, espera- dijo
Kain frunció el ceño, pero asintió.
-Esto es un artículo único hoy en día- dijo Orochi en tono serio -cualquier shinobi estaría loco por obtenerlo, así que tienes que prometerme que serás cuidadoso con él-
Kain asintió con una pequeña sonrisa y el viejo Orochi le entrego el pergamino. Kain puso el pergamino sobre su escritorio y lo extendió. Después canalizo su chakra del alma y el pergamino le entrego…tres ramas. Kain miró al abuelo Orochi y él frunció el ceño.
-Mira bien esas ramas, idiota- dijo el viejo Orochi
Kain miró más detenidamente las ramas y abrió los ojos amplios.
-¿Esto es…?-
-Así es, son ramas hechas a través del estilo mokuton de Hashirama-sama. Él me entrego esto pensando en que algún día serias capaz de replicar su habilidad-