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Mundo Shinobi - Lo que importa es la fuerza - 102

Después de la fiesta de dangos, Kain descanso dos días y después se reunió con Akane por la mañana. Ese día estaba despejado, pero las nubes a lo lejos amenazaban con nublar el día. Kain se detuvo delante del distrito Uchiha, donde había un pórtico de madera que abarcaba el ancho de la calle, con un gran letrero que decía "Uchiha". Kain negó con la cabeza, un tanto divertido, un tanto preocupado. Ya que era innecesario dicho cartel, pero los Uchihas son como leones, les gustaba marcar su territorio.

Como a las nueve de la mañana el aire estaba fresco, así que Kain vestía un haori blanco sobre un kimono verde, hakama oscuro y sandalias de madera. El tránsito en la calle a esa hora era bajo, pero todo quien veía a Kain lo saludaba. Los ancianos eran los más alarmantes, ya que estaban acostumbrados a las antiguas formas. Kain tuvo que detener a tres ancianos de postrarse sobre la tierra. Kain les dijo que solo un saludo de palabra estaba bien. Los ancianos poco convencidos, asintieron a regañadientes. Los jóvenes también saludaban a Kain de manera respetuosa, claro, sin tanta ceremonia. Solo los niños miraban a Kain como a otro más, sin conocer en muchos casos, su trasfondo. Para los niños de diez años hacia abajo, Kain solo era un niño llamativo, demasiado angelical con su cabello blanco y sus intensos ojos azules.

-Tan llamativo como siempre- dijo Akane

Kain ondeaba su mano despidiendo a un anciano demasiado respetuoso con el linaje de Madara Uchiha. Después se volteó y vio a Akane vistiendo un haori purpura, suelto y de refinada confección. Con bordes dorados y un escandaloso estampado de unos labios rojos en la parte frontal derecha. Eran unos labios demasiado sensuales, Kain se preguntó de donde los copio Akane. Por otro lado, la gente que pasaba cerca de Akane la quedaba mirando escandalizada. Por lo general, las jóvenes de la época ocupaban kimonos recatados, de colores apagados y serios. Todo con el afán de demostrar que serían buenas esposas.

-¿Mira quién lo dice?- respondió Kain con una gran sonrisa

Akane se detuvo al lado de Kain, se cruzó de brazos y miró de izquierda a derecha a todos los que pasaban. Llevaba una sonrisa altanera y segura de sí misma, como diciendo "son demasiados aburridos".

Kain soltó un suspiro ante su estrafalaria amiga y dijo -vamos, no vaya a ser que las ancianas te empiecen a corretear por manchar la honra del clan-

Akane chasqueo la lengua y comenzó a caminar por delante, con dirección a la avenida principal. Kain la vio avanzar y una vez que vio la espalda del haori entendió porque la miraban tanto los transeúntes. Había estampado una silueta femenina demasiado sensual en la espalda del haori purpura. Todo con líneas blancas y un aura dorada. Las partes nobles de la modelo se distorsionaban entre los colores, pero las caderas, los senos y el trasero se veían demasiado sensuales. El cabello era la única parte que estaba bien definida, largo hasta las caderas, liso y hermosamente peinado hacia atrás, con un pinche de oro sujetando el flequillo y un racimo de flores rojas.

Kain soltó un suspiro y negó, pensado en qué quizá, a quién convenció Akane para que sea su modelo. Si la joven es descubierta por su familia tendrá grandes problemas. Kain apuro su paso y alcanzo a Akane. Los dos avanzaron jugando durante todo el camino, chocando hombros y empujándose el uno al otro.

-¿Adónde me lleva el gran hombre que conoce el movimiento del dinero?- pregunto Akane en todo grandilocuente, como burlándose de lo que dijo Kain el otro día.

-Te llevo donde un conocido- respondió Kain con una sonrisa

-¿Lo conozco?-

-Claro que lo conoces, lo has visto unas cuantas veces. No podemos verlo en su tienda, ya que la tuvo que cerrar-

-¿Qué le paso?-

-Bueno, está un poco viejo, así que tuvo unos pocos dolores al corazón. El hecho es que se tiene que tomar unas largas, largas, vacaciones-

-Y si tiene que descansar ¿para qué lo vamos a ir a ver?-

-¿Para qué más, tonta Akane? para comprarle la tienda. Necesitas un lugar para empezar a distribuir tus mercancías ¿o no?-

Akane se detuvo e hizo que la persona que iba detrás de ella, casi la chocara.

-Ten más cuidado niña- dijo la mujer esquivando a Akane.

-Lo siento, señora- dijo Akane, después miró a Kain y le pregunto -¿De qué hablas? Ni siquiera tengo listo mi producto. Solo tengo un montón de diseños y algunas ideas locas-

Kain se detuvo al lado de Akane, la llevo a una orilla de la calle, donde nadie los pudiera chocar y le dijo -sí, es verdad, pero necesitas tener presencia en el mercado ¿Crees que es tan fácil como de repente presentarte ante todos y decir "aquí tengo mi mercadería, cómprenla"?-

Akane se quedó callada durante un tiempo, hizo un puchero y después pregunto -¿Qué piensas que debería hacer?-

Kain soltó un suspiro y llevo a Akane a un lugar más apartado, avanzando por una calle estrecha, hasta llegar a un sitio eriazo, bordeado por pasto y maleza. Kain la condujo hasta la mitad del sitió, movió su mano como si la pasara sobre algo y genero una larga banca de tierra. Akane abrió los ojos amplios, ya que hacer eso significaba mucho más allá que solo dominar una naturaleza del chakra. Kain se detuvo al momento que noto lo que hizo y abrió los ojos grandes. Después se agarró la cabeza con ambas manos. Soltó un suspiro y negó con la cabeza, como tratando de ignorar su propio error.

Kain se sentó en la banca y palmeo a su lado, como si invitara a Akane a sentarse. Akane lo miraba un tanto estupefacta por lo que había hecho. Se sentó, sin nunca apartar la mirada, como si estuviera viendo a un animal exótico. Kain frunció el ceño y le dio una palmada en la frente.

Akane grito y se agarró la frente -¿Por qué me pegas? El diré a la tía- dijo enojada

Kain bufo indignado y miró hacia otro lado -¿Quién es la que me mira como si fuera un fenómeno?- preguntó

-Yo, bueno, es que…- iba a decir Akane, pero se comió sus palabras. Entonces hizo una mueca, similar a una sonrisa incomoda y dijo -lo siento, pero no me puedes culpar. Uno no conoce todos los días a alguien que hace jutsus sin sellos-

Kain miró a Akane de frente, como tratando de ver si su disculpa era sincera. Como siempre, lo fue. Entonces asintió y continuo -te perdono solo por esta vez. Además, no le digas a nadie, sensei ya me dijo que debe ser un secreto. Si la gente se entera se armará un gran problema-

-Ya lo creo- dijo Akane soltando una risita. Después se puso seria y miró a Kain a los ojos -bien, antes de hacer algo ¿me vas a explicar cuál es tu plan?-

Kain asintió y dijo -por ahora, el plan es comprar la tienda del viejo Yamanaka. Mantener un suministro constante de productos útiles a todas las escalas y una vez que tengas listos tus diseños, empezar a promocionarlos. El éxito no será inmediato, así que solo te puedo pedir que perseveres-

-¿Eso es todo?- preguntó Akane algo desilusionada

Kain frunció el ceño y levantó su mano derecha como ofreciéndole otra palmada en la frente. Akane se cubrió de inmediato con ambas manos y miró a Kain enojada.

-¿Crees que es tan fácil?- preguntó Kain -esto significa llevar las cuentas, comprar y vender productos. Mantener a flote un negocio por mientras que el producto estrella está listo. Contratar personal; te recuerdo que solo tienes trece. Técnicamente no puedes obtener una patente en el municipio de Konoha y mucho menos los permisos para vender algo-

Akane abrió los ojos como si se enfrentara a un abismo insondable -el año pasado no era así- dijo perdiendo todas sus esperanzas y dejando caer sus hombros como si estuvieran muertos.

-Konoha va evolucionando- dijo Kain al mismo tiempo que se cruzaba de brazos -hoy por hoy, somos un ejemplo de organización para las otras villas y para los mismos países. En estos momentos, nuestro sistema jurídico, civil y penal, está un paso por delante del resto de las demás entidades. No me gusta admitirlo, pero ese tipo tiene algo de talento para estas cosas-

-¿De qué rayos me hablas?- le preguntó Akane desesperada, sin entender media palabra de lo que le decía Kain. Lo tomo del haori blanco y lo zarandeo -¿Es otro idioma? ¿Dime que es otro idioma por favor?-

Kain al ver a una Akane tan desesperada, le sujeto las manos y le dio un abrazo. Akane se puso a llorar de solo pensar en lo difícil que se ponían las cosas. Ella solo quería diseñar ropa bonita, nunca armar un país o una sociedad.

-Está bien, está bien- dijo Kain mientras le daba unas palmaditas en la espalda -te ayudaré con todas esas cosas. Sin embargo, primero necesitamos un lugar y manos, muchas manos-

Akane, con los ojos rojos de tanto llorar, levantó su rostro y le preguntó -No vamos a ir por ahí amputando manos ¿verdad?-

-Mmm- dijo Kain, como si apretara sus labios para evitar regañarla. Al final, soltó un suspiro y asintió -no vamos a ir por ahí cortando manos- dijo -es solo una metáfora. Me refiero que necesitamos contratar gente-

-Entiendo- dijo Akane con voz melancólica.

Después se pararon de la banca hecha de tierra y salieron del sitio eriazo. Caminaron una vez más a la calle que los llevaba directo a la avenida principal. A lo lejos se veía el municipio de Konoha. Un edificio blanco, grande, con la forma de un cuenco de arroz. A su derecha estaba la Academia Ninja, un edificio de dos pisos de altura y largos ventanales. Se veían muchos niños por los pasillos de la Academia. Akane paso por fuera de la reja, mirando hacia adentro como si estuviera en un sueño. A Kain le daba un poco lo mismo, pero tuvo que ir preocupado de evitar que Akane chocara a alguien en el camino.

-¿Quieres pasar?- preguntó Kain tomando a Akane de un brazo para moverla a un lado, casi pasa a llevar a una mujer.

-No, es mejor que no- dijo Akane con cierta pena, agacho la mirada y siguió caminando.

Kain soltó un suspiro y la tironeo para que fueran a la Academia.

-Kain, te dije que no- dijo Akane, como si realmente hiciera fuerza para zafarse.

-Cállate, tonta Akane. Está claro que quieres ir a ver la Academia- dijo Kain

-Bu-bueno, pero solo un poco. Solo voy porque me fuerzas, no es como si quisiera ir-

-¿Eres un tsundere?

-¿Quién es una tsundere? Idiota Kain. ¿Crees que soy una de esas locas bipolares?-

-Tal vez- dijo Kain con una amplia sonrisa. Soltó el brazo de Akane y dio un paso hacia el lado, cuando noto que la terrible garra de Akane se acercaba para agarrarlo de un brazo.

-Ven para acá- dijo Akane -tu nee-chan te enseñara un par de cosas- entonces lo comenzó a perseguir y Kain empezó a correr en círculos, tratando de evitar a Akane.

Kain y Akane corrieron durante un par de minutos, todos los miraban divertirse. Primero se enojaron al verlos correr entre medio de la gente que transitaba la calle, pero la gran mayoría sonrió después de verlos durante un rato. Los más jóvenes recordaron su niñez y los mayores recordaron la promesa que les hizo el dios shinobi, y la razón del porque se creó Konoha. El dios shinobi, había cumplido.

Sin embargo, y pese a la felicidad que había entre los transeúntes de la calle, un niño miraba desde la reja de la Academia Ninja. Ya con este, llevaba tres años repitiendo el mismo curso. Este año deberían haberle negado el ingreso a la Academia, pero su padre era el actual líder del clan Nara, así que lo tuvieron que admitir. Sin embargo, si este año volvía a fallar el examen, sería exiliado del clan. El niño de cabello oscuro, mirada apática y ojos sin vida era Shishio Nara. Al igual que Duy Might, había nacido sin la bendición del chakra. Sin embargo, el año pasado le paso algo extraordinario a este último y pudo pasar el examen. Así que solo quedaba Shishio Nara como el único repitente.

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