Después de comer los cien dangos entre los tres y ganarse un fuerte dolor estomacal. Akane quedo impedida de seguir con sus entrenamientos por otra semana. Fue regañada tanto por su padre como por Naori. Ella prometió nunca más volver a comer dangos. Sin embargo, como una niña de diez años, carecía de credibilidad. Kain también fue castigado y como consecuencia de eso, paso dos días completos repasando toda la línea genealógica de los Uchiha, desde el primer antepasado que se tiene conciencia como tal, hasta su padre, Madara Uchiha. Memorizar los nombres solo fue el primer paso, después tuvo que hacer un resumen de lo que hizo cada uno y sus contribuciones al clan. Todo de forma oral y enfrente de Naori y Naoko. De vez en cuando venía Mito a burlarse y a reírse de él. Pero por lo demás, fue una molestia estar hablando de viejos fósiles. Por supuesto, Kain jamás dijo eso en frente de Naori. Podrá estar muy enferma, pero es capaz de levantarse del futon a darle una lección si dice tamaña falta de respeto contra sus antepasados.
Una semana después del incidente de los dangos, Kain fue a buscar una vez más a Akane a la Academia Ninja. De paso se les sumo Sakumo quien, por alguna razón, estaba cabizbajo y amargado por decirlo menos. Durante varias ocasiones le preguntaron si se sentía bien, pero Sakumo siempre respondía con un gruñido. Así que Kain y Akane dejaron de preguntar y siguieron su camino hasta la casa de Hashirama.
Una vez que llegaron al patio trasero, Akane dejo caer los brazos y agacho la cabeza.
-¿Qué pasa, Akane?- pregunto Kain
-Dos semanas, dos largas semanas- dijo acongojada. Después levantó su rostro y miró a Kain enojada. Lo apunto con el dedo y dijo -todos es tu culpa, Kain Uchiha. Me hiciste enfermar dos veces-
-Oye, oye, la segunda vez fue porque fuiste una glotona. Yo te dije que era inhumano comerse todos esos dangos, pero tu insististe en que era tu compensación. No es mi culpa que seas un pozo sin fondo-
-¿Cómo puedes decir eso? Le diré a Naori-sama que me dijiste esas cosas feas- entonces Akane bufo hacia un lado, cerró los ojos y se cruzó de brazos.
Kain hizo una sonrisa astuta y le dijo -bueno, ve a decirle y recuérdale que faltaste a dos semanas de entrenamiento. Entonces veamos cómo reacciona. La abuela suele ser una mujer racional, que escucha los argumentos. Pero cuando se refiere a entrenar…solo ve, y ya verás, jajaja-
Akane abrió los ojos y tirito de solo pensar en la anciana. En cierto sentido, Naori era como una abuelita linda, pero cuando llegaba la hora de hablar enserio y entrenar, era un general.
-Lo, lo, lo dejare pasar- dijo Akane -solo po-por esta vez- entonces camino a un extremo del patio y dijo a gran voz -Kain, ayúdame con la muralla de piedra, por favor-
Kain miró a Sakumo que todavía estaba de mal humor. Quiso hacerle un comentario divertido, pero mejor decidió guardárselo. Parece que Sakumo estaba de muy mal humor. Fruncía el ceño con fuerza, formando una hendidura entre sus cejas. Así qué, Kain lo ignoro y camino hasta donde estaba Akane. Al igual que otras veces, creo una muralla de dos metros por dos metros y le dio instrucciones de seguir con el mismo entrenamiento que estaba haciendo antes del incidente. Kain aún estaba pensando en formas de introducir sus conocimientos a los entrenamientos de las personas normales, así que la dejaría seguir entrenando a la manera antigua. Practicar hasta aprender.
Después volvió con Sakumo que aún tenía esa cara de pocos amigos -ven, acompáñame- le dijo Kain y lo guio al otro extremo del patio. Saco uno de sus pergaminos y saco una decena de armas. Sakumo ni siquiera se animó a sacar una, solo miró hacia un lado y agacho la mirada, como si estuviera avergonzado de algo.
-Vamos- dijo Kain con una pequeña sonrisa -entrenemos, pensé que te gustaba luchar-
-Yo, bueno- dijo Sakumo con una voz pequeña y sin ganas -si me gusta, es divertido, pero hoy no tengo ganas. Mejor me voy para mi casa-. Entonces se dio media vuelta y comenzó a caminar en dirección a la casa a sus espaldas. Sin embargo, Kain se movió a una gran velocidad y se plantó delante de él impidiéndole el paso. Llevaba una kodachi en cada mano.
-¿Qué haces?- le pregunto Sakumo, lo miró molesto
-Bueno, verás, no me gusta ver a un amigo abrumado-
-Amigos, dices…- dijo Sakumo agachando la mirada, negó y trato de avanzar en otra dirección. Sin embargo, Kain una vez más se movió y le impidió avanzar.
-Vamos, no seas tímido. Si te molesta algo, la mejor manera de ventilar todo ese enojo es luchando-
-No entiendes nada, solo sonríes porque eres un tonto sin remedio-
Kain quedó mirando a Sakumo, sin nunca dejar de sonreír de manera amigable. Lo que obligo a Sakumo a agachar la cabeza como si estuviera avergonzado y se quedó de pie sin decir nada. Kain le lanzó la espada y esta cayó clavada en el suelo, a unos centímetros de él.
Sakumo miró la kodachi y después miró a Kain sin entender que estaba pasando -¿No entiendes?- le pregunto y después grito -no quiero luchar, es mejor que te apartes-
Kain dejo de sonreír y le pregunto -¿Por qué?-
Sakumo negó, quiso caminar en otra dirección, pero Kain se lo impidió una vez más. Entonces realmente se enojó.
-Si no me dices la razón, no podrás pasar de este punto- dijo Kain con una expresión seria
Sakumo miró como los ojos azules de Kain emitían un brillo asesino. Lo cual le provoco escalofríos y dar dos pasos hacia atrás.
-Vamos Sakumo ¿Qué sucede?-
-No, no están fácil- dijo Sakumo agachando la mirada -pero no es bueno que sigamos teniendo contacto-
-A lo mejor si fuera un Yamanaka podría leer tus pensamientos, pero no lo soy. Así que dime-
Sakumo apretó los puños y grito -algún día te apuñalare- Kain entrecerró los ojos y frunció el ceño. Sakumo levantó la mirada con los ojos llorosos y dijo -algún día, cuando Kain demuestre que es hijo del demonio Uchiha, yo te apuñalaré. Así que, así que, ser amigos está mal-
Kain hizo una pequeña sonrisa y resoplo por la nariz.
Sakumo al escuchar el resoplido lo miró a la cara y se enojó al verlo sonreír -no entiendes, eres más tonto de lo que crees- dijo entre lágrimas
-Ya lo entiendo- dijo Kain -que pasé lo que tenga que pasar, Sakumo-. Este último lo miró con incredulidad y Kain continuo -pero por ahora divirtámonos. O acaso ¿Sabes lo que va a pasar el día de mañana? ¿Sabes quienes van a ser tú enemigos y tus amigos? ¿Cuáles van a ser tus preocupaciones? Si no lo sabes, es más tonto preocuparse por cosas que todavía no pasan-
Sakumo se pasó las mangas de su kimono naranja por los ojos y le dijo -eres un tonto, el más tonto que he conocido-
-Gracias- respondió Kain
-Pero lo digo en serio, Kain- continuo Sakumo -me dijeron que te vigilará y que, si hacías algo contra la aldea, te matará ¿Aun así está bien?-
-Me imagino quien te pidió algo así- dijo Kain clavando la kodachi en el suelo, apoyando sus manos en el pomo y sosteniendo su peso sobre sus manos -no te preocupes, sé quién soy y sé quién son mis amigos. Konoha es un buen lugar, es lugar que soñó mi viejo y mi tío. Nunca le haría daño-
-El demonio Uchiha- murmuro Sakumo
-Así es, el demonio Uchiha- dijo Kain con una pequeña sonrisa -la gente no nació mala o buena, Sakumo. A veces, la vida los vuelve así. Mi padre y el tío Hashirama construyeron Konoha como una extensión de su sueño. Eso no te lo enseñaron en la Academia Ninja ¿cierto?- Sakumo negó y Kain continuo -la otra parte de su sueño era lo que dijo la otra vez el viejo Yamanaka. Y creo que todos los que participaron en la Era de Los Estados Combatientes coinciden. Se hizo para que mocosos como tú y yo, puedan crecer sin ese odio que les inculcaron los viejos a nuestros padres-
-Suena raro cuando lo dices-
-Lo sé- dijo Kain agachando la mirada y pensando en su tío -pero eso es lo que me enseño mi tío y creo en él y en su sueño. No sé cómo es el resto del mundo, quisiera verlo, pero solo lo podré hacer cuando tenga suficiente fuerza. Hasta entonces, creeré 100% en lo que me ha contado mi tío, mi maestra y mi abuela. Ellos dicen que el mundo fue un caos, pero que, gracias a mi tío y mi padre, ceso la guerra. Crearon Konoha y eso a su vez detuvo muchos conflictos. Ahora, nada es para siempre. Solo podemos estar preparados para cuando vengan los malos tiempos y tratar de hacer lo mejor-
-Sería divertido ir a ver el mundo- dijo Sakumo pasándose la manga una vez más por los ojos -conocer otros lugares-
-Claro- dijo Kain con una amplia sonrisa. Miró a Sakumo a los ojos y le dijo -cuando llegue el momento, vamos a dar una vuelta. Hay que ver si el mundo es tal cual como me dijo mi tío-
-Yo…- dijo Sakumo con voz dudosa
-¿Qué pasa con esa actitud tan débil? ¿No se supone que tienes que apuñalarme si hago algo malo? Bueno, tienes que acompañarme y vigilarme. Y si hago algo malo, ejecutar el castigo del cielo-
-Eres un idiota- dijo Sakumo, pero esta vez sonrió. Camino hasta adonde estaba la kodachi clavada en la tierra y la tomo por el mango -espero que estés preparado para luchar-
Kain hizo una amplia sonrisa, empuño la kodachi con ambas manos y apunto hacia Sakumo -eso estaba esperando-
Ambos niños gritaron al mismo tiempo y se lanzaron con todas sus fuerzas a luchar. El tañido de las espadas llamo la atención de Akane quien estaba concentrada haciendo las bolas de fuego y se detuvo. Miró a Kain y Sakumo intercambiando cortes, pero era claro que Kain tenía la ventaja. Más aún, si ni siquiera necesitaba su sharingan para poder luchar. El padre de Akane le había dicho que Kain había despertado el sharingan a una edad temprana. Sin embargo, verlo abrumar a Sakumo con su destreza, era ya algo de por sí excepcional. Ahora, la pregunta que rondaba la cabeza de Akane era ¿Por qué lo regañaron la otra vez por querer mostrarle su jutsu de fuego?