Al día siguiente del paseo de Kain por las calles de Konoha, recibieron una visita. Nunca caería en la calidad de inesperada, pero podría denominarse sorpresa. Kaoru y su madre Aoi Hyuga se habían presentado a las puertas de la casa de Hashirama con la intención de ver a Naoko. Ambas de cabello oscuro, ojos pálidos y hermosas facciones. La persona que les abrió la puerta fue Kain y él las invito a pasar a una de las habitaciones de reuniones. Les preparo unos cojines y les sirvió un poco de té verde por mientras que esperaban. Las dejo un rato solas y al poco tiempo volvió con su madre de la mano. Como siempre, Naoko se veía hermosa con su cabello oscuro como dos cascadas enmarcando su hermoso rostro. Vestía un kimono café y un chal rosa sobre su espalda. Algo que Naori jamás hubiera elegido para ella, ni mucho menos se lo hubiera dejado vestir, pero como era un regalo de Mito, tuvo que permitirlo.
Kain guio a Naoko hasta un cojín, frente Aoi y Kaoru Hyuga, y la ayudo a sentarse.
Una vez que Naoko estuvo acomodada, dijo -gracias, Kain-
-De nada, okaa-sama-
-"Madre" está bien-
-No puedo, la abuela dijo que ya era hora de que hablara como corresponde-
-Okaa-sama siempre ha sido un poco estricta con esas cosas- dijo Naoko soltando un suspiro, entonces dirigió su rostro hacia adelante y continuo -buenos días, Aoi-sama, Kaoru-chan-
-Buenos días, Naoko-dono- dijo Aoi Hyuga, tomo una profunda respiración inflando sus enormes senos y al mismo tiempo, aprecio y envidió Naoko. La propia Aoi tenía delicadas facciones y un lunar bajo el labio que la hacía ver sexy. Su espalda era delgada, senos enormes y su trasero grande mientras su cintura era similar a la de un reloj de arena. Sin embargo, aún estaba disconforme. Los humanos deseamos aquello que no podemos tener, y Aoi deseaba tener una figura esbelta y elegante como la de Naoko, quien parecía una princesa.
-Buenos días, Naoko-sama- dijo la pequeña Kaoru
-Kain dijo que venían a verme- dijo Naoko
-Sí, la verdad es que venimos a verla a usted- dijo Aoi -para empezar, quisiera pedirle disculpas por venir sin avisar con anticipación-
-No es ningún problema. Kain, Kaoru y Kazuhiko son amigos, siempre hay tiempo para los amigos-
Aoi gesticulo una pequeña sonrisa y se maravilló como esta mujer con su agradable voz la hacía sentir acogida. Hace un tiempo atrás se preguntó si era algún tipo de genjutsu y ninjutsu, pero al activar su byakugan se dio cuenta que este grato sentimiento, provenía de un corazón amable.
-¿En qué las puedo ayudar?- pregunto Naoko
Esta pregunta saco a Aoi de sus pensamientos y respondió un tanto apenada, con un gesto indefenso y la mano en la mejilla -esta niña ha insistido últimamente en pedirle a Naoko-dono que le enseñe a cantar ¿Sería algún inconveniente?-
-No, para nada- dijo Naoko gesticulando una agradable sonrisa -¿Por qué quiere Kaoru aprender a cantar?-
Aoi sabía que estaba mal, pero prefería ignorar cualquier tipo de problema futuro y dejar ser feliz a su hija en este breve momento. Así que a pesar de saber que a futuro le causaría una amargura, la dejo contestar por su cuenta. Ella quedo mirando a Kaoru con la dulzura que solo una madre puede mirar y le puso la mano en la espalda para que ella hablara.
Kaoru se ruborizo y dijo con una voz pequeña -las, las canciones de Naoko-sama hacen feliz a Kain-sama…así que yo, yo también quiero cantar bonito-
Naoko se sintió tan feliz por dentro que tuvo que tomar una profunda respiración para contener las lágrimas y dijo -está bien, en ese caso, desde ahora te enseñare a cantar-
-Gracias- respondió Kaoru feliz
-Kain- dijo Naoko -puedes llevar a Kaoru a pasear por el patio, se bueno-
-Sí, okaa-sama- respondió Kain sin pensar mucho en el significado de las palabras. Se puso de pie y camino al lado de Kaoru. Ella se puso de pie y sin pensarlo dos veces, le tomo la mano. Kain nunca se preocupó por este tipo de gestos, ya que, a diferencia de él, Kaoru era una niña normal. Así que tomarse de la mano a esta edad era totalmente normal. Juntos caminaron hasta la puerta corredera que daba al pasillo y salieron de la habitación.
Aoi y Naoko escucharon como Kaoru le hablaba de sus cosas a Kain, mientras él le respondía con amabilidad. Ambas mujeres tomaron una profunda respiración y soltaron risitas. Después de eso, ambas mujeres probaron un poco de té verde y se pusieron serias.
-¿Está de acuerdo con esto, Aoi-sama?- pregunto Naoko en un tono inusualmente serio
Aoi solo miró su taza de té verde, haciéndola girar entre sus manos y sintiendo el calor de la taza. Al mismo tiempo, recordando su niñez, como se preparó para ser la esposa del patriarca y como acabo su matrimonio. Viuda, joven y con un marido que fue el hazmerreír de todo su clan. Aoi en estos momentos solo tenía 22 años, así que se sentía asfixiada por todos estos sucesos tan repentinos. Como Kaoru es niña, puede que se case con alguien de la rama de la familia Hyuga, pero eso tampoco quiere decir que sea bueno. A lo mejor es un futuro inevitable, pero si pudiera dejar que su hija sea feliz por este instante, ella la dejaría hacer lo que Kaoru quisiera. Incluso si después la recriminan por haber permitido que se dé a cabo esta locura.
-Está bien- respondió Aoi con la cabeza gacha. Levanto su rostro para mirar el de Naoko que como siempre, se mantenía en completa calma como un estanque de agua clara -incluso si solo es un sueño infantil que morirá en unos pocos años, quiero que recuerde este momento en el que fue dueña de sus emociones-
Naoko asintió y respondió -está bien Aoi-sama, yo le enseñare a cantar a la niña con la única finalidad de que se refine como una dama de una distinguida casa. De esa manera, usted no tendrá que cargar con ningún problema-
-Gracias, Naoko-sama- dijo Aoi cambiando su forma de referirse a Naoko y acercó su mano para colocarla sobre la de Naoko -en serio, muchas gracias-
Naoko hizo una pequeña sonrisa y coloco la mano sobre la de Aoi y dijo -está bien, como le dije en un principio: Kain, Kaoru y Kazuhiko son amigos. Siempre hay tiempo para los amigos-
-En ese caso, llámeme, Aoi, y yo la llamare Naoko-
-Está bien, Aoi-
De esa manera, las clases de canto de Kaoru comenzaron desde ese día. Por lo general, los hermanos Hyuga venían una vez a la semana, pero con este acuerdo, aumento a tres días. Aun así, Kazuhiko solo podía venir una vez a la semana, ya que, como futuro patriarca del clan, sus días eran consumidos por el entrenamiento y el estudio.
Sin embargo, hoy era un día especial en el que le habían dado libre, así que se fue a buscar a su hermana y a su madre. Llego como a eso de las cinco de la tarde, acompañado por dos sirvientes del clan. Los hombres esperaron a fuera de la casa mientras Kazuhiko era conducido por Mito al patio trasero.
Cuando Kazuhiko llego al patio trasero vio a su madre y hermana reunidas en una esquina del pasillo que pasaba por detrás de la casa. Ellas miraban a Naoko mientras esta última les conversaba de sus experiencias cantando.
Por otro lado, Kain estaba del otro extremo del patio, y era entendible. Él estaba de pie frente a unos espantapájaros con puntos rojos a modo de dianas en la cabeza y el pecho. La distancia Kain y los espantapájaros debería ser unos quince metros. Kazuhiko sabia lo habilidoso que era Kain, pero cada día lo hacía sentirse más presionado. Kain era menor que él, pero su habilidad crecía a pasos agigantados.
Kazuhiko vio a Kain recoger una gran cantidad de kunais de un saco café en el suelo. Sus manos estaban abarrotadas y le costó ordenarlos todos. Una vez que logro ordenar los kunais, se concentró en los espantapájaros y lanzó los kunais de un solo golpe. Todos los kunais volaron y se distribuyeron de manera uniforme golpeando uno en cada espantapájaros. Con un golpe letal en la cabeza y otro en el pecho.
Kazuhiko camino admirando la habilidad y lo vio lanzar dos rondas más de kunais, antes de que pudiera llegar cerca de él. Después de eso, Kain se había quedado sin kunais y se agacho para recoger el saco café e ir a buscar los que habían quedado clavados.
-Hola, Kain- dijo Kazuhiko interrumpiendo su avance.
Kain se volteó para mirarlo y sonrió -hola, Kazu ¿Qué tal?- pregunto contento -¿Vienes a luchar? Estoy listo cuando quieras-
Kazuhiko se rio y le dijo -vale, luchemos-
-¿En serio? Ok, espérame un poco, voy a recoger los kunais y comenzamos-
-Te acompaño-
Ambos niños caminaron hasta los espantapájaros y fueron quitando los kunais incrustados en el pecho y la cabeza de los espantapájaros. Después los metieron en el saco y Kain saco un sello de papel para guardar la bolsa.
-¿Ya sabes hacer de esos?- pregunto Kazuhiko
-Sí, la maestra ya me dio su aprobación y dijo que ahora solo debía empezar a buscar cómo superar la cantidad de chakra que puedo concentrar en un sello. Solo de esa manera puedo aumentar la cantidad de cosas que puedo guardar en un sello-
Kazuhiko soltó un suspiro al pensar en Kain, lo joven que era y todas las habilidades que tenía. Pensó en sí mismo y se encontró inútil.
-A lo mejor- dijo Kazuhiko con una voz desganada -los Uchiha son mejores que los Hyuga-
Kain levantó la cabeza y lo quedo mirando. Después puso una sonrisa y le dijo -¿De que estas hablando, tonto? Si fuera por eso, los Senju son mejores que los Uchiha. Mi tío venció a mi viejo en combate y lo nombraron dios shinobi-
Kazuhiko se quedó sorprendido por lo que dijo, ya que siempre pensó que sería un tema sensible para Kain. Pero al parecer, era indiferente a la muerte de su padre.
-¿Cómo puedes decir eso?- pregunto Kazuhiko
-Bueno, es la verdad- dijo Kain haciendo una mueca de "no hay nada que hacerle" -tío Hashirama fue más fuerte y venció. Eso es la realidad, por otro lado, nunca conocí a papá. En cambio, tío Hashirama me ha cuidado todos estos años. No lo sé, pero me siento más vinculado al tío que a mi propio padre. Ahora, por el hecho de ser Uchiha, mi única ventaja son mis ojos, pero por lo demás, hay mucha gente que me puede vencer. No dejes que la gente te encasille en una posición Kazu. Puedes ser Hyuga, pero Kazu es Kazu. Eres especial porque eres único en el mundo y tus logros, solo te hacen fuerte a ti. Si quieres representar a tu clan, esa ya es otra historia-
Kazuhiko se quedó en silencio, sonrió y dijo -Kain es más tonto que yo-
-Puede ser- respondió Kain riéndose -ahora pelea-
Kain se puso en posición de combate y Kazuhiko también. Ambos se miraron con grandes sonrisas en sus rostros. Sin preocuparse de nombres, estatus y riqueza. Solo fueron dos niños que competían en fuerza y habilidad.