-Todos preparados a mi orden- dijo Kain Jr. Desde la sala de mando. En estos momentos estaban viendo una enorme pantalla con una terrible bestia como objetivo. La fecha había llegado y el dragón eterno perdió su barrera, así que antes de que Kain se lanzara de cabeza a luchar contra el dragón, Jr. Le pidió permiso para intentar algo. Kain estaba a su lado mirando la pantalla igual que todos los presentes. Ya le había dicho que cualquier cosa que intentaran sería inútil, todo lo que estaba hecho para combatir una bestia de esa envergadura sería ineficaz, era un dragón eterno, una criatura que viviría casi por la eternidad sino se quedaba sin alimento. No obstante, Jr. Prefería intentarlo una vez más, este era su décimo ensayo con la misma cantidad y calidad de misiles. La gran diferencia es que ahora no había la barrera.
-Stephanie, cuenta regresiva-
-Sí, general- dijo la nieta, que manteniendo los protocolos, lo llamo por su rango. Entonces en la esquina de la pantalla se adhirió un nuevo indicador, un contador en menos diez. Cuando llego a 0, se escucharon grandes turbinas en las cercanías de la base y se desplegaron diez misiles que medían más de diez metros de largo. Todos hicieron una parábola, volando más de un kilómetro y se estrellaron directamente contra la criatura. Hasta la misma base, en la cima de la montaña, llego el estrepitoso sonido del choque acompañado con un movimiento telúrico.
Después de que paso el remesón, Jr. pidió -informe de estatus-
-Se movió- dijo Stephanie con una voz vacía y sin energías -el estiro sus alas y siguió durmiendo-
Todos en la sala quedaron en silencio sin saber que decir.
-¿Cómo puede ser posible que diez "Dios Dragón" no le hayan hecho nada?- se preguntó Jr. Lleno de incredulidad. Sin embargo, lo único que recibió como respuesta fue la carcajada de su padre. Todo el mundo quedo mirando a Kain, el cual parecía demasiado divertido como para captar la emoción del momento.
-¿Padre, porque te ríes?- pregunto Jr. -no es gracioso-
-Lo del ataque no, muchacho- dijo Kain con una gran sonrisa -pero ya me imagino la cara que puso Orsted cuando le contaron lo de los misiles-. Entonces Kain se largó a reír de nuevo de solo imaginar la expresión de desagrado.
Jr. Solo pudo pedirles a los presentes disculpas por el poco decoro, pero también sonrió divertido. Él estuvo en ese momento, en el que los vendedores de armas le presentaron el arma al Dios Dragón, y como dijo su padre, no le hizo ninguna gracia. Si normalmente Orsted parece que tiene una cara de pocos amigos, en ese momento parecía que se los iba a comer vivos. Esa fue la primera y última vez en que esos tipos le pusieron el nombre de una persona poderosa a una de sus armas.
Después de reírse lo suficiente, Kain miró a los presentes y les dijo -tengan paciencia, como dije, me haré cargo de la criatura. Sé que muchos de ustedes han hecho su mejor, han pasado días en vela monitoreando a la criatura y este es su momento para obtener el relevo de su tarea. Este es el momento de que yo haga mi trabajo, créanme, no los decepcionare-
-¿Lo jura?- pregunto un muchacho con un rostro nervioso
-Lo juro, de lo contrario, créeme, si esa cosa sobrevive, el mañana será su menor preocupación-
Todos en la sala no supieron como tomar sus palabras, más parecían la sentencia de la humanidad si él llegaba a fallar. Solo su hijo supo que su padre estaba prometiendo no retroceder y en último caso, llevarse consigo a la tumba a esa criatura.
-Gracias, padre- dijo Jr. En un tono solemne. Ahora, en estos momentos, por primera vez en su vida entendió algunas palabras que le dijo su padre cuando joven. "Todas esas cosas de héroes se ven muy geniales, pero cuando ellos mueren, los que sobreviven son los que sufren". Jr. Trago saliva y acompaño a su padre a caminar por última vez. Avanzaron por un largo y frio pasillo de concreto y llegaron al final, en donde una puerta metálica los esperaba.
-Este es el fin del camino, muchacho- dijo Kain mirando a la puerta metálica que marcaba en su dintel con la expresión "Salida" -vuelve y vive una buena vida. Disfruta de tu mujer y del fruto de todo tu trabajo. Como tu padre, puedo decir que estoy orgulloso de ti-
-Es más fácil decirlo que hacerlo- respondió Jr.
-Es fácil, muchacho, solo tienes que buscar ser feliz-
-Lo intentare-
-Haz tu mejor-
Después de eso, Kain abrió la puerta y dejo entrar un ventarrón de aire frio que penetro en toda la base y al salir, volvió a cerrar la puerta. Después de eso, Jr. Se apoyo en una muralla del pasillo, mientras se deslizaba hasta quedar sentado en el suelo de concreto. Nunca fue bueno para llorar una vez que llego a la edad adulta, pero en ese momento, en la soledad del pasillo, lloró.
-o-
Una vez que Kain llego frente al dragón eterno, sintió que todo a su alrededor estaba demasiado caliente, a solo un paso de volverse lava gracias a la fuerza destructiva de los misiles. Sin embargo, no le dio mucha importancia y saco sus dos lanzas negras para comenzar la lucha. El dragón eterno estaba dormitando en esos momentos, con sus alas negras como la noche a los lados de su cuerpo rocoso. Su largo cuello estaba doblado formando una U y su cabeza estaba metida debajo del ala izquierda. Se veía que se le asomaban dos largos cuernos sobre la cabeza, pero al igual que Midir, no tenía oídos ni ojos. Esto no era por una malformación o algo por el estilo. Cuando un dragón alcanzaba la eternidad, no necesitaba esas cosas. Todo lo veía en forma de mana y el único orificio que necesitaba era el de la boca, para poder alimentarse. El resto de los orificios quedaban sellados por las poderosas escamas que eran más duras que el metal más resistente de este mundo. En Orario era el acero de damasco, en este mundo era el diamante, para Kain, era la titanita centellante. Por otro lado, su cuerpo era enorme, tanto como el de Midir, así que Kain pensó que había llegado a su adultez.
Kain se acercó a la criatura, caminando por la arena y notando que su propio cuerpo no era más grande que uno de los dedos de las patas del dragón. Por otro lado, el dragón no reaccionaba a sus intentos por mostrar hostilidad. Así que lo comenzó a bordear buscando la cabeza. Una vez que llego ahí, clavo su lanza sobre la ardiente arena y le dio un buen puñetazo en las duras escamas. Kain incluso aplico su técnica heredada de la misma Scátach, pero el dragón eterno no se movió.
-Bien- dijo Kain con cierto fastidio -pensaba tener un combate honorable contigo, pero así lo quisiste-
Kain invoco la magia de la luz solar y creo una segadora lanza tan grande como las que usa. En ese momento el dragón dejo salir un leve rugido con las intenciones de responder a esta amenaza. Sin embargo, fue muy tarde. Kain le clavo la lanza de luz solar y le boto todas las escamas en la cabeza, dejándole así la carne magra a la vista.
La criatura se levantó profiriendo un rugido bestial, lleno de dolor, se retorció en un movimiento caótico tratando de apoyarse en sus cuatro patas y una vez se pudo levantar, miró a Kain, que no era más alto que uno de sus dedos. Una vez que localizo la amenaza, aspiro por la boca, llenando sus pulmones de aire y lanzo una gran ráfaga de fuego.
-Maldición- grito Kain y junto su energía en una rápida reacción para levantar una pared de tierra. Después sincronizo su energía con el fuego y espero que fuera suficiente para resistir.
La ráfaga de fuego arrasó con la barrera y empujo a Kain por varios cientos de metros mientras que en el proceso convirtió todo en lava. Por su parte, Kain termino carbonizado y tuvo que reaccionar lo más rápido posible para no morirse. Así que una vez que el fuego ceso, lanzo un milagro sanador y su piel recupero su color. Había quedado casi desnudo, con la mayor parte de su ropa carbonizada.
El dragón eterno no se preocupó por Kain, quiso elevarse al alto cielo y volar hacia otro lado, pero Kain fue más rápido. Una vez recuperado, saltó con todas sus fuerzas y en medió del aire, le clavo ambas lanzas en el ala izquierda. La criatura soltó un rugido cargado de dolor, pero eso no detuvo a Kain de rajarle el ala de arriba a bajo. De esa manera, el dragón eterno perdió el equilibrio de su vuelo y cayó a tierra como si fuera un meteorito negro.
Por su parte, Kain se salvó por los pelos de caer debajo de la bestia y una vez que eludió el peligro, aprovecho que el dragón estaba atontado por la caída para rajarle la otra ala. Grandes cantidades de sangre se derramaron produciendo pequeños lagos que al poco de hacer contacto con la lava se empezaron a evaporar. El dragón en su sabiduría busco ocupar su magia y sanarse, pero las heridas hechas por Kain eran especiales. Estaban hechas ocupando la técnica de Scáthach, así que no pararían de sangrar hasta que no le quedara sangre alguna. Así que viendo su situación como tal, el dragón se lanzó hacia adelante en un intento de quitarle la vida con sus poderosas fauces. Kain casi se vio devorado por cuatro filas de poderosos dientes tan filosos como la mejor espada, pero dio un salto en el aire que lo alejo de la gigantesca mandíbula y después, en medio del descenso, boto una de sus lanzas y creo otra lanza de luz solar. A su vez, el dragón trato de lanzar una segunda embestida con su mandíbula apuntando hacia arriba y Kain ocupo esta ocasión, para lanzar la lanza al interior de la boca.
Como resultado, la lanza de luz solar hirió por dentro al dragón y Kain perdió un brazo. El dragón había captado el peligro un segundo antes del inminente impacto y cerro sus mandíbulas. La lanza de luz solar igual lo daño por dentro, pero tuvo el consuelo de amputarle el brazo derecho.
Gracias a la herida interior, el dragón se comenzó a retorcer por todo alrededor. Por otro lado, Kain jadeaba tratando de dar la mayor cantidad de saltos hacia atrás, tratando de apartarse de la bestia. Una vez apartado , Kain quiso ganar ventaja y tomar la oportunidad por mientras que el dragón se lamentaba. Creo una lanza de luz solar con su mano izquierda y la lanzo. Esta voló ascendiendo en diagonal, lista para golpear al dragón en la cabeza, pero esté último se movió un poco y dejo pasar el ataque. La lanza siguió su camino, volando más de mil metros hasta estrellarse contra la gran montaña que dividía el continente del cielo y atravesando de principio a fin sus paredes rocosas. Los que lo vieron desde la distancia, pudieron ver como el rayo traspasaba la roca y se desvanecía en el cielo del otro lado del continente.
Volviendo a la lucha, el dragón sangraba por sus alas y por la boca, mientras Kain estaba pálido por toda la sangre que había perdido. Ambos jadeaban en un estado de debilidad. Sin embargo, el dragón en su orgullo se negó a morir desangrado. Una vez más se lanzó hacia adelante, con sus enormes fauces. Pero esta vez Kain no saltó hacia arriba, sino que fue hacia la izquierda y medida que avanzó la cabeza del dragón, quedo frente a frente a la herida que le había hecho en la cabeza. Así que haciendo acopió de voluntad, tomo lo último de su reserva de energía y creo la más poderosa lanza de luz solar que haya hecho. Una vez creada, en un rápido movimiento, la clavo en la herida mientras profería un grito bestial. La luz solar penetro la carne magra, paso rompiendo el hueso del cráneo y atravesó hasta el otro lado, por debajo de la mandíbula.
Después de eso, la bestia termino con una gran herida que le cruzaba el cerebro hasta salir por su mandíbula inferior. No obstante, se movió un poco más, profiriendo rugidos de agonía, moviendo su cuello como si estuviera hecho de goma y tratando de equilibrar su cuerpo. Pero cuando ya sus fuerzas no pudieron sostenerlo, cayó a tierra y nunca más se levantó. Dejo salir un leve rugido antes de morir y quedo ahí inerte, como si fuera una gran montaña de roca negra.
-Mi amigo- dijo Kain con voz débil y cansada -no puedes permanecer en este mundo, tus elementos traerán peligros por las mentes ociosas-. Estiro su mano izquierda con la intención de guardar el cuerpo del dragón en el anillo, pero no tuvo las fuerzas. Su vista se volvió borrosa y cayó de espaldas hundiéndose en la lava. Al poco rato escucho unos pasos lentos que se acercaban a él.
-¿Xiao, eres tú?- pregunto
-Sí, muchacho- respondió el anciano primordial
-Ayúdame- dijo Kain con voz débil -saca esa cosa de este mundo-
-Está bien-
-¿Me ayudas con una última cosa?-
-¿Qué necesitas muchachos?- pregunto en un tono suave
-Lleva mi alma y arrójala en la oscuridad. Ahí, resonare con la más profun…-. Kain le iba a decir que resonaría con la más profunda oscuridad, pero justo en ese momento, su cuerpo se volvió polvo de no poder aguantar la fuerza ejercida. No obstante, el señor Xiao custodió su alma e hizo lo que le pidió. Después de eso, se fue de ese pequeño mundo.
Este es el último capítulo de este volumén. Cualquier pregunta, pueden dejar sus dudas en los comentarios.