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Apócrifo - Gods land - Capítulo 37

Hephaestus se puso de pie mirando a todos los dioses -El siguiente punto- dijo -es un asuntó personal que espero que les alegre la noche. Para empezar, quisiera informarles que me voy a casar-

Ninguno se sorprendió ya que era sabido que la diosa de la forja había estado viviendo con un elfo y hasta había tenido un hijo. Así que lo que les importaba saber, era como había pasado esto último, que se case les era indiferente.

-Me parece genial, querida- dijo Freya con su voz suave y cristalina

-Gracias- respondió Hephaestus con una sonrisa -yo deseo hacer el voto eterno, pero como indican las normas de esta asamblea, la persona con la que vaya a realizar tal compromiso debe ser excepcional. Todo con el fin de no mancillar el estatus de los dioses-

Todo el mundo seguía en silenció hasta que Apolo, un dios "joven", dijo -es bueno que hayas alcanzado la felicidad. Pero, lo que nos interesa saber, es como conseguiste a tu pequeño pelirrojo-

Hephaestus sonrió y respondió -el padre del niño vendrá y mostrara el objeto que creo para recibir su aprobación como asamblea, en ese momento, le puedes preguntar-

Freya soltó una carcajada escandalosa. Puede que no haya conversado con Kain en muchos años, pero puede intuir cómo será la respuesta. Le hizo mucha gracia.

-Perdón, querida- dijo Freya mientras se limpiaba las lágrimas de la comisura de los ojos -es solo que, bueno, eres muy chistosa-

Hephaestus sonrió y siguió con su explicación -mi futuro marido ha creado un juego de espadas duales, las cuales deberían ser probadas cortando mi mejor trabajo hasta el momento-

-Eso…- dijo uno de los dioses menores que estaba casi al fondo de la mesa redonda. No obstante, no continuo ya que Hephaestus levanto su mano para que esperara.

-Ya lo entiendo- dijo -así que para los efectos de probar el arma, el dios Goibniu nos ayudara prestándonos una de las mejores armas que haya forjado en la tierra-

-Interesante- comento Apolo con una sonrisa

Después de eso, Hephaestus fue a buscar a Kain. Mientras tanto, los dioses comenzaron a discutir cómo Hephaestus había quedado embarazada. Era un tema candente, incluso después de un año de que haya nacido el niño. Jamás le pudieron sacar ninguna información a Hephaestus ya que contaba con el respaldo de Uranos. Eso en sí era muy misterioso, así que en base a eso, muchos estaban apostando a que había sido otro dios o algún espíritu elemental. Los que no conocían a Kain, solo lo consideraban un remplazo como padre. Otros creían que era una especie de gigolo que capturo el sabor de la diosa y cosas semejantes.

Veinte minutos después, Hephaestus volvió con un elfo de cabello blanco y profundos ojos azules. Era unos tres palmos más alto que la diosa. Muchos de los presentes lo conocían porque corrían rumores de que había entrenado a los mejores aventureros de la familia Hera y ahora estaba entrenando a Maxim. Pero de ahí a que fuera verdad, había un gran trecho.

Una vez que Kain y Hephaestus se pararon frente a la mesa redonda. Apolo dijo con su usual voz sugestiva -creo que lo óptimo, sería que nos pusiéramos de pie para ver mejor-. Apolo quedo mirando a sus pares y todos asintieron con algunas expectativas, como si fueran a ver a un fenómeno de circo. Solo Uranos frunció el ceño y no le gusto todo el espectáculo que estaba armando Apolo en torno a Kain. La ignorancia era una bendición, pensó.

Todos los dioses se ganaron de frente a la pareja, formando una media luna y esperaron a ver qué sería lo siguiente.

Hephaestus miró a Kain y este asintió, después miró a los dioses y les dijo -buenas noches estimados dioses. Soy Kain Dragonroad y mi único interés es mostrarles el potencial del arma que he confeccionado para la ocasión-

-Por favor explícanos los detalles- pidió Apolo

Kain sonrió y le respondió -primero mostrare como funciona y después les daré la explicación. Siempre he pensado que las acciones hablan mejor que las palabras-

Apolo asintió complacido con un aire de superioridad. Se sentía rey en medio de todos.

Por su parte, Kain llamo al dios Goibniu y el viejo se acercó con su usual cara de pocos amigos. Como siempre, llevaba el pelo y la barba larga. Por otro lado, llevaba una espada en la mano derecha. Goibniu hizo un gesto con la cabeza como diciéndole a Kain que mostrara el arma que había traído. Kain sonrió y saco las dos katanas desde su anillo. El viejo como experto devoto en estas cosas, se acercó con curiosidad y le quito las espadas para poder revisarlas. Desenvaino la hoja y asintió con gusto, incluso sonrió, pero después negó.

-Mocoso- dijo -con esto no lograras cortar mi espada-

Kain soltó una risita y le respondió -viejo zorro, sabes que mis armas no son sencillas, no te diré su secreto-

El viejo dios Goibniu chasqueo la lengua, después le paso una espada bastarda y dijo -con esto me debes doscientos millones de valis-

-Te dije que te voy a pagar, no hay problema. Por otro lado, necesito que sostengas la espada ¿le quedan algo de fuerzas a esas arrugadas manos?-

-¡Mocoso insolente!- respondió enojado -ya blandía mi martillo cuando tu ni siquiera estabas pensado-

-Sí, sí, lo que tu digas-

El dios Goibniu se ganó al lado derecho de Kain, a la distancia de un metro. Al mismo tiempo, Kain le pidió a Hephaestus que se moviera un poco más allá. Después desenfundo una de las katanas con su mano derecha. El viejo Goibniu hizo lo mismo y empuño la espada bastarda con ambas manos. Mientras tanto, los dioses miraban el espectáculo algo decepcionados, ya que el arma de Kain parecía buena, pero no era nada del otro mundo.

No obstante, todo cambió cuando Kain estiro su brazo hacia adelante y puso la katana en una posición horizontal, a la altura de su pecho. Después de unos segundos, la hoja comenzó a emitir un aura azul hasta transformarse en un hoja de un azul cristalino. Ahora era totalmente diferente, los mismos dioses podían sentir que algo terrorífico se había creado. Por su parte, Uranos frunció el ceño y Kain le parecía más abominable a cada momento.

Kain tomo la katana con ambas manos y las acerco a su pecho mientras tomaba posición de ataque. Goibniu asintió mientras le corría una gota de sudor por la frente y Kain le devolvió el gesto. No obstante, no fue un corte rápido como espero Goibniu. Kain sonrió y abandono su postura. Lo único que hizo fue estirar su brazo con la katana y realizar un corte horizontal. La hoja cristalina paso cortando la espada como si fuera un cuchillo caliente cortando mantequilla. Al instante después, la espada de Goibniu se redujo a la mitad y un trozo de la hoja cayó al suelo.

-¿Qué tal?- pregunto Kain dándose vuelta para mirar a los presentes

Por su parte, los dioses no sabían que responder ¿no era eso un arma injusta?

-Por favor- dijo Apolo botando toda su actuación anterior y hablando en un tono solemne -explícanos de que va esto-

Kain sonrió y le dijo -nada en especial, es una katana fabricada por mí. Absorbe el mana y refuerza el filo de la hoja-

-No se permiten objetos divinos en la tierra- dijo Apolo con voz severa

-Lo sé, Hephaestus también pensó lo mismo, pero este no es un objeto divino, es un arma con potencial-

-¿Con potencial?-

-Así es, con potencial. No es un arma divina como ustedes creen. No hará a los mortales poderosos de la nada. Ósea, si la persona que la empuña no tiene la técnica, ni el mana, ni el conocimiento, es un pedazo de hierro común. Si quieres ponerlo en dinero, a lo sumo valdría cien millones de valis ¿Cierto viejo Goibniu?-

-Cierto mocoso- respondió el dios de la forja

-¿Cuánto cuesta producir un arma con esas capacidades?- pregunto Apolo más relajado y con una gran sonrisa

-No está a la venta- dijo un voz severa, el que respondió por Kain fue Uranos -¿Entendido?-

Todos quedaron impresionados, por lo general, si no fuera algo peligroso para los dioses, Uranos no estaría tan a la defensiva.

-Exacto- lo secundo Kain -no está a la venta, es solo para que puedan aprobar mi matrimonio con Hephaestus-

Todos alrededor asintieron mientras se miraban con ojos llenos de expectativas, como si hubieran encontrado una mina de oro. Si caían en los buenos libros de Kain, podían obtener algunas cosas que se podrían considerar ilegales. No obstante, siempre hay alguien que la caga.

-Por mi parte está bien- dijo Apolo con una gran sonrisa -ahora, nos podrías decir como Hephaestus quedo embarazada-

Gracias a la espada, todos se habían olvidado de ese puntó, pero ahora que lo menciono Apolo, se volvieron curiosos.

No obstante, fuera de sus calculos, Kain dejo de sonreír. Levanto su índice izquierdo y apunto a Apolo a la cabeza, este último sonrió, pero cuando Kain formo una esfera de oscuridad, sus ojos se agrandaron con pavor.

-¡Kain!- grito Hera -deja eso-

Kain tomo una respiración y bajo su dedo desvaneciendo la oscuridad -si quieres ahondar en mis conocimientos, no tengo problema- dijo -incluso puedo compartirlos si te considero alguien confiable, pero mi familia es asunto aparte. Si se llegan a meter en mis asuntos personales, no podrán volver al cielo y mucho menos reencarnar, se los prometo-

Todos quedaron en silencio sin saber que decir. La tierra de Orario, ya no era un paraíso para los dioses, su enemigo natural andaba a su alrededor, como un serpiente venenosa escondida en la arena. Si pisaban en falso, los podía morder y matar con su veneno.

Uranos soltó un suspiro y miró a los dioses -¿alguien está en contra de que la diosa Hephaestus se case con Kain Dragonroad?- pregunto

Todos negaron con pavor ¿Quién lo cuestionaría? Estaban muertos de miedo. Si morían en esta tierra, podían volver al cielo y después bajar a la tierra nuevamente, pero si Kain los mataba, no había vuelta atrás. Serían como mortales y morirían de verdad.

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