Al otro día, Jason, Aquiles y Odiseo estaban esperando en la entrada de mansión como a eso de las diez de la mañana. Estaban super excitados sabiendo que su viejo maestro los vino a visitar. Los tres se veían mayores, como en sus treinta años gracias a la bendición del falna. No obstante, en su mirada se veían el paso de los años. Tenían una mirada atenta a todo lo que pasaba a su alrededor, conocían y sabían el nombre de cada persona que los pasaba saludando. Dentro de todo, en la familia Hera, aparte de ellos todos eran relativamente "jóvenes". Los que más habían perdurado en el tiempo fueron ellos tres. El resto había vuelto a su tierra natal o habían muerto en alguna expedición. Jason y Aquiles mantenían sus caras afeitadas, pero Odiseo se había dejado la barba con la intensión de verse un poco mayor. No obstante, ganaba unos cinco años más en su apariencia, pero ni por asomo se veía viejo.
Como a eso de las once de la mañana, estaban los tres sentados en un sillón mientras se aburrían esperando a su maestro. Incluso Jason les comento a sus hermanos que lo fueran a buscar a la casa. Pero eso no paso, ya que cuando se levantaron, alguien bajaba por las escaleras que conducían al segundo piso. Era un elfo, de altura prominente, por lo menos más alto que ellos tres. Pelo blanco como la nieve y orejas largas que sobresalían a los costados del largo cabello. Su cuerpo era esbelto, pero sus brazos y los músculos de su pecho parecían estar hechos de acero. Portaba una sonrisa ganadora mientras su cabello estaba mojado.
Los tres idiotas se quedaron estupefactos. Esperaban que su maestro viniera desde el otro lado, por la puerta que daba al patio exterior. No que bajara de las recamaras de las mujeres. Kain se largo a reír al verlos tan sorprendidos y bajo por las escaleras hasta llegar al frente de ellos. No obstante, una vez que los abrazo, uno por uno, los tres idiotas se pusieron a llorar. ¿Qué parecían los tres pilares de la familia Hera llorando como niños?. Kain solo sonrió y como hace años, los abrazo y les acarició la cabeza. Pensó que por lo menos, ellos persistieron en el tiempo.
-Dejen de llorar, idiotas- dijo Kain con una sonrisa divertida
-Viejo- dijo Jason con voz quejumbrosa -te extrañamos un montón-
-¿Oh? ¿Extrañaron mis entrenamientos?- pregunto Kain en broma, pero no esperaba que lo tres idiotas asintieran. No sabía si reírse o burlarse de ellos.
Odiseo se limpió la nariz con un pañuelo y le dijo con los ojos rojos -hay mucho de que conversar-
Kain asintió
Por su parte, Aquiles a pesar de ser un hombre con un cuerpo templado como el acero, se aferró a Kain una vez más. Kain le palmeaba la espalda y le decía que no llore. Al final, Kain pensó que este chico podía verse muy fuerte, pero seguiría siendo igual de sensible aunque pasaran los años.
-Vamos- dijo Kain -tus subordinados están mirando desde las esquinas y esta no es una buena imagen-
Jason sonrió -no te preocupes, viejo- dijo -si dicen algo los haré entrenar hasta el cansancio-
Kain soltó una carcajada y le respondió -esa es la actitud, vamos-
Entonces mientras eran vistos salir por la puerta principal de la familia Hera, caminaron con dirección a las afueras de la torre de Orario. En el distrito comercial que rodeaba la torre. Al mismo tiempo, un par de niñas los siguieron de lejos. Una con una cabellera de plata y la otra con un cabello blanco como las nubes.
-o-
Los cuatro salieron de los terrenos de la familia Hera y caminaron derecho por la gran avenida. Kain se sorprendió un poco al verlos pasear. Ya que cada cierto tiempo, venía alguien a saludarlos. Sin darse cuenta, los tres granujas que alguna vez se bañaron en sangre de monstruo, se habían vuelto las celebridades de Orario. Kain los miraba interactuar con la gente, de vez en cuando venían algunas madres a pedirle que bendijeran a sus hijos. A lo mejor, algún día se volvían tan buenos aventureros como ellos.
-Te veo atareado, muchacho- le dijo Kain a Jason
Por su parte, Jason se rio y se rasco la cabeza con un toque de vergüenza -ser una celebridad tiene sus pros y contras- dijo -pero dentro de todo es agradable. La gente te ve con buenos ojos y te respeta-
-Sin contar que las chicas te abren las piernas con mayor facilidad- comento Kain en broma
Jason se rio como un pillo y asintió.
Llegaron a la torre de Babel sorteando unas cuarenta personas que los detuvieron en el camino y se dirigieron al distrito comercial, lleno de bares de todos los estratos sociales. Los muchachos invitaron a Kain a un lugar que estaba de moda. Como Jason era el alma de la fiesta, entro saludando a los camareros y al poco rato llego el dueño en persona a saludarlos. Era un hombre en sus cincuenta, pero se veía como un dandy. Bien vestido y bigote bien cuidado. Los invito a una terraza en el segundo piso y les aseguro que ese lugar sería exclusivo para ellos igual que siempre. Cuando llegaron al lugar, se encontraron con una terraza al aire libre, con varias sombrillas que los protegían del fuerte sol del verano. El viento ululaba y como estaban en alto, se veía el resto de la ciudad. El piso era de madera y las mesas de metal. Por otro parte, las sillas estaban hechas de una madera especial, demasiado pesada para comparase con las otras maderas. Kain se sentó de espaldas a la barandilla que daba a la calle. Jason a su derecha, Odiseo a su izquierda y Aquiles al frente. Después pidieron una ronda de cervezas y varios platos de carne de pollo y beef. Al poco tiempo el dueño tomo la orden de los muchachos y se fue dejando una ronda de jarras de cerveza.
-¿Comida gratis?- pregunto Kain con una sonrisa, para después degustar la cerveza
-Na- respondió Jason con una sonrisa -hay una imagen que mantener, si empezamos a aprovecharnos de la gente como los tontos de la familia Zeus, empañaremos el nombre de nuestra diosa-
-Eso es bueno, muchacho-
-Maestro- dijo Aquiles desde el frente -¿Qué a hecho durante estos años?-
-De todo un poco- respondió Kain con un suspiro -digamos que he tenido una vida en familia. Lo otro grande que hice fue fundar una ciudad hace unos setenta años. Ahora es algo bueno, algo de lo que me puedo sentir orgulloso-
-¿Cómo es eso?- pregunto Odiseo a la izquierda, le dio un largo trago a su jarra de cerveza
-Digamos que la volví un lugar tecnológico. Incluso la buena Orario se ve arcaica en comparación con mi ciudad-
-Oooh- dijo Odiseo emocionado -cuénteme algo en lo que sobresalga-
Kain tomo el pequeño servilletero del centro de la mesa y lo puso por delante de su jarra de cerveza, entonces paso su palma derecha por encima de las dos cosas y dijo con cierto misterio -por lo general, los carruajes funcionan con un caballo o varios ¿Cierto?-
Los tres asintieron con una sonrisa.
Entonces Kain retiro el servilletero y dijo -pues en mi ciudad, los carruajes se mueven solos-
Los tres quedaron helados. Kain soltó una sonora carcajada, tomo su jarra y le dio un buen trago. Después la dejo sobre la mesa y les dijo -¿Qué pasa? ¿No me creen?-
-¿Como funciona maestro?- pregunto Odiseo con un tono de voz sería
-Es en algún termino, fácil. En realidad no lo hice yo. Lo hicieron mis hijos-
-¿Cuáles? ¿Los tres bribones que trajiste aquella vez?-
-Sí, hombre, esos tres bribones lo hicieron. Veras, yo compre varios artefactos acá, en Orario, y estudie los mecanismos. Con el tiempo tome notas y fabrique planos. Pero hubo un tiempo en que los deje botados. Los tres bribones aprovecharon esa vez para echarles un ojo y de ahí que quedaron entusiasmados con la idea. No es que sean genios, pasaron muchísimos años antes de tener algún logro. Pero con el tiempo lo hicieron-
-Maestro ¿Cómo funciona?- dijo Odiseo nervioso
-Jajaja, tranquilo, tranquilo, ya llego a esa parte- dijo Kain mientras le palmoteaba la espalda. Después estuvo durante media hora explicándoles cómo funcionaba el circuito del carruaje. Ninguno de los tres dijo nada en ese momento, solo escucharon atentos todo lo que decía Kain. Una vez que termino de explicar, volvió el dueño del local con varias hermosas camareras. Cuatro chicas de raza humana, gato, perro y conejo respectivamente. Todas curvilíneas, de pechos grandes y pronunciadas caderas. A las muchachas les brillaban los ojos al ver a los tres idiotas. Kain casi podría jurar que estaban mojadas, pero no comento nada. Solo tomo su cerveza y se dedicó a comer.
Al rato después, los dejaron solos. Kain estaba comiendo, pero una vez que los tres se vieron desocupados de tener que conversar con la gente del bar, miraron a Kain con expectativas. Querían que les dijera mas de la ciudad tecnológica.
-Relájense- dijo Kain mientras cortaba un trozo de beef -tenemos toda la tarde para conversar-
Así que los tres tomaron sus propios platos y comenzaron a comer y beber. Conversaron de manera casual mientras Kain les preguntaba ¿Cómo estaba funcionando la familia? Y ¿Cómo sería la excursión que estaban planeando?
Odiseo se terminó su jarra de cerveza y levanto la mano izquierda para pedir otra. Al rato después llego una chica conejo para servirle otra jarra. La chica se acercó tanto que solo falto que le tirara las tetas en la cara. Después se fue dejando a un Odiseo a un risueño.
-Viejo- dijo Odiseo mientras se secaba la barba con una servilleta -hoy vamos a un ritmo récord. Hemos llegado al piso cincuenta-
Kain levanto la ceja izquierda y dejo sus cubiertos sobre el plato. Apoyo sus codos y entrelazo sus manos, después le dijo -muchacho, me vas a decir, que solo han avanzado diez pisos en todos estos años-
Odiseo, tomo otro trago de cerveza, se seco la barba de nuevo y negó con su dedo índice -no es tan simple- dijo -si los pisos treinta y tantos, eran del tamaño de Orario. Los pisos arriba del cuarenta son monstruosamente grandes. Por lo menos, tres veces Orario. Los monstruos por otro lado, están a otro nivel. Hasta tu te divertirías en ese lugar-
-Ya veremos- respondió Kain, retomo sus cubiertos y siguió cortando la carne -¿Cómo van las cosas con la familia Zeus?-. Paso un viento fuerte que le agito la larga cabellera.
-Bien- respondió Jason esta vez, estaba peleando por cortar un trozo de beef -gracias al viejo Rómulo todo va como la seda, pero siguen siendo igual de tontos que hace años-
-¿Cómo es eso?-
-Culpa de su dios- añadió Jason, por fin corto el trozo de carne y lo tomo con el tenedor para echárselo a la boca. Mientras lo comía, continuo -les sigue diciendo mierda a sus aventureros. De vez en cuando hay algún idiota que se trata de pasar de listo con las chicas de nuestra familia. Así que ahí salimos nosotros y tenemos que darles una lección. Ya no pasan cosas como antes. Bueno, para empezar los tenemos advertidos, pero siempre hay idiotas que no entienden. Veras, una chica de este local, hace dos años…digamos que paso por un mal momento. Unos pequeños nivel cinco estaban envidiosos del trato que nos daban, así que la maltrataron por decirlo de alguna manera. La chica termino muy mal, ya no recordaba ni su nombre, ni donde vivía. Así que la jubilaron y ahora está bajo nuestra protección. Es lo único que pudimos hacer. Por mi parte le corte la cabeza a los idiotas. Hubieras visto a Zeus, estaba hecho una furia. Pero mi diosa lo puso en su lugar. Al final, lo único que tuvimos que hacer fue pagar una multa a la guild de doscientos millones de valis-
-Zeus no aprende- dijo Kain negando, termino de comer y dejo los cubiertos sobre el plato
-No, maestro, no aprende- dijo Aquiles con cierto toque de tristeza -así que ahora, a pesar de que las chicas tratan de ser cariñosas con nosotros, tratamos de mantener la distancia. La gente envidiosa es mala-
-Así es, muchacho-